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Una regla o un consejo fiscal independiente puede experimentar México para seguir por el camino de la reducción de la deuda de manera sostenida, consideró el economista en jefe del Banco Mundial (BM) para América Latina y el Caribe, Carlos Végh.
En entrevista con EL UNIVERSAL, durante las reuniones de primavera que organiza con el Fondo Monetario Internacional (FMI), dijo que si bien México es uno de los pocos países que ha logrado un superávit primario, puede reforzar ese ajuste con el apoyo de una figura independiente.
“Es importante tener un superávit primario, pero debe ser de manera sostenible para mejorar el crecimiento de la economía”, señaló.
Receta mágica. Respecto a la parte fiscal, tema del más reciente estudio que presentó durante la reunión de Primavera del BM y el Fondo Monetario Internacional (FMI), Végh afirmó que no hay recetas mágicas.
Las reglas fiscales ayudan a seguir más de cerca y con transparencia la situación fiscal de un país, dijo.
Citó como ejemplo a Chile, nación que cuenta con una regla fiscal desde hace 18 años, medida que se refleja tanto en el trabajo del periodismo financiero, así como de los analistas, porque ahora son más especializados y sofisticados en sus reportes de la situación, lo cual obliga a las autoridades a responder mejor.
Dijo que en Chile opera una comisión de notables que funge como un consejo fiscal integrado por economistas independientes encargados de calcular el déficit estructural en el cual tienen que hacer una estimación de la tendencia del cobre.
“Es mucho mejor tener un ajuste estructural que no sea perfecto a basarse en el déficit observado, porque puede llegar a ser engañoso; en tiempos de vacas gordas le va a decir que va bien cuando quizá no sea así, porque hay que ajustarlo, y viceversa, porque en tiempos de vacas flacas saldrá que hay una situación espantosa cuando en realidad no”.
Expuso que cuando el Producto Interno Bruto (PIB) crece mucho, la recaudación es positiva porque sube endógenamente y eso es justamente lo que se debe ajustar; en una situación de recesión y los ingresos se desploman, el déficit reflejará una mala situación.
Para el economista, el déficit observado es un mal indicador de la situación fiscal que vive un país.
Días soleados. En ese contexto, estableció que México puede considerar instrumentar una regla fiscal o un consejo fiscal independiente.
A través de esas medidas, alcanzar y sostener un superávit fiscal en las finanzas públicas puede ayudar a mejorar el crecimiento de una economía y hacerla más inclusiva.
“En el corto plazo, cuando bajan los déficit fiscales, se reduce la deuda pública externa y sube la calificación crediticia: baja el costo del crédito internacional”, explicó.
Cuando hay un superávit primario se tienen recursos que no se van al pago de los intereses de la deuda y están disponibles para combatir la pobreza o usarlos para enfrentar un desastre natural, opinó.
Además se pueden ahorrar recursos durante “los días soleados” para utilizarlos en “tiempos de lluvia”.
Corrupción. Végh destacó que México comenzó la lucha contra la corrupción, esfuerzo que puede profundizarse, pese a que es un tema complicado. Señaló que recientemente en la región Brasil, Colombia y Perú también están atendiendo este desafío.
“México no es el único país que está enfrentando este problema. Creo que la parte positiva es que posiblemente la corrupción siempre existió en mayor o menor medida”, dijo.
Las instituciones han respondido bien y se está librando una lucha muy seria contra la corrupción.
El economista confió que a través de mayor transparencia y voluntad para discutir y hablar de un tema muy difícil se tendrán buenos resultados, porque es un fenómeno que perjudica a los más vulnerables.
Quizá tome tiempo, pero estimó que América Latina se colocará en mejores lugares con más transparencia y crecimiento más inclusivo.
“La corrupción al que más daña es a los pobres; soy optimista de que podremos darle vuelta a la página”, enfatizó Végh al mencionar los casos de Odebrecht en Brasil, Perú y en otros países.