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Antes de mayo del próximo año se podrá tener acceso a lo que será el Museo Virtual del Gran Acuífero Maya para observar imágenes 3D de vestigios de al menos 60 cenotes, cuevas y algunas ofrendas y piezas arqueológicas de esa cultura de la Península de Yucatán.
El antropólogo y buzo mexicano Guillermo de Anda, encargado del proyecto, informó que en éste participan el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), con el apoyo del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), al que se le han sumado el Aspen Institute México, la UNAM, la Universidad Tecnológica de la Riviera Maya, así como National Geographic.
De Anda, quien es el único arqueólogo mexicano que ha obtenido el título de Emerging Explorer que selectivamente otorga National Geographic, precisó que quienes participan están interesados en preservar ese invaluable patrimonio arqueológico y mostrarlo al mundo sin necesidad de mover las piezas donde han permanecido por más de 12 mil años.
En esta aventura científica trabaja un equipo multidisciplinario de arqueólogos, antropólogos, biólogos, geólogos y espeleólogos que, previo y durante las inmersiones, siguen puntualmente las instrucciones de Guillermo de Anda para lograr el mapeo digital.
“Se estima que existen en la Península de Yucatán alrededor de 6 mil cenotes en una longitud aproximada de mil 500 kilómetros cuadrados, de los cuales, apenas han sido explorados científicamente 350, como son el Sagrado de Chichén Itzá, Hoyo Negro, Valladolid y Holtún que han aportado vestigios de fauna extinta, restos humanos, ofrendas prehispánicas y objetos coloniales en extraordinario estado de conservación por las características físico-químicas del agua aún cristalina”, detalló el especialista.
“Para el mapeo digital de las piezas arqueológicas se aplica un programa computacional capaz de procesar miles de imágenes fotográficas que se capturan desde varios ángulos para crear modelos en tercera dimensión”. Explicó que este programa, creado por el ingeniero de National Geographic, Corey Jáskolsi, fue puesto a prueba en el proyecto subacuático Hoyo Negro en 2013 y, posteriormente, perfeccionado con excelentes resultados en las exploraciones de Tulúm y el cenote Holtún de Chichén Itzá que forman parte del Gran Acuífero Maya.
De Anda, quien tiene la especialidad en Arqueología Maya y antropología esquelética por la Universidad de Yucatán, destacó que la ruta de trabajo en lo que resta de este año es explorar 60 cenotes más para configurar la primera fase del Gran Museo Virtual que estará a disposición del público previo a mayo de 2017. “Con ello estaremos contribuyendo inmensamente al mejor conocimiento de la cultura maya llevándonos registros y dejando sólo las burbujas del aire que exhalamos”.
El museo virtual es único en el mundo por su incalculable riqueza en vestigios prehispánicos, que se enmarca en el reto de recorrer las cavernas y cenotes nunca explorados a profundidades que, en algunos casos, superan los 100 metros.
Expuso que, a diferencia de la arqueología tradicional, en este proyecto no se extrae ninguna pieza, sino que, para garantizar su preservación, sólo se aplica una metodología de registro 3D capaz de hiperexaltar los contextos a grado de que es posible observar la porosidad de los huesos y medir sus lesiones en alta resolución.