En México, los salarios para los recién graduados de la educación superior son “bajos”, señaló el director general de Educación Superior Universitaria de la SEP, Salvador Malo.

Un egresado puede aspirar a un máximo de 17 mil pesos mensuales y después lograr escalar hasta los 25 mil pesos, ingreso que no resulta atractivo para ellos. En nuestro país no importa la universidad de egreso, sino la familia de origen y las relaciones que se construyan, dijo.

Durante la presentación del estudio “Momento decisivo: la educación superior en América Latina y el Caribe”, dijo que en México los estudiantes provenientes de escuelas particulares tienen más posibilidades de ingresar a la educación superior que aquellos que estudiaron la educación obligatoria en planteles públicos por lo que a pesar de los avances en cobertura que ha tenido el país, persiste la brecha de desigualdad en el acceso.

“En México, 90% de los niños mexicanos va a escuelas públicas y 10% a privadas; sin embargo en educación superior la proporción es de dos tercios a la pública y un tercio a la privada. Lo que pasa es que de los niños que entraron a las primarias públicas, menos de la mitad entran a la educación superior y en cambio, los niños que están en escuelas particulares esencialmente 90% de ellos logra llegar a la educación superior”, dijo el funcionario.

Agregó que existe una inequidad que se perpetúa a lo largo del trayecto educativo puesto que los niños que estudian en primarias públicas tienen menos posibilidades de llegar a la educación superior que quienes van a colegios particulares; después de ello, para tener un mejor salario importa más la familia de donde provenga el egresado, que la escuela de la cual se graduó.

“En México, el retorno de inversión por la educación superior es de 80%, pero el promedio de salarios es extraordinariamente bajo. Subir de 17 mil pesos, el salario más alto que recibió un grupo de estudiantes mexicanos analizados, que pase a 22 ó 25 mil pesos realmente es un salario muy poco atractivo para los profesionales. Si nos ponemos a analizar, realmente lo que importa del egresado no es tanto de qué universidad viene, sino de qué familia y cuáles son las relaciones que tiene”.

La economista sénior del Banco Mundial María Martha Ferrara, quien elaboró y presentó el estudio, señaló que México enfrenta retos importantes para garantizar el acceso y la permanencia en el sistema educativo.

Entre estos retos, dijo que la gratuidad de la educación no es necesariamente la mejor opción puesto que no garantiza que todos los estudiantes permanezcan y concluyan el ciclo educativo y a menudo, quienes acceden y terminan su educación pública son jóvenes de una situación económica privilegiada que sí podrían pagar, mientras que los estudiantes pobres no terminan la carrera aunque logren ingresar a una universidad porque, en muchos casos, su interés primordial es trabajar.

El estudio indica que a pesar “del enorme avance” que ha tenido la región de América Latina y el Caribe en la última década en cobertura en el nivel de educación superior, el reporte del Banco Mundial indica que solo la mitad de los estudiantes se gradúa en tiempo y forma, y aún hay una “larga” brecha por recorrer en cuanto eficiencia de lo aprendido y calidad de la enseñanza.

Al presentar su más reciente informe sobre la enseñanza universitaria en la región latinoamericana y del Caribe, María Martha Ferreyra, mencionó que a la falta de incentivos y financiamiento adecuados para la educación terminal, se suma la carencia de nexos con el mercado del trabajo.

“La tasa bruta de matrícula prácticamente se ha duplicado, de 20% a 40% en 10 años. La educación superior corre el riesgo de acabar simplemente remediando las falencias de los niveles medios y nunca le da a los estudiantes las competencias de orden más elevado que necesitan en esta economía. En este mirar de lejos también necesitamos mirar a lo que viene después de la educación superior, es decir, el mercado laboral. Necesitamos conectar con el mercado laboral”, dijo.

Durante la presentación del estudio, el l vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, Jorge Familiar, dijo que es necesario mejorar la calidad de la educación superior mediante incentivos y esquemas de financiamiento que permitan a los jóvenes, por ejemplo, obtener préstamos para estudiar sus carreras universitarias, y también mejorar la conexión entre los programas académicos que se ofertan en las instituciones de educación superior y las necesidades del mercado laboral.

El reporte señala que si bien es necesario incrementar la formación personal calificado, las empresas también deben generar empleos de calidad. Destacó que los jóvenes que dejan la escuela son los que menos recursos tienen, por lo cual es necesario impulsar programas académicos más cortos y eficientes, y diseñarlos de acuerdo con las necesidades que tendrá a futuro el mercado laboral.

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