Todo cabe en una ollita

Si bien las calles chinas han sido invadidas por los comercios de comida rápida más famosos en el mundo, también hay cadenas locales que ofrecen un menú que nada tiene que ver con hamburguesas y pollo frito empanizado

Una de las más populares es Xiabu Xiabu, cuya especialidad es la “olla caliente”, en inglés “hot pot” o en chino “火锅”, que consiste en una olla al centro llena de algún caldo fragante y delicioso, que hierve a cientos de grados centígrados, y ahí el comensal va agregando poco a poco los ingrediences crudos de su preferencia, para que se cocinen en el caldo hirviente.

Yo soy aficionada al Xiabu Xiabu, porque lo encuentro mucho más saludable que cualquier restaurante de hamburguesas, y porque comer ahí es relativamente barato (cada vez que voy, pago como 35 yuanes, que hasta hace unos días equivalían a 70 pesos, pero ahora debe ser un poco más).

Si bien es posible ir solo al Xiabu Xiabu y comer en la barra, en solitario, con una pequeña ollita hirviente frente a uno, lo más divertido de ir a un lugar así es acudir con amigos, por lo menos tres, para que ya, entre cuatro, sea posible terminar con una olla enorme y todos los ingredientes.

Resulta que acá tengo muchos amigos vegetarianos, y comer “hot pot” es una gran opción para los vegetarianos, porque como cada comensal elige sus ingredientes, la carne es totalmente opcional.

También hace falta saber aunque sea un poquito de chino, porque si bien algunos de estos restaurantes (especialmente los que se ubican en las zonas turísticas) cuentan con menú en inglés, es necesario pedir explicaciones en chino, los sabores de los caldos a veces no son fáciles de traducir, y los condimentos tampoco.

Los condimentos constan de una salsa de ajonjolí y cacahuate que viene en sobres de plástico, y debe ser mezclada con cilantro picado finamente. La olla, como dije, va al centro, sobre un plato de cerámica eléctrico donde se pude controlar la temperatura. Y si bien este restaurante entra en la categoría “comida rápida”, no se distingue precisamente por la velocidad. No tanto por el servicio, sino porque hay que esperar a que los ingredientes se cuezan en el caldo y luego, tambien hay que soplarle un poquito para no quemarse la lengua.

En fin, que los vegetarianos son felices en este lugar, porque los chinos tienen una amplia variedad de vegetales, noodles hechos a mano, además de tofu en diversas presentaciones como tiras, cuadros y fideos.

Entre los vegetales más populares para añadir a la olla caliente, están lechuga, espinacas, papas, camotes, hongos (una amplia variedad), rábanos, tallos de bambú, raices de flor de loto, cilantro (más), coliflor y zanahoria.

Y para quienes necesitan alguna proteina, también se le puede agregar carne de res, puerco, cordero o pollo, que por lo general viene cortada en tiras anchas y delgadas, enrrolladas como taquitos (los chinos prefieren las que tienen una gran franja blanca de grasa, pues dicen que la grasa es sabor). También se admite el pescado en pequeñas albóndigas y mariscos como los camarones, jaibas, pulpo y calamar.

Como ven, no todo puede ir en la olla caliente, y el secreto, lo que le da sabor está en el caldo, por lo que no resulta lo mismo intentar hacerla en casa.

Pero la olla caliente no es privativa de China, se come en muchos países de Asia bajo diferentes formas y nombres. Aquí mismo, en Beijing, también se le llama “olla mongola”. El concepto es básicamente el mismo, pero la forma de la olla es diferente, pues no es un simple cazo cóncavo con el caldo dentro, sino que tiene una especie de torre en el centro.

Se dice que la olla caliente se originó en Mongolia, y de ahí paso a China durante la dinastía Yuan de los mongoles. Los ingredientes, por supuesto, varían de acuerdo con la región o el país (también es muy popular en Tailandia, Vietnam y Japón).

De hecho, el nombre del restaurante, Xiabu Xiabu, viene del nombre común para la olla mongola en Japón, llamada “shabu shabu”. Y aunque estos días el gobierno se encarga de recordarles hasta en la sopa a sus ciudadanos la agresión japonesa de hace 70 años, los dos países siguen unidos en muy diversas formas.