El ambiente de temor, paradójicamente, lo alimentan los grandes empresarios, cuyas inversiones serían las primeras perjudicadas ante una oleada especulativa que dispare la paridad peso-dólar.

Lo grave del caso es que la guerra emprendida con señal de arranque del Consejo Mexicano de Negocios se basa en supuestos que colocan de símil a los gobiernos priístas de Luis Echeverría y José López Portillo.

La ola, en supuesta alerta a sus trabajadores, habla de expropiaciones, confiscaciones, caos presupuestal, lo que no concuerda con el programa de gobierno planteado por el aspirante de Morena.

En el ejercicio se soslaya, por ejemplo, que López Portillo salvó de la quiebra al grupo Alfa, una de las vertientes del Grupo Monterrey, al que tras una expansión desordenada le proveyó de 13 mil millones de pesos con cargo a Nacional Financiera.

La luna de miel duró tres años.

Planteada la ofensiva bajo la batuta del presidente de Kimberly Clark, Claudio X. González, la intención era repetir el numerito de 2006, es decir, lanzar una campaña mediática bajo su patrocinio.

La posibilidad la resquebrajó una orden del Instituto Nacional Electoral para bajar un spot en que cinco niños parecidos a los candidatos defendían la reforma educativa… contra López Obrador.

La opción apuntaba a una acción aleatoria de los organismos empresariales, Concanaco, Concamin, Asociación de Bancos… sólo que hubo temor de sus dirigentes a ser rebasados por las bases que apuestan al cambio.

Sólo la Coparmex hizo segunda.

En la lucha, aunque ahora se niega, hubo una entrevista con el presidente Enrique Peña Nieto para pedirle bajar del caballo al candidato oficial, José Antonio Meade, y dejarle toda la cancha al panista Ricardo Anaya.

El problema es que éste había agraviado al Ejecutivo al ofrecer públicamente que lo llevaría a la cárcel.

En el callejón, pues, los empresarios gigantes tomaron la batuta, alcanzando un protagonismo inusual. Así, reacio a aparecer en actos públicos al punto de no existir fotografías, el presidente de Grupo México, Germán Larrea Mota Velasco, ahora hasta concede entrevistas.

De acuerdo con la agencia Bloomberg, el presidente de grupo Bal, Alberto Bailleres, en reunión con ejecutivos de sus empresas, les habría pedido de plano votar por quien estuviera segundo en las encuestas… por más que la figura de Ricardo Anaya le cause recelo.

De hecho, el grupo había apoyado financieramente a Margarita Zavala.

Naturalmente, nadie podría objetar el derecho de los empresarios de expresar sus fobias y filias de cara a los candidatos, por más que recurran a la bola de cristal para plantear hipotéticos.

La frontera se cruzaría si hubiera coacción a los trabajadores, es decir, si de la recomendación se llegara a la amenaza.

De acuerdo con el periódico Reforma, el presidente de grupo Topaz, Dionisio Garza Medina, quien tiene 11 contratos para exploración y explotación petrolera, había dicho que no tiene ningún temor a la posible llegada de López Obrador.

Tanto el tabasqueño como sus allegados le habrían dicho que si en el proceso en que participó hubo corrupción, entonces sí tendría de que preocuparse. ¿A quién le conviene sembrar incertidumbre?

Balance general. Justo el día en que se vencía la tregua concedida a México y Canadá, Estados Unidos decidió integrar a sus socios en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte como contraparte de su guerra comercial. A partir de hoy ambos serán sujetos del impuesto global a las exportaciones de acero y aluminio. El arancel será de 25% en el primer caso y de 10% en el segundo.

De inmediato, la Secretaría de Economía anunció represalias en concordancia con la puerta que abre la Organización Mundial del Comercio para equilibrar el daño con medidas similares ante una decisión unilateral.

El país le impondrá aranceles a las exportaciones estadounidenses de aceros planos, es decir, láminas rolada en caliente y frío, incluidos recubiertos y tubos diversos; lámparas; piernas y paletas de cerdo; embutidos y preparaciones alimenticias, manzanas, uvas, arándanos y diferentes quesos.

La intención es empatar el marcador.

La gran pregunta, sin embargo, es si se cumple la idea de golpear partes letales con objeto de presionar para que la contraparte se rinda.

PRI premia. De acuerdo con una investigación de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, Logística Estratégica Asismex, una empresa que financió ilegalmente la campaña priísta a la Presidencia de la República en 2012, con 15 millones de pesos, fue beneficiada con creces.

El gobierno de Javier Duarte la incluyó en un ramillete de empresas, 11 en total, creadas por el contador público Víctor Manuel López Gachuz, que recibieron contratos públicos por 3 mil 617 millones de pesos. Detrás de éstas se ubicaron los propietarios, directivos y representantes legales de la firma.

En el escenario de la construcción de las empresas, Duarte les entregó 643 millones de pesos. Los recursos obtenidos se transferían a otras empresas para perder el rastro.

El PRI nunca reportó el ingreso, negando toda relación con la empresa Asismex. Sin embargo, el puente fue probado por el Instituto Nacional Electoral tras una investigación de cinco años.

Bolita. El miércoles pasado, desde el seno de la Comisión Permanente se urgió al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación dilucidar si son factibles las candidaturas al Senado de Nestora Salgado y Napoleón Gómez Urrutia, cuyo común denominador es su doble nacionalidad.

En el segundo caso la posibilidad de llevar el asunto al pleno la ha detenido la falta de una respuesta oficial del gobierno de Canadá sobre si realmente el líder minero renunció a la ciudadanía. Éste exige que la petición sea turnada vía la Cancillería, que por motivos inexplicables ha retrasado el envío.

Baja IEPS. Colocados por la Secretaría de Hacienda uno y otro “estímulos” para evitar que se dispare el precio de las gasolinas y diesel en plena temporada electoral, la recaudación del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios cayó 16.2% en los cuatro primeros meses del año. Como usted sabe, el amortiguador es justo una disminución en la tasa del tributo aplicable a combustibles.

La meta de recaudación prevista por Hacienda para todas las ramas del tributo era de 129 mil millones de pesos, lográndose en el caso del combustible 59 mil 428.4 millones.

albertobarrancochavarria0@gmail.com

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