Todas las encuestas coinciden al arranque de la campaña: si hoy fueran las elecciones Andrés Manuel López Obrador sería el próximo presidente de México. El agregador de encuestas conocido como Oraculus dice que Ricardo Anaya Cortés tiene 97% de probabilidades para llegar en segundo lugar, mientras que José Antonio Meade Kuribreña cuenta con igual posibilidad de arribar en tercer lugar.

En promedio, según la misma fuente, López Obrador trae en esta fecha entre un 37 y un 44 por ciento de la intención de voto; Anaya Cortés le sigue doce puntos abajo, con una preferencia que va del 25 al 31 por ciento; y Meade Kuribreña está cinco puntos detrás del panista y guarda diecisiete de distancia vis-à-vis el candidato de Morena.

Sería absurdo suponer que las campañas no moverán esos números. Pocas veces el punto de partida y el punto de llegada son idénticos. Por eso los tres candidatos punteros harán todo lo que esté en su poder para cambiar las preferencias del electorado.

La primera variable para considerar es la voluntad de aquellas personas que todavía no saben por quién van a votar. La mayoría de las casas encuestadoras dicen que ese segmento ronda el 30% del electorado, sin embargo, en esa misma caja están incluidos los ciudadanos que no piensan ir a votar, aquellos que anularían en la casilla y, por último, los indecisos.

La encuesta de Mendoza Blanco y Asociados —que es la más reciente del conjunto— advierte que en este momento de la contienda solo queda un 6% de indecisos, porque el resto de ese cajón genérico (no respuesta) mantendrá su negativa a influir en el resultado final.

Si esta casa encuestadora tiene razón, la primera disputa entre los tres punteros es por ese 6%; la misma fuente prevé que López Obrador cuenta ligeramente con mayor propensión para atraer a los indecisos, seguido por Anaya Cortés y muy atrás por Meade Kuribreña.

La segunda variable para analizar es el voto que actualmente tiene Margarita Zavala, el cual ronda entre un 4 y un 5 por ciento. Mendoza Blanco identifica que los electores próximos a Zavala tienen como segunda opción a Ricardo Anaya, así que, de no crecer esta candidata, el abanderado del PAN se beneficiaría de sus potenciales desertores.

Lo contrario también podría ser cierto: los votos que Margarita obtenga se los quitaría principalmente a Anaya.

La tercera variable para poner en juego es la distribución de los votos que actualmente tiene el tercer lugar y que, cerca de la fecha de los comicios, podría modificarse dramáticamente. En México tenemos una segunda vuelta de facto: hacia el último mes de la contienda, los electores del número tres tienden a mover sus preferencias hacia su segunda opción.

Este es el análisis más interesante porque es el único que podría realmente hacer bascular los resultados que hoy reflejan las encuestas. ¿Cuál es la segunda opción, por ejemplo, de las personas que en el presente piensan votar por José Antonio Meade? ¿Cuál es la segunda opción de los ciudadanos que hoy prefieren a Ricardo Anaya? O, ¿cuál es la segunda posibilidad de quienes hoy están convencidos de votar López Obrador?

Nuevamente Mendoza y Asociados ayuda a responder estas preguntas: Ricardo Anaya resulta ser la segunda opción de los votantes que hoy tienen como primera tanto a López Obrador como Meade Kuribreña.

De su lado, López Obrador es la segunda opción tanto para los electores de Ricardo Anaya como para los de Meade Kuribreña.

Esto quiere decir que el candidato del PRI no es segunda opción para las otras dos posibilidades; una pésima noticia para Meade.

Según la misma fuente, Anaya es capaz de atraer, ligeramente, más votantes de Meade (3%), en comparación con López Obrador (2.7%).

Anaya jala también más lopezobradoristas que AMLO anayistas: mientras 7.4% de los votantes de López Obrador consideran a Anaya como segunda opción, solo 5.5 de los electores de Anaya transitarían hacia AMLO.

ZOOM

: Para que AMLO consolide su triunfo debe: a) atraer el mayor número de votos útiles que hoy prefieren a José Antonio Meade; b) convencer a los indecisos y; c) promover que Zavala le quite sufragios a Anaya. La receta para Anaya Cortés, si desea combatir los resultados actuales: atraer priístas, zavalistas e indecisos. En el caso de Meade tendría que mejorar la opinión del gobierno, de Peña Nieto y del PRI.

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