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El migrante oaxaqueño, Fernando Hilario, de 39 años de edad, fue deportado de Estados Unidos, y acusado por los agentes del Servicio de Inmigración de ese país de ser “pollero”.
Entrevistado en avenida Félix Contreras de San Luis Río Colorado, Sonora, habló sobre toda la aventura que está viviendo, luego de haber sido expulsado del vecino país:
“Vivía en Bakersfield, California, pero yo siempre andaba como en ‘baica’ (bicicleta) y me pararon por cosas de nada, porque no traía luz la ‘baica’. Fueron unos americanos pues. No me hicieron ni preguntas ni nada”.
Sobre su familia y la situación que vive, dijo: “Y ahorita no me puedo comunicar, he hecho mucho intento en el Facebook. No regresan los mensajes. Entonces pues mis hijos también no saben dónde estoy yo. Y por eso a como dé lugar, pase lo que pase, primeramente Dios, logre yo cruzar”.
Ahora intentará regresar al lugar donde estaba en la Unión Americana, pero no es una empresa fácil: “Tengo que brincar dos muros que están aquí en San Luis Río Colorado. Es uno y son dos. Y así una vez que cruce eso, primeramente Dios, pues ya que todo salga bien, pero de allí todavía voy a caminar en el desierto. Son mínimo ocho horas”.
Sobre su origen, comentó: “Yo soy del estado de Oaxaca, yo me llamo Fernando Hilario. Mi trabajo siempre ha sido en el campo en la pizca de uva, en la poda, en la naranja.
“Ese es mi trabajo, eso es lo que me enseñó mi padre en el rancho. Yo soy de un rancho. Pues puro corte de caña, no hay nada, por eso nos venimos para acá”, expresó en cuanto a su necesidad de migrar.
Respecto a su estancia en el vecino país, afirmó: “Tenía 13 años en Estados Unidos. Tengo tres hijos con la señora. Ellos están allá en estos momentos pues. Han estado preguntando por mí a la gente que yo conozco. Han ido a preguntar por mí y no saben dónde estoy”.
Ha intentado hablar con su familia: “Me he comunicado por Facebook, mensaje y no me regresan los mensajes. No sé nada de ellos ni ellos de mí. Entonces pase lo que pase, ¿verdad?, yo tengo que entrar a Estados Unidos”.
Sobre los riesgos que enfrentan los migrantes en su aventura para llegar al sueño americano, dijo que “ya me acusaron que yo soy la guía, el pollero. Este, hace cuatro días intenté cruzar solo. Como iba en el montón, dijeron que yo era el pollero, pero yo no me agüité.
“Le dije al oficial de la Migración que es un mexicano. Si tú crees que yo soy pollero, le digo, no voy a discutir, tú traes lapicero, allí apunta lo que tú quieras, yo no voy a pelear, no me voy a enojar, no le hace”.
Asumió que “todo el tiempo ha sido peligroso para nosotros, pero no me importa. Lo que me importa es regresar para atrás con nuestra familia”.
En cuanto al nuevo rumbo que han tomado las actitudes en Estados Unidos sobre el origen y razón de ser de los mexicanos que residen allá, dijo:
“Estamos trabajando, estamos pagando impuestos. No somos rateros, no hemos matado a nadie, no vendemos droga.
“¿Por qué todo eso cambió?, porque nos dicen que somos malandrines, narcotráfico, asesinos, violadores. Nosotros no somos nada de eso. Bueno, no robo, prefiero pedir o algo así, para qué voy a robar”.
De cualquier forma, Fernando Hilario expresó que regresará a Bakersfield, California, a como dé lugar, pues debe reencontrarse con su familia y retomar el rumbo de la vida de trabajo que tiene en el vecino país.