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La renuncia de Tatiana Clouthier a la subsecretaría de Participación Ciudadana, Democracia Participativa y Organizaciones Civiles de la Secretaría de Gobernación revela la forma mediante la cual Andrés Manuel López Obrador (AMLO) designó a su futuro gabinete: sin consultar ampliamente a sus colaboradores.
Clouthier argumentó que su decisión de no asumir el cargo y mejor perfilares como diputada federal de Morena fue personal. Su familia vive en Monterrey y no está dispuesta a reubicar su residencia. No son momentos para cambiarse de casa”, le dijo a EL UNIVERSAL.
Más allá de que las razones de Clouthier ponen en entredicho el plan de AMLO de descentralizar la administración pública —¿cómo se vería el nuevo presidente de la República ejecutando un proyecto que separará a miles de familias si su propio equipo no está dispuesto a hacerlo?, también exhibe lo que muchos sospechan: que es muy difícil decirle no al fundador de Morena.
Otro ejemplo es Alfonso Romo , quien si no pasa nada extraño antes del 1 de diciembre se convertirá en el jefe de la Oficina de la Presidencia. El empresario regiomontano no quería un cargo en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. “Yo ya le dije a Andrés que prefiero seguir al frente de mis negocios, que no quiero un conflicto de interés” me dijo unos días antes de su nombramiento formal por parte del entonces candidato a la presidencia.
Como era de esperarse, Romo enfrentó su primer conato de conflicto de interés hace unas semanas, cuando el presidente electo visitó las instalaciones de Agromod, una empresa de Romo, y detalló que era un trabajo de campo para iniciar el programa de siembra de un millón de hectáreas de árboles maderables y frutales.
Como Romo, hay otros integrantes de su futuro gabinete que no estaban totalmente convencidos de sus nombramientos; unos por un posible conflicto de interés y otros por los retos que representan los cargos. Es el caso de la propia Olga Sánchez Cordero , próxima secretaria de Gobernación. Su notaria 182, y la de su esposo (número 15), Eduardo García Villegas , tienen fuerte vínculos con empresas como Banorte. Sánchez Cordero además fue consejera del grupo financiero que controla la familia Hank, históricamente ligada al PRI.
Javier Jiménez Espriú
también será ampliamente escudriñado por sus relaciones anteriores con empresas privadas. El futuro titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes fue consejero de Telmex y junto con Abel Hibert , asesor de AMLO en telecomunicaciones, han declarado estar abiertos a revisar la posibilidad de permitirle a América Móvil, de Carlos Slim , ofrecer los servicios de televisión.
Y ni qué decir de José María Rioboó , uno de los empresarios más beneficiados durante los gobiernos de Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard en el entonces Distrito Federal. Actualmente asesora al presidente electo en la obra del Nuevo Aeropuerto Internacional de México, la cual podría derivar en la construcción de dos pistas en Santa Lucía, el proyecto de Rioboó.
El periódico de Mancera
. Mucho se habla del nacimiento de un nuevo medio de comunicación que, bajo el nombre En Concreto, arrancaría operaciones en septiembre con el objetivo de blindar y defender informativamente a los funcionarios que participaron en la administración del ex jefe del gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera.
El proyecto se le ha atribuido al poderoso ex secretario de Movilidad de la CDMX, Héctor Serrano, quien se dice habría puesto sobre la mesa 120 millones de pesos para que un grupo de periodistas, encabezados por el ex director del periódico La Razón, Rubén Cortés , ponga en circulación el nuevo medio antes de la toma de posesión del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, y de la próxima jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum.
Pues bien, según fuentes que han estado en reuniones para afinar los últimos detalles del proyecto, los encargados de materializar y financiar la estrategia de defensa de Miguel Ángel Mancera son dos hermanos que ganaron gran influencia durante la administración mancerista: Luis Ernesto y Julio César Serna Chávez.
Los hermanos Serna Chávez son amigos de Miguel Ángel Mancera desde la infancia y ahora serían los encargados de cuidar las espaldas de su “jefe” en un sexenio en el que podría enfrentar la revancha de Marcelo Ebrard , quien lo considera el principal responsable de haber enturbiado los expedientes de la construcción de la Línea 12 del Metro.
Luis Ernesto fue el hombre más cercano a Mancera durante su administración, pues desde su puesto como secretario particular se encargó de manejar los vínculos del jefe de Gobierno con los empresarios, mientras que Héctor Serrano se ocupaba de la operación política.
Por su parte, Julio César Serna ocupó durante más de tres años la dirección de la administración general en la Central de Abastos, una entidad económica que genera un flujo de recursos de 9 mil millones de pesos al año.
Ambos personajes habrían recibido la instrucción de su ex jefe para trabajar en el proyecto de manera acelerada y dar a luz al nuevo medio de comunicación durante los primeros días del siguiente mes; no obstante, una serie de dificultades con los proveedores de papel e impresión han retrasado por los menos un par de semanas el calendario de pruebas y el lanzamiento del producto final.
Además, las filtraciones de las que ha sido víctima —irónicamente— este nuevo medio, han llegado a poner en duda la viabilidad del cabezal e incluso del proyecto.
Lo único seguro, al parecer, es que el diario deberá cambiar el nombre para deslindarse, al menos en imagen, del ya casi senador Miguel Ángel Mancera, a quien no le han sido suficientes los mensajes en Twitter para marcar distancia.
El equipo de Rubén Cortés trabaja a marchas forzadas desde hace un par de semanas y barajan la posibilidad de recurrir al nombre de diario Factor o, en su defecto, recuperar la propuesta de cabezal con la que nació esta idea: Diario República.