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Hasta junio de 2016, la Federación Mexicana de Asociaciones de Atletismo no había recibido un solo peso por parte de la Comisión Nacional del Deporte (Conade). Pese a ello, Guadalupe González ganó plata en la prueba de marcha de 20 kilómetros, luego de terminar apenas dos segundos después de la china Liu Hong.
Un año antes, la asociación encargada de la preparación de los atletas mexicanos obtuvo 2.9 millones de pesos, pero con la llegada de Alfredo Castillo a la titularidad de la Conade el panorama cambió para muchas federaciones deportivas. La de natación, por ejemplo, vio diezmados sus beneficios: pasó de 43.4 millones en 2015 a 4.3 millones hasta mediados de este año.
Del 16 de abril de 2015, cuando asumió Castillo Cervantes la dirección del deporte nacional, al 26 de junio pasado, el presupuesto destinado a las 29 federaciones pasó de 171.5 millones a
51 millones de pesos, lo que supone una reducción de 70%. A un mes de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, la Conade no había otorgado un solo peso a federaciones como las de tiro con arco, tenis, ciclismo, levantamiento de pesas y golf, de acuerdo con documentos obtenidos por EL UNIVERSAL vía Ley de Transparencia.
Los resultados de la delegación mexicana en Río, que contra viento y marea logró un registro total de cinco medallas (tres de plata y dos de bronce), han destapado acusaciones de malos manejos en las federaciones y severas críticas hacia Castillo, quien, en pleno año olímpico, ahogó el presupuesto de las asociaciones deportivas y los apoyos para los atletas.
En el caso del capital otorgado desde el Fondo para el Deporte de Alto Rendimiento (Fodepar), que también es administrado por la Conade, la situación fue más drástica. De un año a otro, los apoyos sufrieron una reducción de 76.5 millones de pesos. Durante la primera mitad de este año, la dependencia no registró ninguna cantidad destinada a 15 disciplinas olímpicas, entre ellas remo, tiro, pentatlón moderno y gimnasia.
Desaparece el presupuesto
El bronce del boxeador Misael Rodríguez sirvió como tanque de oxígeno para el deporte nacional, pero una de las peores actuaciones en la historia de los juegos olímpicos estaba gestada. “Desastrosa”, así la define el periodista deportivo Gerardo Velázquez de León. “Es el reflejo de lo que se vivió a cuatro años del cambio de sexenio”, dice el especialista, quien recuerda que la llegada de Castillo no gustó a nadie.
Su arribo contrastó con el de su antecesor, Jesús Mena, ex clavadista y medallista en Seúl 88, quien trabajó de la mano con Carlos Padilla Becerra, director del Comité Olímpico Mexicano (COM). Lo que ahora se vive “es un pleito de vecindad que afecta a los atletas”, sentencia Velázquez en entrevista con EL UNIVERSAL.
Desde su perspectiva, el motor de los pleitos es el control del dinero, y uno a los que se refiere el analista de TVC Deportes es el que mantiene con la Federación Mexicana de Boxeo, a la que acusó de usar a sus deportistas para chantajear a la Conade y mantener sus privilegios. La asociación deportiva es una de las que no recibió presupuesto para la primera mitad del año. Irónicamente, uno de sus integrantes rompió el ayuno de preseas en Río, pese a que tuvo que “botear” en el transporte público para conseguir dinero para acudir a las peleas de clasificación.
De acuerdo con el preparador físico Daniel García, ligado a deportistas olímpicos, además de cubrir sueldos y operación de las federaciones, éstas deben utilizar los recursos que llegan para pagar gastos de los atletas, como entrenadores, viajes, uniformes, hoteles, alimentos, en especial en año de juegos olímpicos.
Además de boxeo, otras federaciones ignoradas presupuestalmente por la Conade son las de tenis, ciclismo, atletismo y golf. En total, dejaron de recibir más de 20 millones de pesos.
La Federación Mexicana de Tiro con Arco es un caso especial, ya que fue borrada del presupuesto desde 2015, supuestamente por ser poco transparente en la rendición de cuentas. Su oportunidad de medalla era Aída Román, pero fue eliminada en la primera ronda.
Desde el arribo de Castillo, otras asociaciones perjudicadas son las de gimnasia y tiro, que pasaron de recibir 12.8 millones en conjunto a sólo 2.3 millones. Dentro de lo que significó un recorte general de fondos, la de triatlón alcanzó a rescatar 1.5 millones, ingreso raquítico si se toma en cuenta que hace un año fueron 15.9 millones.
La Federación Mexicana de Judo también recibió castigo. Luego de obtener 17.7 millones de pesos en 2015, para este año le recortaron más de 16 millones. Sólo recibieron 737 mil pesos.
Los apoyos de Fodepar también desaparecieron. Los documentos obtenidos vía transparencia muestran que del fideicomiso destinado a apoyar a los atletas de alto rendimiento, este año únicamente salieron 9.5 millones de pesos, repartidos entre deportistas de 10 disciplinas.
Gloria en Londres, lágrimas en Río
El bajo presupuesto otorgado este año contrasta con 2012, cuando se celebraron los Juegos Olímpicos en Londres, Inglaterra. El dinero gastado hace cuatro años se vio recompensado con la histórica actuación de la delegación azteca. Sin contar la medalla de oro conquistada por la selección de futbol —cuya federación no recibe dinero de Conade—, la cosecha fue histórica: tres platas y tres bronces en clavados, taekwondo y tiro con arco.
En aquella ocasión, la dependencia dirigida por Bernardo de la Garza Herrera destinó 120.3 millones de pesos, es decir, más del doble de los recursos invertidos en Río. Entre ambas justas deportivas hubo casos que vieron disminuido su presupuesto de manera sensible, como la Federación Mexicana de Natación. Luego de recibir 57 millones, tuvo a su disposición sólo 4 millones para buscar repetir la hazaña de los tritones nacionales. En Río, la mejor actuación fue la medalla de plata en clavados obtenido por Germán Sánchez en plataforma de 10 metros.
Las federaciones de ciclismo y tenis corrieron la misma suerte. En los últimos juegos veraniegos, realizados en el último año del anterior gobierno, ingresaron 13 y 10 millones, respectivamente; ahora sus cuentas quedaron en ceros.
El virrey sin oro
Desde que Enrique Peña Nieto fungía como gobernador mexiquense, Alfredo Castillo Cervantes fue conocido por ser uno de sus hombres de confianza, de ahí el apodo. Desde entonces, El Virrey se ha beneficiado de esta estrecha relación para mantenerse en importantes cargos públicos, con criticables resultados.
Saltó a la fama nacional luego del manejo en el controvertido caso de la niña Paulette, quien murió en el Estado de México. Tras polémicas investigaciones, la procuraduría a su cargo resolvió que la menor había fallecido al enredarse en las sábanas de su cama.
Con el PRI en la Presidencia, fue nombrado subprocurador general de la República, antes de convertirse en flamante comisionado de seguridad en Michoacán. En uno de los estados con mayor presencia de agrupaciones delincuenciales, sus legados fueron la criminalización de los grupos de autodefensa, así como preocupantes números rojos en cuanto a seguridad.
En abril del año pasado, la corona extendió el virreinato hasta los terruños del deporte nacional, y designó a Castillo dirigente de la Conade. Durante su gestión, las federaciones de box y tiro con arco se han distanciado del organismo tras ser acusadas de malos manejos.
La raquítica participación de la delegación mexicana en Río vuelve a dar cuenta del peculiar historial del funcionario que suele salir raspado de sus encomiendas.
Recientemente fue aprobada su comparecencia ante el Senado y la Cámara de Diputados, donde habrá de rendir cuentas sobre los resultados obtenidos en la justa concluida hace unas horas. “Vemos que Alfredo Castillo no cubre el perfil para ser titular de la Conade, no tiene experiencia deportiva”, sentencia el senador Daniel Ávila, del PAN.
En la Comisión del Deporte de San Lázaro, dice el legislador, Castillo también estará citado a rendir cuentas.
Se prevé que Castillo sea sometido a un riguroso escrutinio de fondos y distribución de apoyos y procesos selectivos de atletas en cada federación, que será encabezado por la Auditoría Superior de la Federación.