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De no creerse las imágenes que tiene en su poder EL UNIVERSAL Deportes, de las cámaras de seguridad en las calles aledañas al estadio Luis de la Fuente en Veracruz . Una barbarie que el futbol provocó y en la que los barristas de los Tiburones Rojos se evidencian como agresores enfundados en la cobardía de una camiseta de un equipo de futbol.
Los testimonios otorgados a este diario hacen que esta plaza deba ser sancionada y no volver a abrir su estadio hasta que garantice la seguridad, no nada más al interior del inmueble, sino también de las calles aledañas.
Declaraciones que explican cómo la porra del Atlas caminaba por una de las calles en la zona residencial cercana al estadio cuando fue sorprendida por cientos de cavernícolas con la camiseta del equipo local, quienes la increparon y empezaron a soltar golpes, lanzar bengalas y perseguir a los pocos aficionados que acudieron a apoyar a su equipo desde Guadalajara, llevando esto a una persecución que pudo terminar en una tragedia.
Vecinos de la zona, acostumbrados a vivir en la tranquilidad, con ventanas y puertas abiertas de sus casas, no podían entender lo que pasaba, porque fue tal el afán de estos vándalos en seguir violentando a los del Atlas , que ingresaron a alguna casa habitación, golpearon gente en su interior, robaron cuchillos, picahielos y todo lo que podía ser usado contra los seguidores atlistas. Qué imágenes, terribles, bochornosas y preocupantes, extremadamente preocupantes.
Si un partido de futbol provoca esto, el gobierno tiene que poner el remedio inmediato, como sucedió en Grecia; incluso, hasta ordenar parar la liga, mientras no existan garantías de seguridad para quienes van a un estadio, viven en los alrededores y todos los que tengan alguna relación con un acontecimiento deportivo de esta índole. De igual forma, la Liga MX debe fijar una postura inmediata y entender que, aunque en muchos medios de comunicación no se hable del tema, no quiere decir que la violencia no exista ni sea parte del futbol. Solamente en esta plaza hay evidencias claras, en el partido de la temporada pasada contra Tigres , el de hace poco tiempo ante el América y el del domingo.
Ojalá que estas imágenes, que seguramente son repetitivas en muchos escenarios del futbol mexicano, en las calles circundantes, explanadas y estacionamientos, sirvan para poner un freno, porque es una asignatura pendiente que no han resuelto. Siempre se habla de que no existen evidencias; ahí están las imágenes que muestran que el futbol debe responsabilizarse, hacer un pausa, replantear lo malo que está siendo y exigir sistemas y protocolos de seguridad, tanto en el interior como en el exterior de los estadios, y dejar esa absurda retórica que dice que no tiene que ver si se pelean fuera de un escenario deportivo.