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La posibilidad de un escenario tributario laxo para los grandes corporativos de la nación de allende el Bravo, que menguaría su apetito de inversiones en México y Canadá, ha inyectado mayor pesimismo en el futuro del concierto mercantil.
A ello se suman las llamadas “píldoras venenosas” colocadas en la mesa por la parte estadounidense, que tanto México como Canadá se han negado a discutir, aunque preparan escenarios para diluirlas.
La ronda, a celebrarse en México a partir del fin de semana, plantea en la orden del día otros temas controvertidos: el comercio textil, los servicios, la mano de obra y la propiedad intelectual.
En este último caso se espera que Estados Unidos reviva su frustrado intento en la negociación del Acuerdo Transpacífico de Asociación Económica de elevar el plazo de vigencia de las patentes medicinales, lo que alargaría la posibilidad de fabricar genéricos con las materias primas utilizadas.
Se habla, incluso, de homologar la ruta de aprobación de los fármacos de patente a nivel regional, es decir que los que valen para el mercado de EU valgan para los tres países.
Ahora que se podría aprovechar la posición de Canadá para empujar un punto que obligue a México a atenuar la ventaja competitiva que representan los bajos salarios.
Hay que recordar que, a diferencia de México, el país de la hoja de arce incluye dirigentes sindicales en el equipo renegociador.
En el escenario está latente la exigencia de firmar convenios internacionales que garanticen libertad de asociación de los trabajadores, es decir no solo el derecho a formar sindicatos sino a repudiar a los que no defienden verticalmente los derechos de los afiliados.
La esperanza de los negociadores de nuestro país se centra en que en la medida en que se vean más lejanas las posibilidades del TLCAN, se menguaría a su vez el apoyo de los republicanos, el partido en el poder, a la reforma fiscal de Trump.
Por lo pronto, la exigencia de borrón y cuenta nueva cada cinco años del acuerdo mercantil, es decir prácticamente renegociación permanente, cancelaria la pista de aterrizaje de las empresas internacionales que buscan asentarse en el país como plataforma para el mercado de Estados Unidos.
Por lo pronto, la exigencia de cancelar el capítulo 19 del acuerdo mercantil relativo a la solución de controversias deja en el aire el cumplimiento estricto de los acuerdos.
Por lo pronto, la exigencia de limitar las exportaciones agrícolas mexicanas en temporadas de cosecha en Estados Unidos, representa una condena de muerte a nuestro potencial, en momento en que crece vertiginosamente la catarata de importaciones del país.
En la ruta el gobierno ha cambiado radicalmente el discurso. De ser la panacea, el TLCAN se ha convertido en una más de las herramientas para el desarrollo del país. El sí hay vida sin el acuerdo se vuelve estribillo, por más que el Fondo Monetario Internacional ha señalado que el golpe sería letal para la nación.
Manotazos del imperio.
Balance general. La posibilidad de que la Comisión Federal de Competencia apruebe la concentración entre las administradoras de fondos para el retiro MetLife y Principal ha provocado la ira de la competencia, quien acusa al presidente de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro, Carlos Ramírez, de promover un oligopolio. Con la adquisición planteada las cuatro intermediarias con mayor peso en el mercado pasarían de administrar el 54% al 57% de las cuentas, es decir casi dos terceras partes.
Como recordará usted, éstas fueron multadas por la autoridad antimonopolios por coludirse para llevar a su férula la mayoría de los traspasos de cuentas.
En el grupo estaba Principal.
Aunque la Consar ha sostenido que en un escenario donde las comisiones están reguladas y los rendimientos están altamente supervisados, la única opción de competencia es la posibilidad de los trabajadores de buscar otra intermediaria, sus regulaciones apuntan a mantener las cuotas de mercado.
Así, la Circular Única Operativa impone barreras de salida para ciertos trabajadores, obligándolos a solicitar un “permiso” para cambiar de afore.
Todos ponen. Finalmente no hubo sorpresa. La totalidad de los 14 participantes en la licitación para nuevas frecuencias de televisión abierta, desmenuzada lo que sería una cadena nacional más, cubrieron la contraprestación ofrecida por las concesiones.
En su recta final, el 14 de agosto, las ofertas planteadas alcanzaban un monto de mil 614 millones de pesos por 32 canales en la mesa. El primero en entregar el recurso, 647 millones de pesos, fue Multimedios, quien extenderá su cobertura de la Ciudad de México y alcanzaría Ciudad Juárez, Puebla, Durango y Monclova.
El dinero llegó desde el jueves pasado.
El lunes, ultimo día, llegaron en bloque Telsusa de Ángel González González, conocido como El Fantasma, con 262.2 millones en el portafolio para cubrir la concesión de 12 canales, con lo que llego a 34.
Su ámbito mayor alcanza el sur-sureste del país, aunque llega también a Jalisco, Puebla, Tlaxcala y Nuevo León.
Francisco Aguirre Gómez, presidente de la cadena Radio Centro, quien había peleado por la cadena nacional planteando una oferta que no pudo cumplir, lo que obligó al gobierno a tomar el depósito de garantía de seriedad entregado, cubrió finalmente 529 millones por un canal en la Ciudad de México. La misma cantidad por otro en la propia capital pagó Televisión Digital.
Los títulos de concesión se entregarán el 20 de diciembre.
Puntilla. Aprobada por el Consejo de Publicidad Exterior el 6 de noviembre pasado, el proyecto de reordenamiento del ramo ordena a las 150 empresas del mercado a reducir entre 80% y 85% sus activos.
Traducido a pesos, el golpe representa un billón y medio.
Naturalmente, ya se preparan acciones legales contra el gobierno de Miguel Mancera. El escenario fue aprobado por la Secretaría de Movilidad de Carlos Augusto Meneses; Protección Civil, encabezada por Fausto Lugo; la Oficialía Mayor con Jorge Silva Morales; la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda con Felipe de Jesús Gutiérrez.
El director de orquesta fue el director jurídico de esta última, Isidoro Rendón.
