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Texto:
Magalli Delgadillo
Cada 22 de noviembre a las 11 de la noche las guitarras son afinadas, las trompetas tocan más fuerte y de las gargantas de los mariachis comienzan a salir los versos de “Las mañanitas”. La música va dedicada a una mujer con piel clara, cabello café obscuro y ropas abundantes y holgadas. Le cantan a la patrona de la músicos.
Mientras los hombres cantan, ella sólo observa. No sonríe, pero su mirada tampoco es de disgusto. Sólo contempla. La llenan de flores y las notas continúan escuchándose en Garibaldi. Todo va dedicado a Santa Cecilia, una mártir a quien la conocen como la “santa de los músicos”.
De acuerdo con el portal Aciprensa, Santa Cecilia fue una hija de familia romana con gusto por la música (en especial el arpa) e instruida en el cristianismo, por lo que, desde muy pequeña consagró su virginidad a Dios y ayunaba varios días a la semana. Sin embargo, su padre la comprometió con un joven de nombre Valeriano.
La boda sin el consentimiento completo de la joven se llevó a cabo. Ella temía el momento en que los invitados se fueran y se quedara a solas con su esposo. Mientras la música amenizaba su fiesta, ella oraba a Dios para no perder su promesa con él y cantaba.
Cuando quedaron solos, ella le dijo que era virgen porque así lo había prometido a Dios: “Si me tocas como si fuera yo tu esposa, el ángel se enfurecerá y tú sufrirás las consecuencias; en cambio si me respetas, el ángel te amará como me ama a mí”. Convenció al joven de bautizarse.
Valeriano y su hermano, Tiburcio, se consagraron tanto que los creyeron locos y los martirizaron hasta morir. Por su parte, Cecilia también realizó algunos hechos que no agradaron a un feligrés y la condenaron a morir sofocada en un baño, pero como no moría la ataron para quemarla y la lumbre no la consumía. Finalmente optaron por degollarla y se dice que el verdugo clavó tres veces su hacha en el cuello, pero no podía matarla y permaneció algunos días en cama hasta que falleció.
“En el año 1594 fue nombrada patrona de la música por el Papa Gregorio XIII por haber demostrado una atracción irresistible hacia los acordes melodiosos de los instrumentos”, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
En 1570 comenzaron las celebraciones en Francia con un concurso de compositores. Después, varios países como Alemania y España comenzaron a seguir la tradición de festividades. Entre 1919 y 1920 comenzó a realizarse en Latinoamérica y se cree que Brasil fue el primer país donde Santa Cecilia fue recordada.
Ahora, esta mártir es pintada o representada siempre con un arpa y recordada en el Día del Músico (22 de noviembre). Garibaldi es una de las sedes más importantes donde la veneran y los músicos le llevan serenata para agradecer los favores encomendados y cumplidos.
En este país tenemos una gran gama de gustos musicales, de acuerdo con la encuesta Consulta Mitofsky de 2013, 52.5% les gusta ranchera (ligada al mariachi), los románticos son 45.8%, la banda al 44%, la salsa 41.1% y la cumbia al 38.7%.
Sin embargo, no podía existir tantos ritmos sin creadores. En México, de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), en “el primer trimestre de 2014, la población ocupada como músico, corresponde a poco más de 126 mil personas”. De esta población, 93 de cada 100 son hombres y sólo siete mujeres.
Cualquiera que sea el género, la música es una manera en la que todos nos podemos comunicar, transmitir y sentir emociones, pero que sin personas creativas y dedicadas a esta labor no sería posible.
Fuentes:
Archivo EL UNIVERSAL. Portales: Aciprensa, INEGI y Consulta Mitofsky.