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Héctor Marcos Díaz-Santana quería ser titular de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade) desde hace años. Desde que trabajaba ahí como coordinador de Asesores de María de los Ángeles Fromow. Y finalmente el viernes, Díaz Santana llegó al Senado a las 4 de la madrugada a escuchar la deliberación de los legisladores que se retrasaron por varias horas, pero que finalmente le dieron lo que él percibió como su regalo de Navidad: ser el nuevo titular de la Fepade.
Sin embargo, Díaz-Santana recibió en verdad un dulce envenenado. Y es que su nombramiento va acompañado de tres grandes problemas que harán muy complicado su trabajo para prevenir y fiscalizar los delitos electorales en los comicios de 2018.
1. TIEMPO: el primer problema que enfrentará Díaz-Santana será lo acotado del periodo para el que fue nombrado. Y es que, aunque los fiscales deben durar en el encargo nueve años, en el caso de Díaz-Santana su periodo concluye en noviembre de 2018, apenas unos meses después de la elección presidencial. Esto porque llega simplemente a completar el periodo de Santiago Nieto que fue nombrado por el Senado ante la ausencia de un fiscal General de la Nación que es quien debiera nombrar al titular de la Fepade. Pero recordemos que seguimos sin fiscal General.
El que su periodo esté acotado a once meses lo hace nacer como un fiscal débil porque no tendrá tiempo de integrar expedientes sobre las elecciones de 2018 que sean llevados ante los jueces y que a su vez éstos emitan sentencias.
Díaz-Santana podría, ante este defecto del poco tiempo en el encargo, dedicarse a resolver los pendientes que dejó Santiago Nieto. Notablemente el caso Odebrecht. Pero si a Nieto todo indica que se le removió por esta investigación, difícil será que el nuevo titular de la Fepade la saque adelante.
2. HUÉRFANO: el segundo problema para Díaz-Santana es que asume un encargo en el que no tiene jefe porque el Senado aún no ha nombrado al fiscal General y en la PGR sigue un encargado de despacho. La Fepade debería reportarle al fiscal General, que se supone es autónomo del Poder Ejecutivo, o sea, del Presidente. Pero actualmente Díaz-Santana va a tener no sólo que reportarle a la PGR, que depende del Ejecutivo. Además, va a tener que acercarse a ésta para pedirle de todo para poder hacer su trabajo.
Y es que la Fepade no tiene ni policías, ni delegaciones en los estados, ni infraestructura para hacer peritajes. No tiene nada. Todo se lo tendrá que pedir prestado a la PGR, que no es autónoma.
Vaya escenario el de un fiscal que, por ejemplo, deberá pedirle a la PGR de Alberto Elías Beltrán que le preste oficinas de sus delegados en Morelos para investigar si el candidato del PRI en ese estado, o el del PRI presidencial (Meade) está cometiendo delitos electorales en Cuernavaca. Podemos fácilmente imaginar la enorme disposición de esa PGR para ayudar en la investigación de Díaz-Santana, ¿verdad?
3. ESC LAVO DE LOS ESTADOS: en tercer lugar, el nuevo titular de la Fepade tendrá que trabajar con los 32 titulares de las fiscalías estatales. Una aberración de nuestro sistema electoral que, mientras al Instituto Electoral y al Código Penal lo convertimos en Nacionales, a la Fepade la pondremos a trabajar por primera vez en estas elecciones con 32 fiscales estatales que no sabemos quiénes son; cómo se nombran ni qué presupuesto tienen, porque cada estado puede disponer de estas incógnitas a su antojo.
En los estados es el gobernador quien nombra al fiscal general estatal, que muy bien puede ser un #FiscalCarnal que a su vez es el encargado de nombrar al titular de la Fepade estatal. Con esta cadenita bien podemos adivinar que el titular de la Fepade estatal será afín tanto al fiscal estatal como al gobernador.
Estos titulares de las Fepades estatales no serán ni huérfanos ni tendrán la restricción de tiempo en el encargo como el que tiene Díaz-Santana. El resultado es un titular de la Fepade federal mucho más débil que cualquiera de los titulares de las Fepades estatales.
Así que si bien los senadores nos pueden decir que cumplieron con su trabajo al nombrar al titular de la Fepade para las elecciones del 1º de julio de 2018, la realidad es que estamos ante una Fiscalía sin dientes con un fiscal que se ganó, en efecto, la rifa del tigre.
APOSTILLA: ¿Quién gana entonces con este esquema de la Fepade? Quienes quieren cometer delitos electorales sin que se les toque ni con el pétalo de una investigación.
www.anapaulaordorica.com
@AnaPOrdorica