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Con esa frase se presentó Elba Esther Gordillo ante los medios de comunicación. Hizo coincidir su reaparición en público con el regreso a clases. Dijo, con teatralidad, que defenderá los derechos de los maestros y que su lugar está al lado de ellos. ¿Y los fondos sindicales desviados? No lo sabemos, y por lo que se ve, no lo sabremos pronto. Por inverosímil que resulte, ella dice que su riqueza la heredó. La PGR no pudo comprobar lo contrario. Nada tampoco sobre evasión fiscal, lavado de dinero o delincuencia organizada. Se derrumbó el caso en su contra y también lo que quedaba de confianza en la impartición de justicia.
Pero ojalá que las autoridades que gobernarán a partir de este 1 de diciembre tengan presentes los otros derrumbes. Los sismos de septiembre del año pasado destruyeron o afectaron casi 20 mil escuelas del país. En marzo de este año, la SEP reportó la recuperación del 80 por ciento de los planteles escolares. Pequeño detalle: Oaxaca, Chiapas y el Estado de México quedaron fuera de esa contabilidad.
Luego de recorrer este fin de semana la zona del Istmo de Tehuantepec en Oaxaca, confirmé lo que a distancia me reportaban maestros y padres de familia. Las escuelas que se vinieron abajo aún no pueden ser utilizadas. Algunas tienen algún porcentaje de avance en la reconstrucción. Otras están tan destruidas como las vi hace ya casi un año. Los alumnos todavía están en aulas “temporales” a las que han tenido que adoptar como permanentes en condiciones que entristecen. El emblemático Centro Escolar Juchitán sí está ya de pie, pero es la excepción.
Mientras desde el centro del país se planean mesas de discusión en torno a la educación y se define lo que ocurrirá con el magisterio y sus liderazgos, hay niños en Oaxaca y otros estados que estudian con una lona como techo y una sábana como pared, sobre un piso de tierra que obliga a suspender clases cada vez que llueve. Con reforma educativa o sin ella, no pueden seguir desatendidos.
HUERFANITO.
¿Se derrumba también la posibilidad de que los líderes sindicales que viven rodeados de excesos tengan algún límite?