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¿Cómo arranca Veracruz el 2018? El primer día del año se reportó el crimen de un taxista en Córdoba y encontraron en Xico a un hombre baleado. Dos días después degollaron a un hombre en la carretera Catemaco-Coyame y asesinaron a dos personas en Coatzacoalcos. El 5 de enero en Sayula fue asesinada Elizabeth Zepeda Osorio (la mujer había sido amenazada para que dejara de buscar a su hija) y encontraron cinco cabezas humanas sobre un taxi abandonado en una carretera. El 7, ejecutaron a cuatro personas en Minatitlán y Coatzacoalcos.
El 8 de enero un grupo armado mató a tres en Tihuatlán. El 9, cinco hombres murieron en Río Blanco y hallaron una cabeza en Cosoleacaque. El 10 de enero, el cadáver del expresidente municipal de Colipa. El 11, en Tuxpan, ejecutaron a un joven que trató de impedir que violaran a su hermana adolescente. El 12, cuatro cabezas humanas abandonadas en el cofre de un taxi en Sayula. Antier, nueve cuerpos de hombres desmembrados al interior de una mini van en Xalapa.
Mientras tanto, el gobernador de Veracruz, el panista Miguel Ángel Yunes, está concentrando en echarle pleito a Andrés Manuel López Obrador. Lo hace muy eficazmente: el de Morena muerde su anzuelo una y otra vez. Yunes está en campaña mientras en su estado corre sangre. Es un activo para el Frente, porque tiene a López Obrador en jaque: lo reta a debate, lo llama loco, le dice corrupto y vividor, y el tabasqueño le contesta que también es corrupto y ladrón. Y se recriminan mutuamente los apoyos a sus hijos.
En Chihuahua, una historia similar: del 5 al 8 de enero se registró el asesinato de 52 personas en Chihuahua capital y Ciudad Juárez. Notablemente, los 21 muertos del 5 de enero. El 7, un ex regidor su hijo, su tesorero y un comandante de la policía. El martes pasado, 6 homicidios en Chihuahua. Ese mismo día en el Fraccionamiento Arquitectos acribillaron a tres personas más. Sin contar que se publicaron grabaciones que apuntan a que el homicidio de la periodista Miroslava Breach fue orquestado y encubierto por el PAN estatal, partido en el gobierno.
Mientras tanto, el gobernador de Chihuahua, el panista Javier Corral, anda en campaña: se ha vuelto punta de lanza de las acusaciones del Frente contra el PRI.
Sin duda tiene muchísima importancia exhibir las corruptelas. Corral no debería ceder un ápice si tiene un caso contra el PRI y el gobierno por el desvío de recursos, pero sería lamentable que se escondiera en este expediente para no rendir cuentas sobre el baño de sangre en su entidad y encubriera la complicidad de su partido en el crimen contra una periodista. Esto sería incluso una incongruencia con su trayectoria y su discurso histórico.
Se vale estar en política. Se vale estar en campaña. Lo que no se vale es sólo hacer política y campaña, y usar el proceso electoral como cortina de humo para desatender las responsabilidades y justificar el desgobierno.
historiasreportero@gmail.com