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México se ha convertido en un país donde la venta de prendas blindadas ha aumentado considerablemente debido a la situación de inseguridad, afirma Angie Polo Sánchez, jefa de ventas minorista de la firma Miguel Caballero.
“Sí va creciendo, todos los días se ha incrementado el tema de la seguridad, de querer protegerse, de tener una prenda ahí en su closet para poder tras-ladarse, porque en todo el mundo, a medida que va evolucionando, hay cierto tipo de inseguridad, entonces la gente está buscando cuidarse, y no sólo a ellos, sino también a la familia, al núcleo como tal”, señala la directiva de la firma colombiana cuyo creador, Miguel Caballero, ha sido considerado como “el Armani” de la ropa blindada.
De acuerdo con información de la empresa, al año la marca factura 24 millones de dólares en todo el mundo y México representa 40% de esa facturación, con una participación estimada en prendas de vestir blindadas superior a 80% y en chalecos antibalas, 35% del mercado del país.
Lo cifra de ventas en México es casi el doble de las ventas en Colombia, que adquiere 20%, el restante 40% son otros países donde se distribuye la marca.
Miguel Caballero es un empresario que como estudiante de la Universidad de los Andes, en Bogotá, tuvo la idea de confeccionar ropa blindada al ver que los guardaespaldas de una de sus compañeras no usaban chalecos antibalas pues eran pesados e incómodos.
Así se concentró en desarrollar una línea de prendas blindadas que cumplieran con tres principios: comodidad, discreción y protección.
En entrevista, Polo Sánchez, quien es jefa de ventas de la empresa —que llegó a México desde 2006— reconocida mundialmente por diseñar ropa casual blindada para presidentes, políticos, empresarios, actores y artistas, señala que lo que más le piden los clientes son prendas muy discretas.
La entrevista se realiza en su nueva tienda ubicada en Rubens y Patriotismo, en la colonia San Juan. Como trofeo de la marca tienen un chaleco blindado donde se pueden ver los orificios de balas calibre 9 milímetros, que han salvado la vida de sus usuarios.
“Se dice que si vas a Colombia, una de las cosas que tienes que hacer es que te dispare Miguel Caballero, incluso Miguel nos dispara para probar las prendas”, comenta Polo Sánchez con un tono jocoso, pero también con la confianza que la marca tiene en sus productos.
Sin mencionar su cartera de clientes, “por cuestiones profesionales”, la representante de Miguel Caballero en México, dice que han vestido a 13 jefes de Estado de América Latina, además de CEOs de diferentes empresas.
Para evitar que la delincuencia organizada compre este tipo de prendas o chalecos antibalas, Polo Sánchez dice que la firma tiene varios “filtros”, además se hace una revisión de los compradores en las listas de delincuentes y bases de datos de Estados Unidos.
¿Cómo se acercan este tipo de clientes?, ¿entran los funcionarios a la tienda?
—Usualmente llegan por el voz a voz. Siempre hay una persona que dice ‘yo necesito una prenda [blindada]’ y otro que le dice ‘¿por qué no vas a Miguel Caballero?’. Nos contactan por medio de las secretarias o asistentes, inclusive ellos directamente también llaman.
¿Los presidentes o los CEOs?
—Sí, ellos llaman y piden hablar con Miguel Caballero, para que los asesore sobre una prenda blindada, eso ha pasado.
¿Qué lista de clientes tienen?
—Podemos hablar del actor estadounidense Steven Seagal, quien se llevó una chamarra, el mago e ilusionista estadounidense David Blaine —quien dispara un rifle de caza hacia su boca para tratar de atrapar la bala con sus dientes—; con artistas y políticos, hemos vestidos a más de 13 jefes de Estado.
¿De México y América Latina?
—¡De todo el mundo! Gente que podemos nombrar fue con uno de los presidentes de Colombia [Álvaro Uribe]; con un presidente de El Salvador y ya, son los que puedo nombrar.
¿Su producto más solicitado?
—Es la Armor T-Shirt, que pesa 800 gramos, [una camiseta interior flexible con nivel dos de blindaje]; también tenemos una diversidad de chalecos, tanto para hombres y mujeres, que son una prenda muy casual y liviana.
¿Son productos de acuerdo a los países?
—Aquí tenemos diferentes estaciones. Cuando es invierno, nos piden mucho las chamarras de gamuza italiana, cuyos precios van desde los 33 mil a los 44 mil pesos mexicanos, y claro hay precios especiales cuando se trata de productos para sus esquemas de seguridad.
¿Qué han hecho para diferenciarse de otras marcas de ropa blindada?
—Nosotros realmente trabajamos con calidad. Todos los días avanzamos, nos preocupamos por tener un buen diseño. Todos nuestros productos están certificados y trabajamos mucho en el tema de innovación. Eso nos ha diferenciado: tener una marca que todos los días avanza en tecnología, con materiales y productos diferentes. Así tenemos una pauta de calidad, diseño y tecnología.
¿En qué otras ciudades está la marca?
—Ahora es la única tienda en la ciudad de México; tenemos otra en Colombia y un punto en Guatemala, pero tenemos 33 distribuidores en el mundo que ya trabajan con nuestra marca.
¿También diseñan ropa blindada para dama?
—Sí, nosotros podemos personalizar la ropa. Las mujeres somos un poco más exigentes para la moda, [para] lo que usamos, entonces nosotros tenemos dos prendas estándar: los chalecos y tenemos la posibilidad de crearle una prenda a ella, sobre medida blindada, desde una falda, un chaleco y una blusa.
¿Eso incluye a las primeras damas?
— Hemos trabajado para muchas personas del sector femenino, y sí, hemos hecho diferentes prendas para todo tipo de mercado.
¿En México trabajan con cuerpos de seguridad?
—Trabajamos el tema estatal, la línea se llama C33, para elementos de la policía, para el tema federal. Trabajamos con los estados, donde tenemos licitaciones y nos ajustamos a las condiciones que ellos requieran.
¿Han tratado de imitarlos?, ¿cómo se protegen de la piratería?
—Nuestras prendas están certificadas por el Departamento de Justicia de Estados Unidos, donde te dice que el producto está evaluado y certificado para un tipo de municiones y también tenemos patentes en México y Colombia. Muchos han tratado de imitarnos, pero no alcanzan, porque nosotros estamos siempre un paso adelante…
