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En camionetas de Cometra fueron transportados 300 millones de pesos en efectivo cuyo origen era el presupuesto del gobierno federal. ¿A dónde habrían llegado los vehículos blindados, especializados en movilizar valores? A una serie de domicilios que la Auditoría Superior de la Federación está investigando: sospecha que están vinculados a la secretaria Rosario Robles y su equipo más íntimo de colaboradores.
Así me lo revelan fuentes de alto nivel en la Auditoría federal.
Además de la titular de Sedatu (entonces al frente de Sedesol), están en la mira de dicha institución personajes desde hace varios años atados a la secretaria Robles: Emilio Zebadúa, su hermano José Ramón Zebadúa, Ramón Sosamontes, René Islas y Ricardo Carballo. Todo, en calidad de presunción.
A este grupo de personas las ubican como los supuestos operadores del sofisticado sistema de muy posible desvío de recursos públicos a manos privadas, con escala en universidades y organismos autónomos del Estado, que se volvió popularmente conocido como La Estafa Maestra tras el reportaje del mismo nombre en el portal Animal Político basado también en indagatorias de la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
La semana pasada en estas Historias de Reportero publiqué una columna titulada: El “cártel” de Rosario. Una fuente de primer nivel en la ASF le ponía ese nombre al presunto “esquema perfectamente organizado, minuciosamente orquestado, para desviar miles de millones de pesos de recursos públicos que, según sus primeras indagatorias, terminaron en dinero en efectivo, inmuebles de todo tipo y un buen número de depósitos a cuentas bancarias privadas”. El mecanismo implicaría duplicar “entregables” y simular pagos.
Según la estimación de la ASF estamos hablando de más de 6 mil millones de pesos.
Parte de ese dinero habría sido en efectivo. La Auditoría Superior de la Federación habría encontrado dificultades y poca colaboración, me dicen fuentes del lugar, por parte de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda y de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, para trazar la ruta del dinero e incluso exigir a la empresa transportadora de valores Cometra que diga todo sobre esos traslados de dinero en efectivo —300 millones de pesos, según sus investigaciones— de personas físicas y morales que lo recibieron por el mecanismo conocido como La Estafa Maestra, pero que no se quedaron con los recursos sino que los redireccionaron en cash.
SACIAMORBOS. En la Auditoría consideran que enfrentarán todavía más dificultades para desentrañar este misterio financiero considerando que el que era secretario de Hacienda ya es candidato, el que era jefe de la Unidad de Inteligencia ya es del Cisen, el que era su número dos es procurador en funciones y el que era su número tres ya es subprocurador.
El expediente tiene cada vez más solidez y frente a una opinión pública que exige el fin de la desbordada corrupción, la acción o la inacción tendrán lecturas políticas y quizá consecuencias electorales.