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En el mundo, entre 10% y 55% de los adultos padecen o van a sufrir dolor crónico. En México el porcentaje es de 27%, afirmó Argelia Lara, jefa de la Clínica del Dolor del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, al destacar que es un problema de salud pública muy importante. Recuerda que a partir de la Declaración de Montreal se estableció el derecho humano a la atención de ese mal.

“Desde 2010, el tratamiento para esta afección es una garantía individual de los pacientes, lo que ahora falta es ejercerla y hacerla cumplir”.

Destacó la importancia de que los doctores reciban educación en materia de cuidados paliativos, La experta resaltó que hasta ahora en los programas universitarios es una asignatura que no aparece, a pesar de la importancia que tiene el hecho de que además de curar enfermedades, a los pacientes se les libere del dolor. “Es una epidemia silenciosa”, declaró.

Argelia Lara señaló que el especialista no sabe cómo tratar el problema a pesar de que nueve de cada 10 personas tienen o lo sufrirán en algún momento de sus vidas. En nuestro país son las mujeres, las personas mayores y los grupos marginados quienes más lo padecen.

“El dolor no es sólo un día, a veces son días, meses o hasta años. Puede cambiar la vida del paciente para mal, sobre todo si no está bien diagnosticado”, advirtió.

Detalló que los expertos requieren de habilidades específicas, por ejemplo, entender el sufrimiento del otro, tener empatía, ser respetuoso y mantener buena comunicación.

Explicó que existen dos tipos de dolor: agudo y crónico (que dura más de tres meses). El segundo es el que más afecta la calidad de vida del paciente y cualquiera puede tenerlo.

En muchas personas, afirmó, el sufrimiento es una segunda enfermedad: la primera es la que lo causa. Se estima que hasta 30% de los pacientes con dolor crónico padece depresión; 50% tiene ansiedad, y otro 30%, trastornos del sueño. Como una forma de ilustrar el peso que tienen en nuestra sociedad los problemas de dolor, señaló que los costos de su atención corresponden a 3% del Producto Interno Bruto, lo cual es mayor que el gasto por enfermedades cardiovasculares y por el cáncer.

Indicó que existe muy poca cultura de atención al mal crónico y también un acceso limitado a los servicios médicos. Además, al paciente que lo sufre se le etiqueta como hipocondriaco, conflictivo o simulador.

La diputada Teresa Lizárraga explicó: “Sólo se ofrecen cuidados paliativos a los pacientes que les quedan seis meses de vida.

“Una cosa es lo que está plasmado en la ley y otra es la realidad”. Citó que en Sonora y en Chihuahua sólo existe una clínica para la atención del dolor, a pesar de ser estados muy grandes.

Afirmó que si bien se ha avanzado en materia legislativa para la atención del problema, “en la práctica nos encontramos a años luz”.

Agregó que una de las principales razones por las que la gente no recibe los cuidados es la falta de atención en los centros médicos.

José Alberto Flores Cantisani, especialista en dolor, indicó que son muy pocos los doctores que tienen el recetario de narcóticos, por lo que muchos pacientes se quedan sin los medicamentos más adecuados para atender el mal. Por otra parte, no llegan a 100 las clínicas para la atención del dolor en todo el país. Gina Tarditi, sicóloga y tanatóloga, precisó que los cuidados paliativos no sólo son para el final de la vida, sino que hay diversas enfermedades que los requieren. “Es necesario que la población en general exija su derecho a tener cuidados paliativos y no sólo para el final de sus vidas”, enfatizó.

“Se escucha decir que esa atención se da antes de la muerte y realmente no es así. Lo ideal es que las personas reciban los cuidados desde que son diagnosticados con la enfermedad. Si la gente sigue teniendo la idea de que son para las etapas finales de la vida, no los pedirán”, declaró. Celina Castañeda, subdirectora de Planeación en la Comisión de Protección Social en Salud del Seguro Popular, indicó que nuestro país sigue los lineamientos de la OMS en materia de cuidados paliativos, los cuales están prescritos para cáncer, enfermedades no transferibles y del envejecimiento. Apuntó que hay mucho desconocimiento de los especialistas en relación al diagnóstico y uso de tratamientos.

Mariana Calderón Vidal, del Proyecto de Acceso a los Cuidados Paliativos y Control del Dolor, de la Fundación Mexicana para la Salud (Funsalud), indicó que no hay que temer por los tratamientos utilizados para el dolor u otras terapias, puesto que son totalmente seguros. “Usando los medicamentos de forma adecuada, se puede aliviar el dolor en 90% y 95% de los pacientes”.

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