¿Qué ha pasado con el lenguaje de la política? A esa pregunta responde Mark Thompson, ex director de la BBC y hoy presidente del New York Times, en su libro Sin Palabras. En él plantea con preocupación que la crisis del lenguaje público vulnera a la democracia. Dice que la legitimidad de esta forma de gobierno es dañada por “el cinismo, la progresiva pérdida de sustancia y la vulgarización de las expresiones.”

Analiza lo que nos llevó a esa descomposición. Los medios de comunicación tienen en este proceso un papel central. Primero, con el surgimiento de canales de noticias que transmiten 24 horas, los siete días de la semana. Información permanente e inmediata, sin pausas para la reflexión. Ya luego la aparición de las redes sociales, donde no solo se vulnera el lenguaje, se vulnera impunemente la verdad.

Con estos medios a la mano, hay en la política una tendencia a hablar como si se estuviera siempre en campaña. Gobernantes, legisladores y funcionarios buscan diferenciarse lo más posible de sus rivales políticos. La estrategia favorita para lograrlo es denostarlos. Se expresan con desprecio unos de otros y terminan pareciéndonos despreciables todos. Esa clase política que “se basa en la presunción de una mala fe incorregible por parte de su blanco político. No acepta la posibilidad de explicarle nada a nadie, y en lugar de eso trata los hechos como materia opinable. Rechaza la posibilidad siquiera de un debate racional entre las partes. Con un lenguaje así, no es de extrañar que tantos ciudadanos asqueados den la espalda a la política.”

El problema es que cuando los ciudadanos informados y que razonan su voto no le creen a ningún candidato, la decisión queda en manos de quienes no razonan. Es el paraíso de los demagogos. Estos le apuestan a “la agitación política, el desprecio de la verdad y el coqueteo con el extremismo más desatado.” En estos días de hartazgo, esa es una estrategia ganadora. Funcionó para el Brexit y para Donald Trump. Es muy probable que funcione también este 1 de julio en México.

HUERFANITO. El año sí inició con una muy buena noticia: Brozo volverá a la radio y la televisión. Bienvenidos su humor e inteligencia. Serán cruciales en este 2018 electoral.

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