En su discurso de cara a la población reunida en el Zócalo la noche de la victoria electoral, el aspirante de Morena había hablado de buscar alternativas para arraigar a los mexicanos a su tierra.
Del dicho al hecho, la propuesta enviada a la Casa Blanca vía el secretario de Estado, Mike Pompeo, quien encabezó una delegación de alto nivel para reunirse con el próximo titular del Ejecutivo del país, habla de crear empleos de calidad en la franja norte para reducir el flujo migratorio.
Más aún, se plantea la búsqueda de acuerdos con países centroamericanos para controlar el éxodo hacía nuestro país como vereda para cruzar la frontera de la nación de las barras y las estrellas.
En el papel, pues, ya no habría necesidad del muro de la ignominia.
Cuando México, Estados Unidos y Canadá plantearon la creación de la primera zona de libre comercio en el territorio americano, el principal objetivo planteado por la Casa Blanca era, justo, que la alternativa le abría al país la puerta hacia la multiplicación del empleo vía empresas extranjeras que utilizaran a México como trampolín para llegar al vecino, realizándose funciones de terminado de productos.
El problema es que la competitividad del país se centró en una mano de obra barata. Ninguna de las firmas que llegaron tienen sindicato.
Naturalmente, la fórmula no derivó en incentivo alguno para arraigar a la población.
El aterrizaje de las promesas de López Obrador, en paralelo a una serie de incentivos para fortalecer la economía de las fronteras que oscilan desde un Impuesto al Valor Agregado reducido; la homologación en el precio de las gasolinas de ambos países; la creación de zonas libres y el fortalecimiento de la infraestructura del sureste, reclamaría la reciprocidad del país vecino.
De entrada, trato digno a los migrantes que se encuentran actualmente en su territorio, incluida la ciudadanía a quienes hubieran nacido en el país y, naturalmente, mantener al esquema que favorece a los llamados dreamers, es decir mexicanos hijos de éstos que estudian en escuelas de Estados Unidos.
Ahora que, reanudadas esta semana las pláticas para renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, habría que ver si hay un cambio de señales de la Casa Blanca en los temas que fueron calificados como “píldoras envenenadas”.
Estamos hablando, en principio, de mantener la ruta hacia la trilateralidad frente a la tentación de acuerdos bilaterales con México y Canadá. Evidentemente, el anzuelo implica darle mayor ventaja al país del norte, bajo la promesa que es más fácil doblegar a una que a dos naciones.
En la bitácora está la modificación a la regla de origen del sector automotriz, la posibilidad de muerte súbita del acuerdo cada cinco años, la desaparición del mecanismo de solución de controversias y la estacionalidad para al acceso de los productos agropecuarios.
De acuerdo con el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, México tiene una “ventana de oportunidad” tras el cambio de actitud de Trump de cara al nuevo gobierno.
¿Habrá realmente un puente entre el dicho y el hecho?
Balance general. Aunque pareciera una colosal temeridad aseverar que es falso el que cuente con grabaciones que demuestran que Petróleos Mexicanos fraguó su derrota al haberse negado a entregarle sobornos, los accionistas estadounidenses de la Perforadora Oro Negro fueron colocados por la empresa productiva del Estado de espaldas al callejón vía una denuncia de hechos.
En ésta, fincada ante la Procuraduría General de la República, se exige la presentación de las pruebas a que se alude “para evaluar su autenticidad y contundencia”.
El problema es que la andanada de quienes a su vez acusan a Pemex de haber participado en la pérdida de una de las cinco plataformas de la empresa, le endilga al gobierno uso faccioso de la propia PGR por plantear una querella más, sólo que ésta en contra de Oro Negro.
La suspicacia plantearía que la instancia de procuración de justicia actuó de forma sesgada.
Nace Biva. Con una ceremonia en el Altar de la Patria ayer se abrió a la escena la Bolsa Institucional de Valores, en competencia, por más que se habló de complemento de la Bolsa Mexicana de Valores.
En la apuesta, madurada durante cinco años, están en juego recursos del Sistema de Ahorro para el Retiro.
Concretamente, las sociedades de inversión de las administradoras de fondos para el retiro aportarán la mayoría del capital.
Se calcula que el dinero involucra a 20 millones de trabajadores en opción de retiro.
Otro de los participantes es el fondo de capital privado, LIV Capital, que aportó 450 millones de pesos a la piñata.
La responsable del proyecto es Central de Corretajes, que encabeza Santiago Urquiza.
Sospechosísmo. A solicitud del gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa, la Secretaría de la Contraloría y Transparencia Gubernamental está colocando la lupa en el sector salud.
La pesquisa, por lo pronto, ha descubierto irregularidades en la compra de medicamentos para el Seguro Popular, ubicando frecuentes compras sin contrato al calce a la empresa Farmacias El Fénix del Centro.
En el expediente REPSS/156 por ejemplo, se anota que durante la administración de Gabino Cué el Seguro Popular le pagó a la compañía propiedad de Xavier González Xirón cinco facturas por 59 millones 999 mil pesos, anexándose al comprobante del gasto un “cargo de 20% considerado en un anexo 10, bajo el rubro de administración de Material de Curación y Medicamentos” en enero pasado.
Sin embargo, la indagación concluye que la documentación no justifica tal concepto, de acuerdo con el Catálogo Universal de Servicios de Salud.
Ahora bien, el Seguro Popular argumenta que la compra se realizó vía un convenio modificatorio de ampliación al contrato 040/2018 por el servicio de “Dispensación de Medicamentos y Material de Curación”.
El caso es que el contrato aludido, firmado el 27 de junio de 2014, por 567 millones 467 mil 575.69 pesos con Farmacias El Fénix, se pactó en un proceso en que sólo participó la propia empresa.
Los auditores detectaron también que la empresa obtuvo en 2011 un contrato por 99 millones 146 mil 356.65 pesos, el cual también se investiga.