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Cuando su figura cruzó el encordado del ring carioca que lo vería hacer historia, el mundo aún ignoraba el largo camino que Misael Rodríguez tuvo que transitar para llegar a la justa deportiva más importante en lo que va de su carrera como pugilista. El pasado 8 de agosto, la atención se centró en el boxeador que consiguió la hazaña de asegurar un lugar en el podio para México en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016. Tal como lo hicieron otros cuatro deportistas de la delegación mexicana.
Entonces se dieron a conocer las peripecias que el joven parralense tuvo que sortear a causa del pleito protagonizado por los dirigentes de su disciplina y los del deporte nacional. Las diferencias se agudizaron el año pasado, cuando Alfredo Castillo, presidente de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), decidió retirar el apoyo económico a la federación de box. Tales divergencias motivaron escenas dramáticas como la del chihuahuense boteando en las calles de la Ciudad de México para conseguir los recursos negados en los meses previos a la competición.
De esta forma, mientras el presupuesto disminuyó y el primer medallista mexicano en los juegos de Río 2016 tuvo que botear para llegar a los Juegos Olímpicos, en la Dirección de la Conade, su titular Alfredo Castillo gana por arriba de 129 mil pesos al mes. Información obtenida vía transparencia señala que esa cifra es muy distante de los montos que se otorgan a los deportistas, por ejemplo, los 17 mil 500 que Misael Rodríguez recibió a partir de este año, como beca para los atletas de tiempo completo.
Desde el escritorio se gana mucho más
Si en el interior de los organismos federativos los recursos económicos no cesan, en los puestos jerárquicos de la comisión la opulencia de sueldos elevados contrasta con la entrega de apoyos al personal deportivo en términos generales, aunque esto no garantiza el éxito deportivo.
Información pública del portal de transparencia, el titular de la Conade, Alfredo Castillo, percibe un sueldo de 129 mil pesos mensuales, sumando un total de casi dos millones durante los 15 meses de su gestión. Tal cantidad representa un presupuesto 17% mayor al asignado, por ejemplo, a la Federación Mexicana de Esgrima A.C., durante 2015.
María del Rosario Espinoza, la taekwoandoín ganadora del oro olímpico en Beijing 2008 y de la presea de bronce en Londres 2012, recibe del Fondo para el Deporte de Alto Rendimiento (Fodepar) una beca de 75 mil pesos mensuales, mientras que en el organigrama de la Conade existen, cuando menos, siete funcionarios cuyo salario rebasa los 86 mil pesos, 13% más que la deportista número uno del ranking mundial en su especialidad.
La desigualdad de ingresos entre deportistas y administrativos es tal, que los responsables de las áreas de Secretaría Técnica, Dirección de Relaciones Internacionales y de Proyectos Especiales perciben un salario mensual de 48 mil pesos, cantidad que supera las becas obtenidas por 93% de los atletas de alto rendimiento registrados por el fideicomiso. Por citar un ejemplo, los salarios de los funcionarios rebasan más del doble los 22 mil pesos de la marchista ganadora de plata en 20 km, Guadalupe González.
Algunos expertos creen que la principal problemática del deporte en el país se halla distante de la acumulación monetaria. Destacan la mala planeación y un complicado esquema de liberación de fondos como “principales cánceres”. Así lo afirma Daniel García, ex preparador físico que trabajó con una de las deportistas participantes en el proceso olímpico Londres 2012.
A diferencia de los administrativos de la comisión, que perciben ingresos constantes, para un amplio sector de entrenadores que trabajan junto con los atletas, la situación es muy diferente, comenta el experto. El espeso esquema burocrático se convierte en un poderoso enemigo de las carteras del personal deportivo, que constantemente queda privado durante meses de todo ingreso debido al enredoso sistema de pagos en la dependencia. “En la Conade no siempre están los mejores, sino los que aguantan más”, concluye.
Gerardo Velázquez de León, periodista deportivo, asegura que se necesita una reinvención en el sector deportivo. El problema con los fondos, coincide, no radica en la escasez de recursos, sino en la opacidad con la que estos son manejados en el interior de las federaciones. “Transparentar los gastos que por ley deberían ser públicos, es uno de los principales retos”.
Apoyo económico, para los “tocados”
Sumado a los recursos federativos, otro apoyo al que pueden acceder los deportistas en México, son las becas CIMA, que otorga el Fodepar, y que están destinadas a deportistas considerados de ‘élite’, es decir, con proyección internacional.
El dinero llega a las arcas de la organización liderada por Castillo Cervantes a través de un fideicomiso formado por el Ejecutivo federal y Nacional Financiera. Los apoyos brindados por el Fodepar no se encuentran contabilizados en los dígitos del gasto presupuestario de la Conade, aunque es la dependencia la responsable de su distribución. La entidad también es responsable de la lista que integran los atletas favorecidos por el fondo, así como de determinar las cantidades que estos perciben mensualmente.
Para ser beneficiario se analiza si los atletas “pueden aportar destacados resultados al deporte mexicano”, según el propio sitio de la Conade, aunque se priorizan los eventos internacionales como juegos olímpicos, panamericanos, centroamericanos y campeonatos mundiales, entre otros.
El deporte que más apoyos económicos obtuvo del citado fideicomiso durante el último año fue taekwondo, que entre 2015 y 2016 recibió 17 millones 254 mil pesos. Mientras que su federación obtuvo hasta el momento más de 20 millones en el mismo lapso. En Río de Janeiro, María Espinoza fue quien obtuvo medalla de plata en esa especialidad.
Pero no se trata de la federación que más dinero percibe. La Federación Mexicana de Natación A.C., acumuló 47 millones 871 mil pesos del gobierno federal. Entre 14 deportistas de clavados, nado sincronizado y natación, el mejor resultado dentro de las albercas cariocas fue el de Germán Sánchez, con la medalla de plata en clavados desde la plataforma de 10 metros.
Por su parte, la Federación Mexicana de Voleibol pasó de recibir 147 mil pesos en 2012 a 21.5 millones desde el cambio de timón en Conade. El resultado fue la vuelta a la competición olímpica, luego de 48 años de ausencia, aunque la cosecha del equipo varonil de sala fue de sólo un set ganado en su participación.
¿Todo lo que brilla es oro?
Tomando como base los elementos con que se componen, el valor de las preseas en el mercado dista mucho de los recursos que el gobierno federal invierte durante un cuatrienio para que algún atleta suba al podio de ganadores.
Ninguna de las tres medallas que se otorgan en los juegos veraniegos es de un material puro. La presea dorada, por la que todos los países luchan incesantemente, no hace honor a su nombre, pues está compuesta por 92.5% de plata, 6.16% de cobre y únicamente está recubierta de oro, por lo que su valor en el mercado es de aproximadamente 11 mil pesos. No obstante, dentro del deporte tanto amateur como profesional, cada día con más contratos de exclusividad, multas económicas y convenios de publicidad, hay un elemento que resiste a monetizarse: la gloria. Para alcanzarla, no basta con inversiones millonarias, sino un proyecto con expertos capaces de lograr la profesionalización de la cultura deportiva en México.
El senador panista Daniel Ávila señala que no encuentra continuidad en la dirigencia de Conade y le falta “un líder con experiencia”. Considera que también es necesario revisar a las federaciones, puesto que asegura que hay algunas que son “prácticamente dictaduras” que se manejan de forma poco transparente.