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El director de Petróleos Mexicanos, Carlos Treviño Medina, entregó al próximo gobierno información sobre la empresa con cifras al 30 de noviembre del 2018, a un día de la toma de posesión del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador.
El documento, cuya copia posee EL UNIVERSAL, detalla que se entrega un Pemex enfocado “hacia aquellos negocios que le generen mayor valor, por lo que los planes de negocio están dirigidos a la rentabilidad y cuentan con una visión de apertura del mercado que reconoce la posibilidad de hacer alianzas”.
La empresa que tomará el próximo director de Pemex cierra el periodo enero-noviembre del 2018 con un balance financiero negativo de -74 mil millones de pesos, con lo cual se espera cumplir con lo establecido en el Plan de Negocios, de -84 mil millones de pesos.
Tiene una deuda consolidada —aún por contabilizar noviembre— de 2 billones 8 mil millones de pesos. Su plataforma promedio enero-noviembre de petróleo crudo es de un millón 896 mil barriles diarios. La estimación de la producción de gas para el mismo periodo es de 3 mil 986 millones de pies cúbicos diarios.
Suma una plantilla de 125 mil 970 trabajadores, la cual corresponde a definitivos, de confianza y sindicalizados, cuyo costo en nómina para los primeros nueve meses del año es 82 mil 900 millones de pesos.
Hace seis años, el gobierno que está próximo a dejar el encargo tomó Pemex con un déficit en balance financiero de 37 mil 353 millones de pesos; con una deuda consolidada de 786 mil 859 millones; con una plataforma de producción de petróleo crudo de 2 millones 548 mil barriles diarios; una producción de gas de 6 mil 385 millones de pies cúbicos por día, y un plantilla de personal de 150 mil 697 trabajadores, entre empleados de confianza y sindicalizados, que le costó en ese año 75 mil 633 millones de pesos.
La empresa, de acuerdo con el documento, se vio afectada por la caída de los precios del petróleo a partir de la segunda mitad de 2015 y hasta inicios de 2016 y en el ámbito nacional tuvo que enfrentar una apertura anticipada del mercado de petrolíferos y restricciones presupuestales, lo que hizo necesario replantear las estrategias con el Plan de Negocios 2017-2021, el cual se consideró eje rector para alcanzar finanzas sanas y acelerar la reforma energética.
