Muchos nos preguntamos si el dinero de Odebrecht llegó a la campaña presidencial del PRI en 2012. Pero no hay pruebas contundentes. 

 

Tengo una idea: ¿por qué no entramos a Los Pinos y abrimos todos los escritorios, archiveros, estantes, cajones, cajas fuertes, todo? 

 

El gobierno federal no nos lo podría reprochar. Es lo que hicieron en Cancún los agentes de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada de la PGR: llegaron a las instalaciones de la empresa de resguardo de valores First National Security y se metieron a la fuerza para incautar y abrir las mil 500 cajas de seguridad privadas que había ahí.
 

De inmediato, los abogados de la compañía y los dueños de las cajas que vieron vulnerada su propiedad privada exigieron que se mostrara la orden de cateo. No sucedió. A tantos días de distancia, no parecer haber respaldo judicial a la actuación de la PGR. Menudo desaseo.

 

Pero tampoco parece haber empacho por parte del gobierno: la PGR incluso anunció que su área de Derechos Humanos revisó su procedimiento de actuación… y lo avaló. Vaya caradura.
 

Se dice que están investigando crimen organizado, se dice que seguían una pista de Doña Lety (la detenida mandamás del narcomenudeo en Quintana Roo), se dice que era algo relacionado con Roberto Borge y sus encumbrados cómplices. Se dice, se dice. Pero nada se sabe y nada se explica.
 

No sólo eso. Exigen a los afectados que si quieren recuperar sus cosas, que muestren las facturas que acreditan la propiedad. ¿Factura de las joyas de la abuela? ¿Del reloj del abuelo? Botín de guerra para los abusivos: cuántas cosas no desaparecerán en el camino de la caja de seguridad al juzgado cuando no haya modo de acreditar la propiedad. Abrir mil 500 cajas de seguridad a lo bestia sólo exhibe la falta de precisión de la indagatoria, revela una investigación poco profesional y errática. Es la estrategia del que quiere atrapar a El Chapo y empieza por bombardear todo Sinaloa. 
 

Ante el atropello, en el que se burlan de la presunción de inocencia y demás garantías individuales, el gobierno federal parece mostrar una sonrisa de orgullo y de sorna. ¿No les bastó la elección en el Estado de México? ¿No les bastó Pegasus? ¿No les bastó lo del fiscal electoral? ¿No les bastó lo de Anaya? ¡Pues ahí les van sus cajas!
 

Es como si la estrategia, de cara a las elecciones de julio de 2018 (su única preocupación), sea mostrar los dientes del Estado. Exhibir de lo que son capaces. Que lo pueden hacer, que lo deciden hacer, que saben cuáles son los costos y que les vale. Que se sepa y que se vea de qué tamaño es el músculo.

 

SACIAMORBOS.  El problema de abusar del músculo del Estado es cuando el brazo lo dejas de controlar tú y lo empieza a controlar tu adversario. 

 

historiasreportero@gmail.com

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