Con una determinación que no había mostrado desde que asumió la candidatura presidencial, José Antonio Meade decía la noche del lunes a los panelistas del programa Tercer Grado del canal 2 de Televisa que, desde ese momento, el PRI y la campaña asumían la misma plataforma, que evidentemente no tenían esa sintonía, y que no es que hubiera pleitos sino diferencias, “una falta de coordinación que ayer se suplió absolutamente”.

Se refería a la reunión “Avancemos juntos” que en la víspera (domingo) se llevó a cabo en la sede del PRI y que la comunicación política de Meade la transmitió como un relanzamiento de la campaña.

Pero una pregunta se atraviesa: ¿Cómo llevará al éxito ese relanzamiento un equipo de perdedores? No se califica con esto a Meade ni se asume la connotación que hoy dan a esa palabra los millennials, quienes suelen usar su equivalente en inglés: loosers. Más bien se asume el término en su sentido estricto y se aplica al nuevo presidente nacional del PRI, René Juárez Cisneros y al grupo que le acompaña.

Si se hurga en la trayectoria del nuevo líder tricolor, se sabrá de un meteórico ascenso a la sombra de los gobernadores de Guerrero, José Francisco Ruiz Massieu, Rubén Figueroa Alcocer y el interino de éste, por su renuncia tras la matanza de Aguas Blancas, Ángel Aguirre Rivero en su etapa priísta.

Fue Aguirre Rivero quien lo impulsó hacia la gubernatura del estado para el período 1999-2005, en el que el narcotráfico sentó sus reales. Como gobernador perdió las elecciones y entregó el poder al perredista Zeferino Torreblanca.

Juárez Cisneros, en fórmula con Claudia Ruiz Massieu, perdió la elección al Senado en 2012. Si llegó a la Cámara Alta fue como senador de primera minoría. Desde ahí se alineó con Miguel Ángel Osorio Chong, de quien fue subsecretario de Gobernación, y al grupo Hidalgo que perdió la nominación a la candidatura presidencial.

Con la salida de Enrique Ochoa Reza de la presidencia del CEN del PRI, Claudia Ruiz Massieu defendió a capa y espada su permanencia como secretaria general del partido, si bien renunció momentáneamente para salvar el tema de la prelación. Pero la sobrina de Salinas de Gortari retomó su cargo y Juárez Cisneros no tuvo otra opción más que la de colocar a su principal operador político, Enrique Martini Castillo, en la subsecretaría de Operación Política del tricolor.

Martini trae tras de sí una serie de acusaciones sobre hechos de corrupción y una añeja confrontación con el partido que estuvo a punto de expulsarlo en 2006 porque, vaya paradoja, apoyó en ese año la candidatura presidencial, entonces perredista, de López Obrador.

¿Son estos personajes los que encabezan el relanzamiento de la campaña de Meade?

INSTANTÁNEAS. 1. ARITMÉTICA ELECTORAL. De acuerdo con la última actualización del INE de la lista nominal de electores, el número de potenciales votantes es de 85.9 millones. Si, en un escenario optimista, el abstencionismo es de 40%, el 1 de julio se emitirían 51.5 millones de votos. De acuerdo con la más reciente recopilación de encuestas hecha por Bloomberg, AMLO obtendría 24.2 millones de votos (47%), Anaya 15.5 millones (30%), Meade 8.8 millones (17%), Margarita Zavala 1.5 millones (3%) y Jaime Rodríguez El Bronco un millón (2%). La diferencia de votos entre AMLO y Anaya es de 8.7 millones de votos, y entre AMLO y Meade de 15.4 millones. La suma de los votos de Anaya y Meade apenas rebasaría en 215 sufragios los que tendría López Obrador, de acuerdo con esa batería de encuestas. Anaya necesita para alcanzar al candidato de Morena 17 puntos porcentuales (8.7 millones de votos); faltan 52 días para la elección, por lo que necesitaría ganar un tercio de punto cada día (171 mil 900 votos) o, dicho de otra forma, un punto porcentual cada tres días (515 mil 700 votos). Meade, por su parte, necesita para alcanzar a AMLO 30 puntos porcentuales (15.4 millones de votos), por lo que necesitaría ganar medio punto porcentual cada día (257 mil 861 votos) o, dicho de otra forma, un punto porcentual cada dos días (515 mil 700 votos). ¿Les alcanzará?

2. CAMBIOS. El líder parlamentario del PRI en el Senado, Emilio Gamboa, declaró que Enrique Ochoa Reza había cometido errores en la elaboración de las listas plurinominales al Congreso. La mención generó la interpretación de que las listas podrían sufrir modificaciones todavía. Se ve difícil, pues las boletas ya están en proceso de impresión. Sin embargo, no es imposible, aunque los nombres ya estén en las papeletas. Aún se está en tiempo de notificarle el cambio al INE.

3. SOTA. A propósito de cambios, ayer corrió fuerte la versión de que la campaña de Meade había prescindido de su asesora en comunicación e imagen, Alejandra Sota, ex vocera del presidente Felipe Calderón. Se consultó en ese war room (uno de tantos, que parece que fuera la segunda guerra mundial, López Dóriga dixit), y la respuesta que se obtuvo fue una foto de Sota, llegando ayer junto con Meade a una reunión con mujeres para la ampliación del programa Prospera.

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