Si te vienen a contar cositas malas de mí, manda a todos a volar y diles que yo no fui…., canción que popularizara Pedro Infante, parece ser el himno de los funcionarios de este sexenio, para quienes la ética, la responsabilidad y la rendición de cuentas no existen.

La culpa es de la coladera, de las lluvias, del antecesor, de la constructora, de los medios de comunicación, de los ciudadanos, de la delincuencia, de todos menos de ellos.

En este sexenio no pasa nada. No pasó en la fuga del Chapo, ni con los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, ni con los escándalos de las casas Blanca y de Malinalco, ni ante la ingobernabilidad de las cárceles; tampoco pasó con la cancelación de las obras del Tren México-Querétaro, ni con el caso del acueducto Monterrey VI, ni la corrupción del nuevo Aeropuerto de la CDMX. El caso de los ex gobernadores Duarte se ha desdibujado y perdió fuerza ante la apuesta por el olvido. Tampoco ha pasado nada con en el socavón de la autopista México-Cuernavaca y seguramente nada pasará con los hechos de corrupción que implican a Emilio Lozoya, donde Odebrecht era utilizada para el pago de sobornos políticos.

A ellos, a los intocables, a los hijos de la corrupción, siempre se les acusa dolosamente. El dinero lo ganan con el sudor de su frente y son objeto de escarnio por parte de la opinión pública y de la sociedad, quienes insensibles e ignorantes no entienden nada de política y de administración pública, se niegan a creer en sus verdades históricas, quinientos mil pesos de indemnización por un familiar muerto les parecen poco y, además, se molestan cuando un secretario públicamente lamenta haberle hecho pasar “un mal rato a una familia”.

El sello de la casa es la impunidad. No existe responsabilidad ni responsables. Pase lo que pase, digan lo que digan y hagan lo que hagan, ellas y ellos son intocables por la ley y por su jefe. No son objeto de ninguna denuncia o averiguación y tampoco de una remoción, siguen en sus cargos sin importar la gravedad de sus acciones u omisiones.

La imagen del socavón es perfecta para caracterizar la ineficiencia de este gobierno, el caso Odebrecht ratifica que la corrupción forma parte de su entorno y los comentarios de Ruiz Esparza dejan clara la insensibilidad del gabinetazo.

En fin, sin importar la ocasión, ellos entonan su himno para mandar a todos al carajo, porque se creen intocables.

Diputada federal y activista social.
@LaraPaola1

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