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La Policía Federal estadounidense, el FBI, está buscando a la persona que filtró numerosos documentos de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) al portal WikiLeaks, después de llegar a la conclusión de que no se trató de un ataque de un país hostil, informó hoy el diario "The New York Times".
El FBI interrogará a todo aquel que haya tenido acceso a la información, es decir, a varios cientos o incluso miles de personas. Según fuentes de la investigación, por ahora no se descarta que el responsable sea alguien del centro de la CIA o de un prestador de servicios externo.
El presidente Donald Trump se reunirá hoy con el director de la CIA, Mike Pompeo, y con el secretario de Seguridad Nacional, John Kelly, para analizar la situación.
WikiLeaks reveló el martes más de 8 mil documentos sobre las herramientas de espionaje cibernético de la CIA, de los que se deriva que la agencia cuenta con un equipo de programadores que busca sistemáticamente agujeros de seguridad y puntos débiles en smartphones, computadoras e incluso televisores e instalaciones telefónicas para poder espiar de manera específica a sospechosos.
El Gobierno estadounidense no confirma ni desmiente la autenticidad de estos papeles, pero los expertos creen que tienen bastante credibilidad. El portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, dijo el miércoles: "Este es el tipo de revelaciones que socavan nuestro país, nuestra seguridad y nuestro bienestar".
Durante la parte más álgida de la campaña electoral, Trump se vio beneficiado por una filtración de emails del Partido Demócrata en WikiLeaks, porque dejaban mal parada a su rival Hillary Clinton. Las autoridades sospechan que los responsables de esas revelaciones fueron hackers vinculados al servicio secreto ruso. La sección de la CIA afectada por los documentos actuales participa en las investigaciones sobre los presuntos contactos entre el entorno de Trump con Rusia.
Como consecuencia de las revelaciones, la CIA se vio obligada a interrumpir determinados proyectos mientras hace balance de los daños y las opciones para reducirlos, según el periódico.
Las revelaciones "dan a nuestros adversarios herramientas e informaciones para causarnos daño", dijo un portavoz de la CIA al "New York Times". La agencia no tiene permiso para espiar a ciudadanos dentro de Estados Unidos y no lo hace, añadió.
Una vez más quedan en primer plano las relaciones de los servicios secretos con colaboradores externos. Ese fue el caso de Edward Snowden, quien reveló la trama de espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), de la que era empleado externo pero tenía acceso a documentos clasificados.
El "Wall Street Journal" señaló que hay más de una decena de firmas que trabajan para la CIA en el desarrollo de herramientas de ciberespionaje. Una gran parte de ellas se encuentra en Dulles, Virginia, y no en el cuartel general en Langley. La CIA ya descubrió el año apsado que habían sido atacados datos sobre sus actividades de hackeo, pero se vio sorprendida por la filtración de WikiLeaks.
Muchos expertos del sector señalaron tras analizar la información que las herramientas reveladas en los documentos se refieren a dispositivos ya antiguos o agujeros de seguridad ya cerrados. Por ejemplo, en un papel se habla de la copia rápida de disquetes, que ya no se usan desde hace tiempo.
Empresas afectadas como Apple y Google subrayaron a su vez que los puntos débiles señalados han sido ya solucionados con actualizaciones o parches.