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Antes de su segunda fuga de un penal de máxima seguridad realizada el 11 de julio pasado, Joaquín El Chapo Guzmán pasó un año, cuatro meses y 17 días internado en el Centro Federal de Readaptación Social de El Altiplano, en el Estado de México, y en ese lapso su cártel creció su presencia de seis a siete estados, y aumentó de ocho a 10 el número de grupos criminales a su servicio.
Información de la Procuraduría General de la República (PGR), entregada a EL UNIVERSAL a través de la Ley de Transparencia, muestra que el crimen organizado tuvo varias modificaciones en el último año: aunque se conservan los mismos nueve cárteles, disminuyó el número de células, de 43 a 36. De acuerdo con estos datos, Los Zetas y Los Caballeros Templarios redujeron los estados donde tenían presencia.
El nuevo mapa de células delictivas que operan para los distintos cárteles en México, fechado al 30 de junio de 2015, muestra que el grupo delictivo liderado por El Chapo mantiene su fuerza en los estados de Chihuahua, Sinaloa, Durango, Coahuila y Baja California; y aunque ahora perdió presencia en Guerrero, sumó Baja California Sur y Sonora.
Los Zetas, a la baja
A pesar de la embestida oficial, en poco menos de un año la estructura del cártel sinaloense ha resultado prácticamente ilesa, no así la de sus enemigos Los Zetas, quienes pasaron de tener nueve células en seis estados del país, a sólo tres en un solo estado: Tamaulipas.
Hasta agosto de 2014, de acuerdo con el anterior mapeo realizado por la PGR y que en su momento también fue entregado a este medio, se podía observar que Los Zetas tenían presencia en varios municipios de Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Guanajuato y Quintana Roo.
El nuevo registro entregado a este medio, después de interponer un recurso de revisión ante el Instituto Nacional de Transparencia (Inai), muestra que ninguna de las células vinculadas a Los Zetas opera fuera de Tamaulipas.
De acuerdo con otra solicitud de información hecha por este medio, desde diciembre de 2012 Los Zetas han sufrido importantes detenciones y muertes, la mayoría de líderes ubicados en Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas y Veracruz.
Según estos datos de la PGR, fechados en marzo de 2015, Los Zetas habían sufrido 25 detenciones de cabecillas catalogados como “objetivos prioritarios”, y cinco muertes. Entre los aprehendidos más importantes del cártel destacan Miguel Ángel Treviño Morales, El Z-40, el 15 de julio de 2013, y Óscar Omar Treviño Morales, El Z-42, el 4 de marzo de 2015. Además, en abril pasado la Marina detuvo en Culiacán a Hugo César Román Chavarría, presunto operador del cártel en Coahuila y Nuevo León.
El destemple de Los Caballeros Templarios
El segundo grupo criminal que más ha sido afectado es el de Los Caballeros Templarios, cuyo líder principal, Servando Gómez Martínez, La Tuta, fue capturado el 27 de febrero pasado.
Los Templarios se habían conservado unidos, sin células que les operaran las zonas, y con una fuerte presencia en Michoacán, Guerrero, Guanajuato, Morelos, Estado de México, Jalisco, Colima, Querétaro y Baja California.
Sin embargo, ahora fueron reducidos al estado de Michoacán y con un nuevo esquema de organización donde incorporaron un par de células: Los Tena, liderada por Fernando Cruz Mendoza, El Tena, con presencia en Aquila, Coahuayana y Coalcomán de Vázquez Palleres, y la célula liderada por Homero González Rodríguez o Gonzalo González, El Gallito, con penetración en Tumbiscatío y Apatzingán.
El cártel fue debilitado en primera instancia por los grupos de autodefensas que se formaron como una reacción a los abusos, la violencia y extorsiones de templarios; después por las fuerzas federales que iniciaron una cacería sin cuartel para desmantelar al crimen en la región. Así, detuvieron a Gregorio Abeja Linares, El Güero Abeja, en agosto de 2013; a Dionisio Loya Plancarte, El Tío, en enero de 2014; en marzo de ese año fue muerto Enrique Plancarte Solís, El Kike Plancarte, y fue cuestión de tiempo para la aprehensión de La Tuta, en febrero de 2015.
Cártel del Golfo, tercer “afectado”
El Cártel del Golfo, enemigo de Los Zetas, también ha sufrido una aparente disminución en su estructura, pero ésta es menor a la de sus rivales de Tamaulipas o a la de los templarios de Michoacán. El grupo mantenía hasta hace un año 12 células delictivas: 11 en Tamaulipas y una en Cancún, Quintana Roo; ahora la identifican con siete: cinco en el estado fronterizo y dos en el Caribe mexicano.
En su estado base estaban Los Metros y Grupos de Apoyo Ceros M3 en Reynosa; Los Rojos en Matamoros; Grupo Dragones en Tampico; Grupo Bravo en Aldama; Grupo Pumas en El Mante, y Grupo Lacoste, Los Fresitas, Los Sierra, Los Pantera y Los Ciclones, dentro del estado, pero sin municipios definidos. En Cancún operaban con Los Pelones.
En la nueva composición del mapa, en Tamaulipas sólo sobrevivieron Los Metros, Los Rojos, Grupo Dragones, Los Fresitas y Los Ciclones. Y mientras Los Zetas, según se muestra en el mapa, abandonaron su presencia en Cancún, el Cártel del Golfo conservó a Los Pelones y reforzó Cancún con uno nuevo llamado Los Talibanes. Según la nueva información, ahora el Cártel del Golfo controla Quintana Roo.
Y los otros... como si nada
En el mapa criminal fechado a finales del mes pasado se conservan casi intactos los cárteles de Carrillo Fuentes y el de los Arellano Félix, La Familia Michoacana, el de los Beltrán Leyva, y el reciente Cártel Jalisco Nueva Generación.
jram