El cambio climático se vincula generalmente a la transición energética, ya que el dióxido de carbono (CO2), generado a partir de la quema de combustibles fósiles, es el más importante de los gases efecto invernadero (GEI) que causan el calentamiento global. Por ello, la adopción de las energías renovables es necesaria para reducir la emisión de este gas a la atmósfera.
Sin embargo, un estudio dirigido por científicos de The Nature Conservancy (TNC) y otras 15 instituciones, y publicado recientemente en el Proceedings of the National Academy of Science, demuestra que un mejor manejo de los suelos puede jugar un papel más importante de lo previsto anteriormente en la reducción y almacenamiento de las emisiones de GEI en los bosques, las tierras de cultivo, los pastizales y los humedales.
El estudio concluye que las 20 soluciones naturales al cambio climático analizadas podrían reducir, de manera costo-eficiente, las emisiones GEI en 11 mil 300 millones de toneladas por año para 2030, el equivalente a detener totalmente la quema de petróleo, y a reducir en 37% las emisiones de gases de efecto invernadero.
Con ello, se podría revertir la tendencia de emisiones GEI registrada hasta ahora y lograr la meta de evitar el calentamiento global por debajo de los 2 grados Celsius a niveles preindustriales, como fue ratificado por las partes en el Acuerdo de París en 2015.
El estudio también muestra que las mayores oportunidades para reducir emisiones a través de estas soluciones naturales en América Latina, y en particular Brasil y México.
El Acuerdo de París abrió la puerta para que las soluciones naturales al cambio climático jueguen un papel significativo, declarando que los países deben proteger los bosques para crear “sumideros” de carbono que absorberían el dióxido de carbono de la atmósfera.
Sin embargo, una serie de acciones que van más allá de los bosques, y que incluyen un manejo más efectivo de los suelos agrícolas y su restauración, por ejemplo, o la protección de los manglares y los humedales es indispensable para lograr las metas climáticas de largo plazo.
Según un nuevo informe del Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA), publicado previo al inicio de la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático, COP23, existe una brecha significativa entre el volumen de emisiones GEI proyectadas y los compromisos actuales hacia 2030, ya que de mantenerse esta tendencia se alcanzaría apenas un tercio de la reducción de emisiones requerida para cumplir los objetivos climáticos.
Este dato, además de revelar la urgencia de adoptar acciones mucho más profundas, deja claro que la voluntad y acción política no serán mecanismos suficientes para abordar al gran desafío que enfrentamos como humanidad.
Las soluciones naturales climáticas, que son además fácilmente escalables y a un costo menor, permiten a la iniciativa privada contar con un abanico más amplio de acciones, adicional a las inversiones en las energías renovables, para cumplir con sus compromisos de reducción de emisiones.
Además, estas soluciones climáticas naturales generan co-beneficios adicionales, que son esenciales para la vida y los negocios. Ejemplos son la disponibilidad de recursos hídricos que ofrecen los bosques, la prosperidad y estabilidad económica para las comunidades que dependen de los bosques y los manglares para la reproducción de los peces, el aumento de la productividad agrícola a través de la adopción de las prácticas de conservación, el aumento de la resiliencia y adaptación al cambio climático.
Directora ejecutiva, The Nature
Conservancy-México