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Es el político que más expectativas despertó para cambiar al país y dejar atrás la corrupción y la impunidad, pero al tiempo se reveló como un personaje igual o peor que sus antecesores.
Vicente Fox Quesada es una de las paradojas más ingratas de la historia mexicana, porque engañó para ganar el poder y luego lo ejerció sin diferencia. Mi generación siempre le reclamará por habernos arrebatado la posibilidad de vivir en un México más decente.
El periodista Raúl Olmos, en colaboración con Valeria Durán, viene de publicar su libro Fox, negocios a la sombra del poder; un texto de denuncia sobre las investigaciones que la Secretaría de la Función Pública y la Procuraduría General de la República realizaron durante el mandato de Felipe Calderón y que, según el autor, habrían quedado congeladas cuando Enrique Peña Nieto llegó al poder.
Fue José Luis González, mentor y viejo amigo de Fox, quien primero advirtió el riesgo que Marta Sahagún podía representar para el proyecto político que esos dos varones iban construyendo. Intuyó que ella terminaría lesionando la aspiración de un presidente capaz de encarnar el cambio político tan anhelado, porque un nuevo siglo estaba a punto de comenzar.
Para González, Marta Sahagún era una arribista peligrosa, una mujer ambiciosa y de ética cuestionable. No hubo que esperar para que esa hipótesis se confirmara. Ella fue la encargada de abrir la puerta de Los Pinos a todos esos poderes que Vicente Fox iba supuestamente a derrocar. Sin empacho se hizo la mejor amiga, por ejemplo, de Elba Esther Gordillo y luego le entregó la llave del poder a los operadores lisonjeros de los medios de comunicación.
Fox, negocios a la sombra del poder va más allá y ofrece una recolección de actos corruptos que vincularían al ex presidente, sus hijos y sus hijastros, siempre estando al centro de cada expediente sucio, la señora Sahagún de Fox.
El libro comienza con un tamborazo: “Más de medio millón de dólares en un solo día. Esa cantidad es la que recibió la esposa del presidente de México el viernes 14 de julio de 2006, en dos traspasos realizados a (una) cuenta … compartida con su hijo Fernando Bribiesca … Una pequeña fortuna que nunca fue reportada en la declaración patrimonial de la autonombrada pareja presidencial ….”
Asegura el periodista que esta omisión es una minúscula evidencia de corrupción comparada con muchas otras que esa pareja apiló mientras conducía los destinos del país. Los auditores que investigaron su patrimonio dieron con otras inconsistencias similares, por más de 27 millones de pesos. Fue entonces que la investigación cobró forma. Todo ese dinero sin reportar al fisco detonó una pesquisa federal dedicada a desnudar presuntos ilícitos cometidos por el ex presidente Fox y su familia.
En su día, los hijos de la señora Sahagún se forjaron fama grave como traficantes de influencias, a tal punto que, hacia finales de la administración de Felipe Calderón, la Cámara de Diputados decidió ir tras ellos. Menos conocido fue el hecho de que, en paralelo, el gobierno federal hacía lo mismo descubriendo que los beneficios de esos negocios llegaban a las puertas del matrimonio Fox.
Dice Olmos que todo está en los expedientes de la procuraduría. De un lado los vínculos oscuros de los señores Bribiesca con empresas como Oceanografía o Construcciones Prácticas —gracias a los cuales esa familia acumuló recursos incontables— y del otro el nexo económico entre Marta Sahagún y sus hijos, el cuál probaría que ella, y eventualmente su marido, fueron cómplices.
Asegura Raúl Olmos que estas investigaciones fueron congeladas cuando Enrique Peña Nieto ocupó la silla presidencial. El periodista argumenta que fue precisamente por ello que Vicente Fox apoyó abiertamente al ex gobernador mexiquense durante las elecciones de 2012. Entre esos dos personajes habrían negociado impunidad a cambio de congelar la investigación que el gobierno saliente estaba a punto de concluir.
ZOOM:
En este contexto se entiende mejor el desafuero que en 2006 quisieron imponerle a Andrés Manuel López Obrador, y también por qué el entonces candidato de la izquierda fue señalado como un jinete peligroso para México. Dice el refrán que la venganza es un plato que se come frío. Si AMLO llega a la Presidencia y los argumentos de Olmos se revelan ciertos, Vicente Fox podría ser el primer ex presidente mexicano contemporáneo en pisar la cárcel.