Desde la llegada al poder de los gobiernos neoliberales en México, la izquierda y los sindicatos de maestros han usado como justificación para movilizaciones y protestas una supuesta amenaza de que, por orden de organismos financieros internacionales, se va a privatizar la educación en el país.
Tenían razón. Hoy tenemos datos que confirman que no era una teoría de la conspiración. Efectivamente hubo un plan, que se ejecutó paso a paso, durante 27 años, para privatizar un tramo de la educación y ponerlo en manos de… el maoísta Partido del Trabajo.
Y eso fue posible en coordinación con tres administraciones federales del PRI y dos del PAN, con gobiernos estatales del PAN, PRI, PRD y Partido Verde, y con alcaldías de todos los colores. Además, con la aprobación en el Congreso de la Unión año tras año de partidas millonarias. Y, sí, mediante convenios con la Secretaría de Educación Pública.
Todos involucrados en permitir un gran negocio privado de los dirigentes del PT y sus familiares, a costa del erario.
Se trata de los Centros de Desarrollo Infantil, Cendis, administrados por el PT y su organización Tierra y Libertad. En total, 82 planteles que abarcan educación de maternal a preescolar. Para que uno de ellos entre en operación, se requiere un convenio con el gobierno municipal, otro con la SEP federal y acuerdos con el gobierno estatal, que recibe recursos de la Federación, aprobados por el Congreso, y se los deposita a los administradores del Cendi, es decir, a los dirigentes del PT.
Así han operado desde hace 27 años, cuando el partido se fundó de la mano de Raúl de Salinas de Gortari, en pleno auge del poder de su hermano Carlos en la Presidencia de la República. Comenzaron en 1990 en Monterrey, Nuevo León, su cuna. Luego pasaron a Durango, su segundo bastión histórico. Hoy además tienen Cendis en Aguascalientes, Baja California, Chiapas, Colima, Guanajuato, Michoacán, Nayarit, Puebla, Querétaro y Zacatecas.
El tema está ahí desde entonces. Se hizo visible recientemente por la investigación de la PGR por lavado de dinero contra María Guadalupe Rodríguez Martínez, administradora general de los Cendis del PT y esposa del líder nacional Alberto Anaya, por el manejo de ese dinero.
Alberto Anaya y su aliado Andrés Manuel López Obrador denuncian que es una persecución política del gobierno priísta. Es claro que puede haber un interés político en la investigación, pero también son contundentes los datos que la documentan.
El PT le debe al público muchas explicaciones, pero también los demás actores políticos citados en esta columna que avalaron la privatización de la educación… a favor de un sector de la izquierda.
SACIAMORBOS. Me contaron de la fiesta de disfraces en Los Pinos con motivo de la Noche de Brujas. La que siempre organiza una de las hijas del Presidente. La diferencia fue que, esta vez, Enrique Peña Nieto decidió que sí se disfrazaba. Y si el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, salió frente a la prensa como Clark Kent y se abrió la camisa para dejar ver el escudo de Superman, Enrique Peña Nieto se presentó ante los invitados a la casa presidencial vestido mitad de Clark Kent y mitad de Superman. La imagen de los superhéroes la completaba su esposa, Angélica Rivera, quien se disfrazó de la Mujer Maravilla. ¿Quién tendrá fotos del Halloween en Los Pinos?
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