El martes 19 de septiembre México sufrió uno de los sismos más fuertes de su historia. El movimiento telúrico , calculado en 7.1 grados de magnitud cobró la vida de más de 200 personas en el país. En la Ciudad de México, la alarma comenzó a sonar justo cuando los capitalinos comenzaron a sentir el temblor, lo que no permitió una evacuación completa antes de que el sismo se sintiera más fuerte.
Esto hizo que mucha personas se preguntaran: ¿Por qué no sonó la alarma sísmica minutos antes de que empezara como lo hizo el 7 de septiembre cuando también tembló? Aquí te damos la respuesta.
El sismo de 8.2 grados de magnitud que se registró el 7 de septiembre en el territorio nacional se originó en Chiapas, lo que hizo que 120 segundos antes de que el movimiento se sintiera en la Ciudad de México la alarma sísmica alertó a la población para que se pusiera a salvo. La distancia, 750 kilómetros, del epicentro fue clave para que la intensidad no fuera tanta y las personas tuvieran más tiempo para evacuar.
Sin embargo, el epicentro del sismo del martes 19 de septiembre se originó entre los límites de los estados de Puebla y Morelos, es decir a 120 kilómetros de la Ciudad de México. La distancia, entonces, se vuelve clave, mientras más lejos el epicentro, más tiempo hay para detectarlo y para que suene la alerta. Es decir, si un sismo tuviera lugar en la misma ciudad o muy cerca, la alerta no sonaría antes, sino durante el temblor.
Tenemos que tener claro que México es un país que está en las orillas de diversas placas tectónicas , las más importantes son la Placa de Cocos y la de Norteamérica que colindan en las costas de Oaxaca y Chiapas. Este choque de placas provocó el sismo del 7 de septiembre; el del martes pasado fue originado por una intraplaca, es decir, una placa que está adentro del continente. "No es tan común, por ejemplo, puedes tener en un día 30 sismos en la orilla de las placas frente a las costa de Guerrero, Oaxaca y Chiapas y dentro del continente a lo mejor tienes uno o dos al día nada más, a veces menos", explica el geógrafo de la UNAM, Agustín Tagle.
Al ser una zona muy sísmica la costa del pacífico mexicano es donde existen más sensores colocados. “Haz de cuenta que nosotros construimos nuestro escudo y lo pusimos en la costa de Guerrero, el problema es que el sismo del martes fue atrás del escudo, es decir que al mismo tiempo que nos llegó el sismo, también estaba llegando a las estaciones simográficas y por eso se activaron hasta ese momento las alarmas, si hubiera sido del otro lado del escudo, no hubiéramos tenido problema, hubiera pasado lo del sismo que ocurrió el jueves 7 de septiembre, que nos dio bastante tiempo de salir a las calles. En cambio en el del martes no tuvimos tiempo”.
El 7 de septiembre, la primera onda del movimiento alertó a la estación de Oaxaca donde ya se calculó que el temblor sería sobre 7 y sonaron las alertas a nivel federal. En ese estado, la alerta sonó entre 20 y 30 segundos antes de que la tierra se comenzara a mover. En el sismo del 19 de septiembre, la alerta comenzó a sonar solo 60 segundos antes del movimiento.
Muchos investigadores hablan de que se espera un gran terremoto en México con epicentro en Guerrero, esta suposición surge de "un silencio sísmico" de más de 100 años que lleva esa zona. Pero tranquilo, si llegara a ocurrir las alarmas sísmicas de la Ciudad de México sonarían un minuto antes del movimiento. Debe quedar claro que sólo es una suposición, ya que hasta el momento es imposible predecir sismos.
Así es que la distancia y el origen del epicentro son claves para el funcionamiento de la Alerta Sísmica de México. Por ejemplo, nuestro sistema no le funcionaría a países pequeños.
jpe
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