Cuando se abrió el socavón en la autopista México-Cuernavaca, el secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, enfrentó otra ola de exigencias para que renunciara. No fue la primera del sexenio (¿será la última?), así que no se le notaba espantado.
Salió a capotear el reclamo. Para defenderse, declaró que el único que le podía pedir la renuncia era el presidente Peña Nieto. A las pocas horas, el Presidente lo respaldó con el argumento de que por encima de las venganzas políticas tendría que haber una investigación para deslindar responsabilidades. Y ese mismo argumento fue el que anduvo esgrimiendo el secretario de Comunicaciones cada que se le cuestionaba.
Pues ya hay luz sobre la investigación. La Secretaría de la Función Pública, perteneciente al gobierno mismo, detectó irregularidades por más de ¡mil millones de pesos! en la obra del socavón. En cuatro contratos hizo 22 observaciones, como trabajos ejecutados sin comprobación documental, pagos en exceso, inadecuada planeación y, la más asombrosa, que se concedió la licitación sin siquiera proyecto.
El secretario Ruiz Esparza apuntó a toda velocidad a que la responsabilidad caería sobre funcionarios menores. ¡¡¡¿¿¿Mil millones???!!! ¡¡¡¿¿¿Funcionarios menores???!!! ¿En serio? Para llorar.
Segundo llanto. Luis Miranda. No hay semana en la que el secretario de Desarrollo Social no dé de qué hablar, y para mal.
El reciente hallazgo de que su hermana y cuñado venden gasolina de huachicoleros, y encima dan litros incompletos, es sólo uno más en una larga lista de irregularidades, faltas de preparación, manejos políticos turbios…
Para zafarse de la presión, el secretario casi desconoció a sus parientes. Pero hay que recordar que el cuñado huachicolero es también ¡director general! de la Universidad Isidro Fabela… en la que Luis Miranda obtuvo su título de licenciatura. Pfff.
(Este es el momento en el que el columnista echa mano de esa repetida frase de que “En cualquier país desarrollado, con la mitad de estos escándalos ya hubieran renunciado…”, pero no tiene que ser tan desarrollado: en Guatemala estarían en prisión preventiva).
En un momento en que se está pidiendo a la gente cooperar para aliviar la tragedia de Oaxaca y Chiapas, desmotiva la señal que significa la manera en como se ha protegido a Ruiz Esparza y a Miranda. Por no decir que siguen brotando los desvíos de recursos tras la “reconstrucción” por los meteoros Ingrid y Manuel en Guerrero hace cuatro años.
La permanencia de estos dos personajes en el gabinete sólo alimenta las sospechas de corrupción enquistadas en la cúpula del gobierno federal. Parece que el Presidente está dispuesto a pagar ese costo.
SACIAMORBOS. Leo en primera plana: “AMLO ha hecho 16 giras internacionales este año; no ha transparentado ni una”. La Esperanza.
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