Reducir las barreras de acceso a la red por clase social, género o idioma y aumentar la seguridad y el control de la privacidad son algunas de las claves para lograr un Internet más "saludable", según el "Informe de Salud de Internet" publicado hoy por la Fundación Mozilla.
Este análisis, un prototipo que sus creadores esperan abrir a las aportaciones y críticas de la comunidad cibernética, emplea la metáfora de "salud" no tanto como un aspecto médico sino como la descripción del estado de un ecosistema, que en este caso es Internet.
"Hace referencia a que es un entorno vivo, que no es algo muerto, tecnológico, de cables y computadoras, sino que es algo en lo que podemos influir, que se adapta a nuestros movimientos, pensamientos, lo que escribimos y lo que creamos", explicó en una entrevista telefónica con Efe la directora del informe y experta de origen danés y puertorriqueño, Solana Larsen.
Apuntó que con este estudio, que pretende tener un tono didáctico y comprensible para el gran público, aspiran a que el debate sobre los usos y la situación de Internet alcance el nivel de conocimiento generalizado que tiene hoy en día el cambio climático, que cuando se empezó a conocer era algo "súper científico y que nadie entendía" y ahora forma parte de la discusión corriente.
La innovación abierta, la inclusión digital, la descentralización, la privacidad y seguridad, y la alfabetización digital son los cinco campos sobre los que el "Informe de Salud de Internet" elabora una serie de diagnósticos, basados en estudios recientes, para proponer soluciones e indicar tanto buenas prácticas como problemas existentes.
"Idealmente todo el mundo debería poder acceder a Internet y poder usarlo para mejorar su vida y su sociedad, pero no es el caso ahora", señaló Larsen.
El informe se hace eco de los obstáculos que hay, por ejemplo, a la hora de acceder a la red, a pesar de que haya 3.300 millones de personas en línea: "Más de la mitad del mundo sigue sin tener Internet, e incluso algunas personas que sí tienen acceso pueden estar limitadas por factores como el alto costo, conexiones poco confiables o censura".
El desequilibrio entre países prósperos y en desarrollo, por cuestión de género ("las mujeres tardan más en apropiarse de Internet que los hombres casi en todo el mundo") o por idioma son algunos puntos negativos para usar y obtener beneficios de Internet.
"El 52 % de todos los sitios web están en inglés, a pesar de que solamente el 25 % de la población mundial entiende inglés", señala el estudio, lo que para Solana Larsen tiene implicaciones más allá.
"Hay gente conectada a Internet, ¿pero realmente tienen acceso a algo útil para ellos? ¿Están creando contenidos que son realmente relevantes para su situación local o es otra estadística que engaña?", se preguntó Larsen, quien apostó por enfoques más cualitativos que cuantitativos para medir no solo si la gente está en Internet sino en qué medida sacan provecho de ello.
Como muestra, el informe destaca la paradoja de que el chino sea el segundo idioma en Internet en cuanto a usuarios cuando solo el 2 % del contenido web se encuentra escrito en esa lengua.
Asimismo, el estudio pone el foco en los problemas de privacidad y de protección de datos que existen en Internet y en la posición de dominio y control que pueden llegar a tener gigantes como Facebook.
"Tienen mucho poder y mucho conocimiento sobre todos nosotros y hay que, sin decir que el éxito que han tenido sea algo malo, hacerles retroceder un poco y defender nuestros derechos (de privacidad)", opinó Larsen, quien no consideró que para conseguir un Internet más saludable haya que dividir entre "buenos y malos" pero sí señalar los aspectos nocivos y los beneficiosos.
No obstante, el informe sí subraya estadísticas que denotan el poderío de grandes corporaciones como Google, el buscador usado por el 93,7 % de los usuarios en dispositivos móviles.
En el mismo sentido, Larsen afirmó que pese a que, en su opinión, "los riesgos (de seguridad) están aumentando" en Internet, también percibe algunas mejoras como la mayor concienciación de la población, que "piensa dos veces antes de compartir" información personal en la red, o la aparición de leyes en todo el mundo para salvaguardar los derechos de privacidad.