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justiciaysociedad@eluniversal.com.mx
Los Ángeles
Ni las fosas comunes que se han localizado en diversos puntos de México ni el eventual asesinato de extranjeros en el país han provocado temor o miedo en la comunidad estadounidense asentada en diversas ciudades del territorio nacional.
En cambio, representan para México un ingreso adicional de entre 15 mil y 18 mil millones de dólares, según informó la International Community Foundation.
Las áreas de mayor preferencia por los jubilados o ex combatientes de Irak, Afganistán o de la Segunda Guerra Mundial son Chapala y Puerto Vallarta, ambos en el estado de Jalisco; territorio del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). También San Miguel de Allende, Guanajuato, y su capital, del mismo nombre; territorio de Los Zetas, así como Tijuana y Rosarito, en Baja California, en donde opera el Cártel de Tijuana, igual que Pátzcuaro y Morelia, en Michoacán, muy cerca de Los Caballeros Templarios.
“La verdad con nosotros no se ha metido nadie y no damos problemas; al contrario, tenemos muchos servicios y convivencias dentro de la comunidad a la que pertenecemos”, comenta
sonriente Iván Pérez, un jubilado estadounidense con raíces mexicanas, quien está feliz de vivir en Ajijic, municipio de Chapala, en Jalisco.
“Mi papá era de Tepatitlán, de aquí mismo, en Jalisco; y mi mamá de Colima, un día se fueron a California y allá nací, ahora decidí pasar el resto de mi vida aquí en Chapala”, comenta Iván, quien dice que es un hijo de migrantes que volvió a su tierra.
No es el caso de Ben y Karla, quienes pasaron gran parte de su vida en Virginia. Al llegar a la edad de retiro “decidimos buscar un lugar donde nuestro cheque mensual rindiera más, vimos opciones y alguien nos recomendó viajar aquí [a Chapala] para conocer y convivir con compatriotas nuestros y nos encantó”, dice Ben emocionado, mientras que para su esposa Karla “era muy importante tener acceso a servicio médico de buen nivel y aquí lo encontramos también; así que no podemos quejarnos, el clima, la gente, la comida y todo lo que nos rodea es verdaderamente placentero”, asegura.
Sobre el temor por la inseguridad de la que se habla en los medios de comunicación, “nos cuidamos como debe ser, pero definitivamente no hemos tenido ni un altercado ni cualquier cosa, nuestro Consulado en Guadalajara está atento”, afirma Ben.
Margaret es una mujer viuda que vivía en Arkansas, pero “un día quise hacer un cambio en mi vida y decidí salir de mi país; busqué en Canadá, me habían recomendado Ecuador y Costa Rica, pero al final me decidí por México, especialmente porque tienen un magnifico servicio médico, gastronómico y humano, en general; además estoy a un lado de mi país, muy cerca”, cuenta emocionada.
“Sí he sentido miedo a veces y me he preguntado si es el mejor lugar para vivir y creo que me siento feliz; estoy contenta, hasta hoy no me ha pasado nada y espero que así siga”, dice.
En Ajijic, Chapala, incluso tienen una banda, los Tall Boys Band, liderada por David Truly, quien es originario de Nueva Orleans y pasa gran parte de su tiempo en Jalisco, contagiando a todos sus habitantes con su estilo de rock and roll setentero.
A decir verdad, esta comunidad extranjera en México ha desarrollado también servicios en la zona donde habita. “Enseñamos a hablar inglés y así perfeccionamos nuestro español”, dijo Pam, “también enseñamos a jugar bridge y tenemos clubes de lectura, de cocina, de baile y hacemos visitas a hospitales”.
Números y antecedentes. La comunidad más grande de ciudadanos de Estados Unidos en el exterior vive en México. Esto de acuerdo con diversos estudios y datos de la International Community Foundation (ICF).
“Aunque a decir verdad, nadie tiene un número exacto de cuántos son los estadounidenses que habitan en México, no es descabellado decir que son alrededor de 2 millones”, según voceros de la ICF.
Los jubilados estadounidenses pertenecen a la llamada generación de los baby boomers, quienes nacieron entre los años 1946 y 1964 y son resultado de familias de la posguerra; una época de reactivación económica y transformación social, cuando las mujeres se mantuvieron en el trabajo, tal como lo hicieron desde la Segunda Guerra Mundial.
“La gran mayoría son veteranos de guerra, estuvieron activos para Vietnam, Korea y otros conflictos armados; casi todos los baby boomers son veteranos de guerra”, señaló Édgar Palacios, quien es auditor fiscal de impuestos en Estados Unidos.
“Aunque después de prestar sus servicios en las fuerzas armadas trabajaron en distintas áreas civiles, la realidad es que sus pagos de jubilación no les alcanzan para vivir en su país”, explica.
Razones económicas. Poco se habla de las razones por las que salen de su territorio los estadounidenses para irse a vivir a México, Canadá o Japón, que son los países preferidos por distintas razones.
“Es curioso que ellos se van de Estados Unidos también por causas económicas; igual que los indocumentados cuando cruzan en sentido contrario”, asegura Palacios.
“A este fenómeno de cruzar la frontera en sentido contrario se le conoce como migración internacional de retiro; y no es otra cosa que buscar un área donde los dólares de su jubilación rinda más y mejor; así como la búsqueda de un clima y de un ambiente agradables”, señaló el especialista en impuestos.
La otra cara de la moneda y que es muy conveniente es la no doble tributación. “México y Estados Unidos tienen firmado un acuerdo que evita que quienes ganan dólares en la Unión Americana pero viven en México, paguen dos veces impuestos”.
La no doble tributación significa que sólo pagan impuesto en uno de los dos países, que casi siempre, por no decir siempre, es en Estados Unidos porque el Tío Sam no perdona, comentó Édgar Palacios.
En contrapartida y más allá de los impuestos, la comunidad estadounidense en la República Mexicana representa, según cálculos de ICF, una derrama económica anual de entre 15 mil y 18 mil millones de dólares.
“Algunas regiones le cuestan a los estadounidenses entre 750 y mil dólares mensuales todos sus gastos de estancia: renta, comida, diversión, servicios, etcétera. Otras áreas están alrededor de mil 500 dólares mensuales”, dice uno de los voceros del ICF.
Héroes de guerra. La comunidad estadounidense en México comenzó a llegar, con miras a quedarse, desde la primera mitad del siglo pasado. La gran mayoría son veteranos de guerra, “es por eso que también existe aquí en Ajijic un cementerio de héroes de guerra”, comenta orgullosa Susan, quien es hija de un militar que luchó en la Segunda Guerra Mundial.
“Mi papá fue un héroe de guerra y aunque no está enterrado aquí, la emoción y el sentimiento de saber que estos hombres también pelearon por la libertad del mundo me llena de un sentimiento muy especial”, expresa emocionada.
“Personalmente visito el cementerio con frecuencia y trato de que se mantenga limpio y digno; son hombres estadounidenses que fueron felices los últimos años de su vida aquí [en Chapala] y tanto les gustó que pidieron ser enterrados aquí, pero eso es un gran honor también”, señaló.
El cementerio que alberga a todos estos héroes tiene lápidas que datan de los años 50 del siglo XX.
Cada Día del Veterano o del Caído de Estados Unidos, en este cementerio también se rinden los honores correspondientes a los héroes de guerra, varios de ellos de origen mexicano o hispano.
Actualmente entre la comunidad estadounidense en México hay veteranos de Granada, de Irak y Afganistán; algunos de ellos ya han expresado su voluntad también de ser enterrados en las tierras de nuestro país.