A Guillermo Lagunes Díaz, DJ Patas, se lo llevó un comando armado la madrugada del 28 de junio de 2013. Entraron por él hasta su casa en el Fraccionamiento Reforma, en el puerto de Veracruz. En ese momento era el DJ más famoso del estado: amenizaba siempre las fiestas del gobernador Javier Duarte.

Al momento de su desaparición tenía 29 años de edad y una carrera en ascenso con contratos pendientes para eventos sociales en centros turísticos del país como Cancún y Playa del Carmen. El alma de las fiestas.

El más conocido y popular DJ de Veracruz se volvió un personaje cotidiano en las reuniones que Karime Macías y su esposo el primer mandatario ofrecían a los amigos en sus años de mayor poder y máximo lujo. Tal vez por eso para quienes lo conocieron resultó desconcertante que, después de su desaparición, Duarte no hiciera mención alguna sobre el caso de un hombre con el que convivía cotidianamente, al que abrazaba y mostraba que le tenía cariño. No lo refirió ni para investigar qué fue lo que sucedió. Tampoco ninguno de los integrantes de su gabinete.

Ni el DJ ni su cercanía al matrimonio Duarte-Macías volvió a ser materia de menciones públicas.

Sin embargo, su nombre tapizó Veracruz junto con los cientos o miles de desaparecidos durante el aciago gobierno de Javier Duarte.

Cuando los medios de comunicación empezaron a indagar sobre el destino de este hombre, del gobierno surgieron varias versiones. Unas hablaban de que había sido secuestrado. Con esta hipótesis fueron detenidos dos de los empleados del DJ Patas quienes, presuntamente, ocultaron información y colaboraron con integrantes de la banda criminal que se lo llevó por la fuerza.

Sin embargo, a cinco años de la desaparición del DJ, las actuales autoridades locales sospechan que su secuestro no tuvo un móvil económico sino una venganza. Ex policías del estado dijeron para esta columna que, después de su íntima relación con Karime y Javier, el DJ tuvo diferencias personales con el gobernador. La información fue corroborada por fuentes de alto nivel en la administración veracruzana.

Una de las líneas de investigación de las autoridades en funciones, generada a partir de los testimonios de ex policías de Veracruz, es que DJ Patas pudo haber sido atacado por agentes del ex Secretario de Seguridad Pública estatal, Arturo Bermúdez Zurita, quien actualmente está preso acusado de enriquecimiento ilícito y toda suerte de crímenes atroces, que han sido ventilados por el gobernador Miguel Ángel Yunes, rival político de Duarte..

Esa no es una versión ajena a la realidad de Veracruz en tiempos de Duarte. Existe otro caso muy sonado —con características similares— en el cual las autoridades acusaron la participación de Bermúdez Zurita: el asesinato del cantante Gibrán Martiz, ocurrido en enero de 2014, de quien posteriormente dijeron que había muerto al quedar en medio de una balacera.

La investigación hecha por el padre de Gibrán confirmó que ese joven de 22 años fue de los torturados en la academia estatal de policía y posiblemente asesinado ahí mismo, aparentemente como venganza por un altercado que tuvo en un bar con un familiar de Bermúdez Zurita, quien hasta ahora no ha sido enjuiciado por este crimen.

El caso de DJ Patas no se ha cerrado gracias al trabajo de su madre, Lucía de los Ángeles Díaz, quien a partir de la desaparición de su hijo se volvió en una de las activistas más visibles de la entidad y del país a la cabeza del colectivo el Solecito. Gracias a ella se sabe que el teléfono de su hijo estuvo activo durante meses sin que la autoridad estatal decidiera rastrearlo.

Este caso está entre varios expedientes abiertos ante la justicia local con los que intentarán sumarle acusaciones a Duarte e impedir que salga de la cárcel.

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