Parecía una gran oportunidad, una forma de consolidar una carrera construida durante años, sonaba bien, sonaba como algo serio, la propuesta era simple: convertirse en una de las principales voces de uno de los programas deportivos con mayor audiencia en la televisión nacional.

Rebeka Zebrekos es una periodista deportiva con años de experiencia en los medios de comunicación, durante mucho tiempo estuvo a cargo del área en Excelsior Tv y en la mira de Televisión Azteca para integrarse a su equipo de conductores. En 2016, Zebrekos aceptó la propuesta del Ajusco para conducir, junto a otros destacados comunicadores, el relanzamiento de Los Protagonistas.

Le vendieron la idea de un programa fresco, con libertad editorial y, sobre todo, con la necesidad de un estilo como el suyo, con el agregado de aportar opiniones y comentarios de una mujer profesional en el ramo, a Zebrekos no la habían contratado por una cara bonita.

Al principio, la cosa marchó bien, la periodista aparecía con el mismo nivel de sus compañeros varones, las mesas se armaban con debates ácidos, polémicos y Rebeka era tratada como lo que es, como una periodista.

Sin embargo, conflictos internos fueron poco a poco mermando el ambiente y solicitaban en Zebrekos vestuarios cada vez más y más provocadores; dice que, en alguna ocasión, la castigaron con menos tiempo de participación en la pantalla por negarse a conducir un segmento en traje de baño, hasta el punto de convertirla en un elemento de ornato para el programa.

Durante un año sufrió vejaciones, que incluían cuestiones de su vida personal como jefa de familia, con claras amenazas de violencia financiera: si no haces esto lo pierdes todo, si no haces esto, te quedas sin sustento.

La periodista no cedió a la mayor parte de las solicitudes que le demandaban mostrar su cuerpo de formas, que la incomodaron, y entonces vino la estocada final.

En Mayo, Ariel Rothstein, director de Producción de Azteca Deportes, llamó a Rebeka Zebrekos para notificarle que su contrato había terminado, le dijo que la empresa y su carrera iban por caminos diferentes; que buscaban a alguien que fuera más joven, para que se adaptara a lo que pedían en la pantalla. Al final, como consta en una grabación en mi poder, sin más pudor le espetó: “buscamos a un personaje más joven, que tenga la capacidad de mostrar más o menos piel”.

Después de la experiencia, Rebeka Zebrekos me dice que emprenderá una campaña de dignificación laboral contra el abuso de autoridad en las empresas y no descarta acciones legales contra Televisión Azteca.

Le irá bien. ¡Mucha suerte, Rebeka!

DE COLOFÓN.— Para elegir al candidato del imaginario Frente Amplio Democrático, habría que hacer una elección abierta con todos los aspirantes de todos los partidos e ideologías, buena idea, salvo por el hecho de que la altura de miras parece igual de imaginaria.

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