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El caso está más cerca que nunca de resolverse, por fin. A pesar de tantos interesados en esconder la verdad, la investigación continúa avanzando y una última pieza ha venido a aportar y también a confirmar evidencia definitiva.
Se trata de la información divulgada, en parte, por el periodista Roberto Zamarripa (Reforma 12/04/18): escuchas autorizadas por un juez estadounidense sobre los teléfonos de varios jerarcas del grupo criminal, Guerreros Unidos, que operaban en las ciudades de Chicago y Oklahoma, antes de ser aprehendidos por la DEA, en noviembre de 2014.
A solicitud de la PGR, la autoridad estadounidense proporcionó ciertos fragmentos de conversación telefónica entre el señor Pablo Vega Cuevas y sus operadores en México y, entre un tal Silver, (alias utilizado para referirse a un testigo protegido en EU), y varios autores materiales ya identificados con el caso Ayotzinapa.
Estos fragmentos son pieza clave del rompecabezas que está por encontrar solución; en concreto, ayudan a responder las cinco preguntas esenciales: 1) ¿Quién ordenó las agresiones y el secuestro contra los estudiantes? (autor intelectual); 2) ¿Quiénes ejecutaron las instrucciones? (autores materiales); 3) ¿Qué razones motivaron el secuestro? (móvil); 4) ¿Dónde están los estudiantes? Y 5) ¿Qué autoridades fueron cómplices del delito?
Si se atiende al estado previo de las investigaciones, y se añade, como válida, la información que la DEA compartió el mes pasado con la Procuraduría General de la República (PGR), tres de estas cinco interrogantes están prácticamente resueltas y solo dos quedarían pendientes.
Para responder la primera pregunta, (autor intelectual) hay que atender a las instrucciones que Silver dio a otro sujeto identificado como Soldado del Amor durante las horas en que ocurrió la tragedia: a) “ira, que hagan una demanda colectiva al gobierno y una marcha contra los transportes.” b) “ira, hay una entrada después del tope que viene de (Chilpancingo), que la recorran y que el Cholo (Alejandro Palacios) esté alerta y alerte a la gente.”
También las respuestas que un tal Aníbal entrega a Silver: “ya le dije al Gil (Gildardo López Astudillo) que cerraran la entrada de Mezcala con comunitarios y ahorita ya está el tapón y además pongamos más comunitarios” y; b) “solo que llevaban 60 paquetes ya guardados … y otros con San Pedro.”
Zamarripa supone, con sentido común, que “paquete” quiere decir personas secuestradas,” “guardados,” que están detenidas en alguna parte y “con San Pedro,” sujetos que perdieron la vida.
Quizá por encima del testigo protegido, llamado Silver, haya otros jerarcas de la organización Guerreros Unidos; sin embargo, por lo que estas grabaciones refieren, se trata del responsable intelectual principalísimo en el caso Ayotzinapa.
La segunda pregunta (autores materiales) tiene desde hace tiempo respuesta en México: varios de los involucrados, por ejemplo, Gildardo López o Alejandro Palacios se encuentran ya detenidos. Resulta muy importante averiguar quiénes son las personas identificadas como Soldado del Amor, Aníbal, Spider y Romeo.
La tercera pregunta, (el móvil) también se exhibe con claridad en las escuchas, cuando los involucrados, de uno y otro lado de la frontera, reconocen la equivocación de haber supuesto que los normalistas estaban aliados con la banda enemiga, Los Rojos, para tomar la plaza de Iguala.
La cuarta pregunta, todavía pendiente, podrá responderse cuando las autoridades de Estados Unidos incentiven a Silver y a Pablo Vega para que revelen lo que saben. En alguna de las comunicaciones Vega advierte que el caso Ayotzinapa va a afectar su negocio, a lo que le responde otro sujeto, alias Spider: “qué fácil es decir dónde están.” Esta hebra es fundamental para la resolución del caso. Muy probablemente Vega y Spider conocen lo que en México llevamos preguntándonos desde hace tres años y siete meses: ¡¿Dónde se encuentran los normalistas?!
Con respecto a la quinta pregunta (complicidad de las autoridades) —igual por resolverse en breve— un sujeto con el alias Romeo se queja con Silver por una eventual traición: “el puto procurador (Iñaki Blanco Cabrera) está (ya) con aquellas mierdas (Los Rojos).”
ZOOM:
En otra llamada Silver interroga a Soldado del Amor: “¿Todavía no hay Marina?”. De todos los fragmentos registrados, este es el más interesante porque infiere que, mientras no hubiera llegado la Marina a Iguala, era posible hacer un llamado colectivo al resto del gobierno: comunitarios, policías estatales y federales, así como al Ejército.