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Si bien la lucha contra la corrupción dominará el discurso en las campañas políticas que comienzan el próximo fin de semana —como ya se ve en los spots que los candidatos presidenciales tienen listos para arrancar— hay otros temas que también serán utilizados en la búsqueda del voto, especialmente por la oposición. Y de esos temas, el de las reformas aprobadas en este sexenio será recurrente y ha abierto, ya en este momento, una auténtica batalla entre los opositores y defensores de esas reformas.
López Obrador abrió fuego al pronunciarse varias veces contra la reforma educativa, sobre la que incluso ha pactado con maestros del SNTE y la CNTE que lo apoyan para “revertir su contenido laboral”; y más recientemente también pronunciarse por una “revisión de los contratos” de la reforma energética, luego de que grupos internos, encabezados por Paco Ignacio Taibo II rechazaran comentarios de su asesor económico, Alfonso Romo, en el sentido de que un eventual gobierno de Morena no revertiría nada relacionado con las nuevas leyes sobre el petróleo y la energía.
La sola mención del candidato que lidera las encuestas provocó que se activara en el gobierno una contraofensiva para defender las reformas, encabezada por el mismo presidente Peña Nieto. En público, Peña comenzó un discurso en el que advierte que “lo que está en juego en las próximas elecciones ya no es la continuidad de este gobierno, sino el futuro del desarrollo del país”, en alusión a que si se cancelan sus principales reformas, habría un retroceso “a épocas ya superadas”.
Pero en privado, el presidente también se prepara para un posible resultado adverso en los comicios presidenciales, con las actuales tendencias en las encuestas, y a varios de los candidatos a diputados y senadores del PRI, sobre todo a los pluris que tienen un lugar asegurado en las Cámaras, Peña les ha llamado para darles un mensaje que a muchos de ellos les sonó a resignación: “Pelea con todo por las reformas, vamos a tener que defenderlas desde el Congreso”, pide el mandatario a los futuros congresistas de su partido.
López Obrador no quitará el dedo del renglón sobre las reformas peñistas. Y no lo hará porque ese discurso va directamente a una parte estratégica de su base electoral y le ayuda a ganar votos. Morena tiene 60 mil comités territoriales-seccionales en todo el país, que cubren 90% de las 68 mil secciones electorales que hay en la República, y 40% de los “promotores” que integran esos comités son maestros, petroleros o trabajadores de la extinta Compañía de Luz y Fuerza del Centro. Es decir, 4 de cada 10 operadores territoriales del lopezobradorismo (los que van casa por casa, tocan puertas y llevan saludos y mensajes “de parte del licenciado López Obrador”) pertenecen a esos tres gremios.
Cuando el candidato de Morena dice “vamos a rechazar la reforma educativa”, le habla a esos maestros que lo apoyan, igual que cuando ofrece revisar contratos de la reforma energética, se dirige a petroleros o ex trabajadores electricistas. Es la base operadora que hizo que la marca “Morena” creciera en casi todo el país y es una estructura nacional que hoy no tienen ni PAN ni PRD, si acaso se le acerca el PRI, pero hoy con su estructura debilitada
y dividida.
Por ese “ejército”, en solo tres años el partido lopezobradorista compite y ha rebasado a las marcas históricas de partidos tradicionales como el panismo, priismo o perredismo, con 16 millones 400 mil votos obtenidos por esa estructura. Hoy hay más comités de Morena en territorio mexicano que tiendas Oxxo; de ese tamaño es la estructura lopezobradorista, que sólo carece de presencia en 8 mil secciones electorales, curiosamente todas en zonas rurales y apartadas, las mismas en donde históricamente se operan fraudes.
Así que la guerra por las reformas apenas empieza. Y en los dos bandos defenderán con todo su discurso: unos, de que revertirlas dañará al país y su desarrollo futuro, incluidos “los niños y su educación”, como dice el gobierno, y otros, tratando de aprovechar el rechazo y las afectaciones que generaron esos cambios constitucionales ¿Quién gana y quién pierde en esta guerra?
NOTAS INDISCRETAS…
El nombre de Luis Cházaro en las listas pluris del PRD, como candidato a diputado en el lugar 5, provoca divisiones y rechazo en algunos grupos del sol azteca. Y es que a Cházaro, operador financiero de Los Chuchos, se le ubica como un “empresario polémico” por lo rápido que crecieron sus negocios en la ciudad en los últimos años. En Cuajimalpa, por ejemplo, se le asocia con personajes de dudosa reputación y hay incluso dentro del PRD quien afirma que en el sector financiero del gobierno federal “tienen información sobre actividades de presunto lavado de dinero en sus empresas” ¿Será que el ex diputado, muy cercano a Jesús Ortega, resistirá el golpeteo y los cuestionamientos desde fuera y dentro de su partido?..Los dados mandan Escalera Doble. La semana mayor promete.
sgarciasoto@hotmail.com