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El número de mexicanos que padece hígado graso va en aumento. Esta enfermedad es resultado de que el país ocupe el segundo lugar a nivel mundial de sobrepeso y obesidad, porque ocurre cuando se acumula grasa en las células hepáticas, lo que puede desarrollar fibrosis y provocar daño o cirrosis.
En entrevista con EL UNIVERSAL, Enrique Wolpert, presidente del Comité Científico de la Fundación Mexicana para la Salud Hepática (FundHepa) alertó que entre 20% y 30% de la población mundial presenta esta afección y llamó a la sociedad a cambiar los estilos de vida y llevar una dieta balanceada, además de practicar ejercicio, de lo contrario, “todos nos vamos a morir de hígado graso, porque es una epidemia”.
Hoy se conmemora el Día Nacional de la Salud Hepática. En este marco, la FundHepa organizó una agenda que inició en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ), con una conferencia sobre hígado graso y que concluye con un foro de Medicina Traslacional y las hepatitis virales, que se realizará en la Academia Nacional de Medicina.
A la par de estos eventos, en Tijuana, Hermosillo, Culiacán, Querétaro, Pachuca y Mérida, especialistas en enfermedades hepáticas hablaran sobre la acumulación de grasa en el hígado.
Wolpert advirtió que de no cambiar la forma en la que se alimentan los mexicanos y la falta de ejercicio en su rutina diaria, derivará en que para el año 2030, 40% de la población tenga sobrepeso u obesidad y de ese tamaño sería el problema del hígado graso.
Dijo que las enfermedades del hígado son la cuarta causa de mortalidad en los varones y la sexta en mujeres, y que el cáncer de hígado se presenta en 90% de aquellos que tienen cirrosis: “Antes, este mal le daba a personas que consumían mucho alcohol o por hepatitis mal curadas; sin embargo, el hígado graso está aumentando en forma no lineal y es preocupante porque el paciente está en espera de la muerte”.
Los factores de riesgo para que una persona desarrolle hígado graso, explicó Wolpert, es tener obesidad central, “lo que conocemos como la llanta”, ser hipertenso, mantener niveles de triglicéridos y colesterol altos, “si uno va al médico y le dicen que tiene grasa central, es importante que se haga un estudio de ese órgano para obtener un diagnóstico oportuno en caso de padecer hígado graso”.
El también gastroenterólogo precisó que cuando el hígado se enferma por grasa, puede llegar hasta la insuficiencia hepática, cirrosis y cáncer de hígado.
“Yo he comentado que hoy por hoy la causa más frecuente, número uno para trasplante de hígado, es la hepatitis C, pero esa la vamos a curar, hay medicamentos que curan de 90% a 95% de los enfermos y eventualmente se va a eliminar como causa de enfermedad en el hígado, cuando eso ocurra, y se prevé que sea en 2030, la enfermedad para la que se requiera trasplante de hígado será el hígado graso, la esteatohepatitis, la cirrosis y cáncer por hígado graso, por eso es alarmante”.
Precisó que las únicas formas de prevenir esta afección es a través de una dieta balanceada y mediante la práctica de actividad física.
Otros síntomas de alerta son la presión alta y en ese caso sí se aconseja el uso de fármacos para bajar los niveles, se aconseja evitar el abuso de la sal, “los alimentos deben condimentarse durante la preparación, hay gente que le echa sal antes de probar, esa es una pésima costumbre, es el peor ejemplo para niños y jóvenes si queremos evitar que padezcan enfermedades hepáticas”.
Sobre los grupos etarios más afectados por males del hígado, el experto dijo que la hepatitis C es un problema grave, porque más de 500 mil personas entre de 50 años o más viven con ella. El cáncer de hígado ataca en este mismo rango. La hepatitis A le da a los menores de edad, pero es una enfermedad benigna, que difícilmente llega a ser fulminante y la tipo B es de transmisión sexual (ETS), que puede dar en todas las edades, desde los niños contagiados por su madre, hasta los jóvenes y adultos jóvenes que mantienen relaciones sexuales sin protección.
La cirrosis por alcoholismo ocurre después de 10 a 15 años de beber de manera exagerada. Wolpert lamentó que estas enfermedades ocurren en las etapas más productivas de la vida.
Aseguró que el gran reto que enfrenta México ante las afecciones hepáticas es convencer a la gente para que cambie sus estilos de vida: “Si seguimos liderando la lista de países con obesidad, no podremos disminuir el hígado graso”.