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El Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) no sólo es el rey del Pacífico mexicano. En los últimos meses se ha disputado el tráfico y la venta de droga en las calles del este de Estados Unidos, incluso contra los cárteles colombianos y no exclusivamente con compatriotas mexicanos.
El Informe Anual de Riesgos de la Droga, realizado por la Administración para el Control de Drogas —DEA por sus siglas en inglés—, al que tuvo acceso EL UNIVERSAL, revela que funcionarios federales de EU están consternados por la expansión del cártel mexicano en su país.
Hasta el año 2015, solamente habían detectado la presencia de los tapatíos en las ciudades que colindan con el océano Pacífico; sin embargo, en 2016 la intromisión de la organización criminal alcanzó niveles alarmantes.
“Es uno de los más poderosos y ha crecido rápidamente, después de la fragmentación del Cártel de Sinaloa en julio de 2010”, expresaron agentes especiales en el reporte presentado la primera semana de diciembre ante el Departamento de Justicia de EU.
Hoy el cártel liderado por Nemesio Oseguera, El Mencho, y Jorge Luis Mendoza, La Garra, se está adueñando del corredor de la costa este de Estados Unidos. Pero hace apenas unos meses, el CJNG no controlaba ninguna calle de aquel extremo del país.
Las batallas. La disputa no se libra en las calles con armas largas y granadas: es empresarial. Las ciudades en pugna son Miami, en Florida; Gulfport, en Misisipi, y Atlanta, en Georgia, donde los cárteles colombianos y el de Sinaloa habían mantenido hegemonía en los últimos años.
En esta guerra vende más droga el que la trafica más rápido, la vende a menor costo y alcanza mayores niveles de pureza. La ley de la oferta y la demanda. Marketing especialmente diseñado para los barrios del este de aquel país.
Actualmente en Miami, el Cártel de Sinaloa, liderado por Ismael El Mayo Zambada, aún controla más de 60% del tráfico de droga, explican, aunque ahora los sinaloenses tienen un nuevo enemigo en la ciudad caribeña.
En Gulfport, Mississippi, el Cártel Jalisco Nueva Generación está peleando la venta de droga en las calles contra los sinaloenses, pero también a la organización de los Beltrán Leyva, que aunque disminuidos, todavía distribuyen estupefacientes en varias ciudades de Estados Unidos.
En menos de 12 meses el CJNG desplazó en su totalidad al Cártel de Sinaloa y al de los Beltrán Leyva de Roanoke, en Virginia, y Columbia, en Carolina del Sur. Se han vuelto omnipresentes en las ciudades sureñas.
En el informe de la DEA en poder de EL UNIVERSAL, el organismo explica que a lo largo de 2016 detectaron que “el CJNG se volvió una organización transnacional (‘Poly-drugs’)”, como catalogan a las organizaciones que trafican varios tipos de drogas. Algunas clasificadas como “duras”, entre ellas la metanfetamina, la cocaína y la heroína, con cuyas ganancias financian la expansión de su organización.
En contraste con 2015, cuando únicamente se detectó que traficaban drogas por Tijuana, en 2016, consigna la DEA, expandieron sus operaciones a otras fronteras como Nuevo Laredo y Ciudad Juárez, ciudades estratégicas para enviar desde ellas su droga al este de Estados Unidos.
Contra los colombianos. Según el reporte citado, la intromisión de los cárteles, el tráfico y venta de droga en el este de Estados Unidos era operado no sólo por el Cártel de Sinaloa.
Históricamente —aunque compartido en años recientes con los mexicanos—, los cárteles colombianos mantienen su poderío en aquel extremo del país, a diferencia del oeste, que era controlado exclusivamente por los criminales mexicanos.
En lanchas rápidas, buques de pesca, aviones privados semi sumergibles, de carga aérea y comercial; enviando cocaína por tierra a través de la zona del Darién, que conecta el noroeste de Colombia con Panamá, y utilizando a los backpackers, los colombianos eran los traficantes más antiguos del Caribe.
Pero este año las organizaciones criminales como el Clan del Golfo y Los Rastrojos se disputaron las calles con otro enemigo mexicano: el CJNG, desplazándolos de ciudades estratégicas como Miami y Misisipi.
Cártel imparable. En 2015 un reporte desclasificado de la DEA denominado Áreas de Influencia de las Organizaciones Criminales en México expuso por primera vez lo que el gobierno mexicano había negado: el Cártel Jalisco Nueva Generación tenía el control en nueve estados de la República: Jalisco, Michoacán, Nayarit, Guanajuato, San Luis Potosí, Oaxaca, Chiapas, Baja California Sur y Baja California. Un año antes esta organización delictiva no tenía dominio en ninguno.
El incremento vertiginoso se relacionó con una alianza con el Cártel de los Arellano Félix, que desde la década de los 90 controlaba el tráfico de droga en el noroeste mexicano.
El reporte de la DEA exhibió que desde 2015 el CJNG estaba traficando droga por toda la costa oeste de Estados Unidos y la única frontera por la que había logrado ingresar fue Tijuana.
Ciudades como San Ysidro, Riverside; Sacramento y San Francisco, en California; Reno, en Nevada, y Seattle, en el estado de Washington eran los puntos de distribución del cártel.
Este año ganaron terreno en otras ciudades de Estados Unidos.
Según el reporte de la DEA, el cártel mexicano ha establecido como epicentro de sus operaciones a la ciudad de Los Ángeles, una de las más importantes del país, así como Orange County, Portland y Santa Rosa.
En total, este año el CJNG logró hacerse del control de 13 ciudades de Estados Unidos. Su crecimiento en ese país va a la par con la violencia y la crueldad que ha dejado la pugna del Cártel Jalisco por el territorio mexicano para distribuir drogas en ciudades como Guadalajara y Tijuana.