El consulado de México en Nueva York recibió una llamada peculiar. Tres connacionales residentes en aquella ciudad de Estados Unidos solicitaron ayuda para la apertura de cuentas bancarias a distancia, aquí en México. Los tres fueron atendidos por los MAEX (módulos de atención de mexicanos en el exterior), cuyo personal fue asesorado por la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), a fin de brindar atención en estos casos.

La llamada duró un promedio de 30 minutos y los migrantes recibieron la asesoría que les permitirá enviar sus ahorros a México, directamente a una cuenta propia en un banco, sin necesidad de tener como mediadora una remesadora o una tercera persona. Este hecho no ocurrió por casualidad, sino como respuesta a la petición que los migrantes hicieron a las autoridades mexicanas en algunos de los foros realizados en Estados Unidos y México, en el contexto de la persecución y deportación que ordenó contra ellos el presidente de ese país, Donald Trump.

“Los tiempos en que los migrantes enviaban dinero a su familia a través de un pollero quedaron atrás”, relata Mario Di Constanzo, titular de Condusef. “Ahora pueden enviarlo a distancia, a través de internet. Hace un par de décadas pasaban sus ahorros por la frontera, con emisarios desconocidos o polleros que escondían los dólares en mochilas; era muy peligroso. Si tenían suerte y el dinero llegaba a su comunidad de origen, corrían el riesgo de que llegara incompleto”.

Aunque esta nueva modalidad de apertura remota de cuentas de ahorro en banca privada es nueva, la Secretaría de Relaciones Exteriores replanteó el esquema para incluir al Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros (Bansefi) que, hasta el momento, opera de manera limitada para los repatriados por dos razones básicas: una, porque ellos sólo pueden abrir esa cuenta en los módulos que éste tiene en la frontera y la terminal 2 del aeropuerto, y dos, que operan en días y horarios que no siempre coinciden con la llegada de los vuelos de repatriación.

“La idea es que ahora un migrante que acuda al consulado en Estados Unidos pueda abrir desde allá una cuenta con Bansefi con solamente presentar la matrícula consular donde serán utilizados los datos del chip”, precisa Carlos Sada, subsecretario de América del Norte en la Secretaría de Relaciones Exteriores.

“Esto les ofrece la ventaja de pagar menos comisiones en comparación con un banco privado y aunque ellos permanezcan en Estados Unidos o regresen acá, la cuenta seguiría funcionando en México”, detalló el funcionario.

En conjunto, las tres instituciones afinan los detalles operativos para que en próximas semanas inicien una fase de prueba de este servicio.

Si bien el proyecto surge a propuesta de los migrantes, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) deslizó el lápiz y buscó números reales que sustentaran la viabilidad de su petición. El dato lo dio José Antonio Meade, titular de la dependencia, el día en el que presentó el Programa de Atención a las Microfinanzas Rurales: 77% de los migrantes no tiene cuentas de ahorro.

Es decir, que unos 9 millones de connacionales están en esta situación. Una numerosa clientela cautiva con ahorros en dólares que al otro lado de la frontera norte está en la mira de los bancos.

Condusef estima que hasta el momento solamente 40 migrantes abrieron una cuenta de ahorro —a través de internet— con bancos privados. “Estoy seguro que dos de ellos son Bancomer y Banamex”, opinó Di Constanzo. Pero el más beneficiado ha sido Bankaool, el único banco virtual mexicano que opera en este momento vía online.

Cynthia Salicrup, directora de Banca Digital, Marketing y Nuevos Negocios de Bankaool, explicó a EL UNIVERSAL que de 2016 a la fecha, esa institución maneja 700 cuentas creadas por migrantes desde Estados Unidos.

“Es porque les ofrecemos más ventajas como la apertura 100% en línea, lo que permite a cualquier mexicano en cualquier lugar del mundo abrir su cuenta sin comisiones de apertura, manejo de cuenta o saldo mínimo.

“Lo único que requerimos es que adquieren una tarjeta de débito Mastercard. Puedo adelantar que en este momento estamos trabajando en alianzas con distintas empresas internacionales y nacionales que permitan ofrecer mayor gama de servicios a migrantes, con un estricto apego a la normatividad vigente”, explica.

Aunque el número de cuentas de ahorro aperturadas es bajo, los números de migrantes que han solicitado información al respecto van en aumento. Por ejemplo, los módulos MAEX atendieron vía telefónica a mil connacionales; mientras que otros 222 llegaron físicamente a su oficina en los consulados de Nueva York, Los Ángeles, San Diego, Santana, Orlando, Dallas o Raleigh para conocer del tema.

Di Constanzo precisa que la atención vía telefónica incluye orientación virtual, con el objetivo de que el migrante que tenga una computadora a la mano elija el banco de su preferencia y siga paso a paso las instrucciones para abrir esa cuenta remota que podrá manejar desde el portal de internet bancario.

“Aún no hay muchas solicitudes porque no es un proceso en el que los connacionales confíen 100%, así que debemos ganarnos su confianza para que guarden sus ahorros en México y no en Estados Unidos. La mayoría de ellos están en condiciones de abrir una cuenta de ahorros nivel 2, que significa un depósito mensual promedio [desde Estados Unidos] de 17 mil 500 pesos; lo que equivale a una suma de entre 850 y 900 dólares”, dice.

Refiere que hay un grupo menor en condiciones de abrir cuentas de ahorro nivel 3 y 4, los cuales equivalen al depósito mensual promedio de 40 mil pesos [2 mil dólares]. En caso de que un connacional tuviera necesidad de utilizar sus ahorros en México para realizar un pago importante en Estados Unidos —por ejemplo, una emergencia médica— Di Constanzo señala “técnicamente si podrían hacerlo, solamente requerirían utilizar su plástico con su NIP”.

¿Y las remesadoras?

La mayoría de los mexicanos que residen en Estados Unidos envían dinero a sus familias y comunidades a través de remesadoras. Si la familia tiene una cuenta con Bansefi, la remesadora lo reenviará a alguno de 938 municipios [casi la mitad del país], donde el banco tiene presencia con sucursales propias y alianzas con cajas de ahorro y crédito popular. Algunas se ubican en comunidades semiurbanas y localidades generadoras de migrantes.

Los números de Condusef indican que hasta abril, un connacional envía a través de una remesadora un promedio de 105 dólares. Es decir, una cantidad nueve veces menor de lo que podría depositar en una cuenta de ahorro.

El envío de remesas a México desde el extranjero representa una importante entrada de divisas. No en balde el país ocupa el cuarto lugar mundial en envío de remesas después de China, India y Filipinas. Es por eso que las autoridades financieras no hablan de competencia entre remesadoras y cuentas de ahorro bancarias, debido a que ambas tienen objetivos diferentes; o al menos aseguran que así lo expresaron los connacionales en los foros donde se reunieron.

“Desde el punto de vista regulatorio sí es posible abrir cuentas vía remota”, explica Virgilio Andrade, director de Bansefi: “La única condición es que exista banca digital, por eso estamos trabajando en esta transformación tecnológica en beneficio de los migrantes. En breve entraremos a un periodo de prueba que se llevará por etapas para contar con los elementos debidos y esperamos entrar oficialmente en funciones a fin de año”.

Mientras eso ocurre, los migrantes que no están interesados en abrir cuentas bancarias en México o que desconocen cómo hacerlo podrán seguir enviando dinero a través de una remesadora.

“Hemos detectado que una de cada dos familias mexicanas tiene un familiar en el extranjero. Como sabemos en 2016 creció de manera relevante el número de divisas producto del trabajo de los connacionales que están en Estados Unidos. En el primer trimestre de este año tuvimos un crecimiento de 21% en comparación con el mismo periodo del año pasado. En términos de movimientos de remesas hubo un aumento de 10%”, añadió Andrade.

Las autoridades hacendarias consideran que este proyecto previene otro tipo de conflictos que los migrantes les plantearon. Mario Di Constanzo explica que se trata de la cifra negra de mexicanos deportados que perdieron sus ahorros en Estados Unidos luego de que el gobierno de ese país los envió a México.

“Por ejemplo, quienes fueron repatriados y dejaron su dinero allá sin dejar a ningún beneficiario ni un poder, están en un gran problema. Para recuperar su dinero deben tramitar un poder en México y enviarlo a Estados Unidos, a nombre de una persona que viva allá.

“El poder sería registrado allá y cuando eso suceda, la persona podrá retirar el dinero y enviarlo a la persona deportada aquí en México. Lo grave de esta solución es que es un trámite lento, costoso y engorroso. Por eso creemos que la mayor parte de los deportados ha perdido sus ahorros en Estados Unidos y no tenemos una cifra ni estimado de cuánto dinero estamos hablando”, detalla.

Virgilio Andrade dice que a partir del anuncio hecho por el gobierno federal para priorizar la política pública de atención al migrante, la Secretaría de Hacienda asumió su responsabilidad desde el punto de vista de los servicios financieros.

“Para nosotros la prioridad es facilitar y optimizar la ganancia que por su trabajo obtienen los connacionales. Y sobre las reacciones que la banca estadounidense tendría al respecto, creemos que finalmente cada quien atiende a su nicho, acorde a sus circunstancias”, dice.

Mario Di Constanzo se expresa en el mismo sentido: “Que el mexicano que resida en Estados Unidos, aunque trabaje allá, pueda tener mayor certidumbre de su patrimonio en una cuenta de ahorro propia. Así nos lo dijeron. Queremos proteger nuestros ahorros y patrimonio. Por ejemplo, cuando Bansefi concluya su portal de banca digital, nuestros migrantes podrían abrir allí dos cuentas, una para envío de remesas y otra de ahorro considerando que Hacienda eliminó los impuestos para que traer su dinero a México”.

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