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México vive una emergencia sanitaria por la diabetes que reclama un nuevo modelo de prevención por parte del Estado, que incluya medidas concretas para detectar y tratar oportunamente esta grave enfermedad, afirma el director del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Mikel Arriola Peñalosa.

Toda la República es un “foco rojo” por diabetes. Es una enfermedad que no respeta estrato social o género. Se trata de una amenaza para las finanzas del IMSS, significa pérdida de años de vida saludable y la tasa de mortalidad sigue en aumento.

En entrevista con EL UNIVERSAL, detalla en cifras del IMSS lo grave del problema: más de 21 mil muertes, 4 mil 500 amputaciones y 2 mil incapacidades permanentes en 2015.

Sobre las finanzas, precisa que la diabetes consumió el año pasado 42 mil 776 millones de pesos del gasto del Seguro Social, 8 mil 100 millones en tratamientos de insuficiencia renal, en su mayoría a causa de esta enfermedad crónico degenerativa.

Si la situación no cambia, se prevé que para el año 2050 el gasto aumente a 350 mil millones de pesos, un presupuesto con el que no se cuenta.

Otro gran desafío es que pese a las campañas y medidas de prevención, no se ha logrado que la gente acuda a las unidades de Medicina Familiar y obtenga un diagnóstico a tiempo. La entrada de enfermos de diabetes es por urgencias y se calcula que 5 millones de derechohabientes no han sido diagnosticados.

Arriola adelantó que en 2017 se presentará un programa integral para enfrentar los daños en enfermedades cardiovasculares, donde la de mayor prevalencia es la hipertensión; dos tipos de cáncer, de mama y próstata, que son la principal causa de muerte en hombres y mujeres, y diabetes.

¿Cuál es la dimensión de la diabetes en el país?

—Desgraciadamente, México a partir de los años 70 implementó otro tipo de hábitos derivado de la urbanización. En esos años teníamos un dígito de obesidad y sobrepeso, pero se presentaron en nuestra dieta tres actores nocivos: azúcares refinados, grasas saturadas y el sodio, desde entonces no ha habido una encuesta nacional de salud donde haya dejado de crecer la obesidad y el sobrepeso y en 90% de los casos de diabetes encontramos que estas afecciones son una causal.

El 85% de los derechohabientes del IMSS las padece y también somos el primer lugar en diabetes, 10% de la población nacional vive con ella y ese porcentaje podría incrementar porque hay mucha gente que no lo sabe.

Esto ocurre porque no tenemos una cultura preventiva y lo va a saber cuándo se sienta mal, entonces irá a la clínica del IMSS y le diagnosticarán diabetes, si le va bien lo vamos a controlar con medicamentos, si llega en una etapa avanzada en términos de degeneración vamos a tener que amputarle algún miembro, o conectarlo a diálisis e incorporarlo a la población económicamente no activa si pierde la vista.

De 21 mil fallecidos que tuvimos en 2015 por diabetes, te puedo decir que hicimos más o menos 4 mil 500 amputaciones y en otros 4 mil casos se perdió la vista. Hoy tenemos sumados en hemodiálisis o diálisis peritoneal a 70 mil pacientes que nos cuestan 8 mil millones de pesos al año, esa es la cadena que genera los problemas de la enfermedad que hoy en México causa más muertes por año y la que provoca más incapacidades por pérdida de miembros, eso es lo más importante. La única buena noticia es que este padecimiento se puede prevenir.

Hay evidencia científica respecto de que nuestra raza tiene el doble de predisposición a la diabetes, es un dato interesante y con más razón si tenemos más predisposición, los malos hábitos aumentan la existencia del riesgo de diabetes y ese es el marco referencial.

¿En qué zonas del país se atiende a más población diabética?

—Básicamente en el México industrializado, donde tenemos también problemas cardiacos por la alta ingesta de carne en el Bajío y norte del país y en la península de Yucatán, donde hay altos índices de diabetes. La menor incidencia es en Oaxaca, Guerrero y Chiapas, ahí seguimos batallando con la mortalidad por enfermedades agudas o desnutrición en todo caso.

Pero todo el país es foco rojo de diabetes. En el norte y bajío es donde hay más formalidad de empleo y donde atendemos a más gente, por eso hay una mayor tasa, pero eso no implica que no sea un problema nacional.

¿La diabetes se puede considerar una epidemia?

—Corresponde a la Secretaría de Salud determinar los extremos técnicos para poder declarar una alerta sanitaria por una epidemia, pero me parece que si vemos los casos donde se han declarado epidemias y lo relacionamos con las muertes, la intuición nos diría que sí podría utilizarse esa definición. Le dejaría la determinación al doctor Pablo Kuri, pero claramente se dan los supuestos en términos de gasto, de pérdida de vida saludable, en la carga de la enfermedad, en la productividad, en el número de defunciones.

Nosotros estamos trabajando como si realmente estuviera declarada la emergencia sanitaria.

¿En qué sector de la población hay mayor incidencia de este mal?

—En términos de productividad, un dato preciso, una persona que pasa de peso normal a obesidad pierde 35% de su productividad. El que pasa de obesidad a obesidad mórbida, pierde 75% de su productividad. Si lo vemos en el indicador que más le gusta a los doctores o los años de vida saludable, claramente la diabetes a los que más afecta es a los mexicanos de 50 años hacia arriba, porque nuestra esperanza de vida casi se duplica. De 1943, cuando nació el IMSS, eran 45 años, hoy son 76 años, pero con los males crónicos los años de vida saludable se reducen.

Ahora daré el dato del hemodializado, éste en promedio cuenta con 52 años, tiene una sobrevida de cinco y debe estar conectado a una máquina tres veces por semana.

Un paciente controlado con insulina o con cualquier otro medicamento nos cuesta 100 pesos al año; uno hemodializado cuesta 320 mil pesos al año. Por razones financieras, pero sobre todo de años de vida saludable tenemos que virar a una política preventiva integral, no una mención en el discurso aconsejándole a la gente que tenga mejores hábitos, eso es labor de las autoridades en materia de prevención en salud y lo están haciendo muy bien, pero la instrucción del presidente Enrique Peña Nieto es que los proveedores del sistema de salud, que además somos aseguradoras, nos anticipemos a la aparición de esas enfermedades.

Con esto quiero decir que vamos a presentar en 2017 un programa integral para enfrentarnos a la ocurrencia de los daños en cuatro males, el primer grupo son las cardiovasculares, donde la reina es la hipertensión. Segundo, la diabetes, no hay jerarquía, sólo las enumero, y dos tipos de cáncer: el de mama y el de próstata que son la principal causa de muerte en hombres y mujeres.

¿Cómo virar o cambiar de lo curativo a lo preventivo?

—El IMSS tiene la gran ventaja de que cuenta con la información estadística de 74 millones de mexicanos que atiende, porque están adscritos a las unidades de Medicina Familiar (UMF), a partir de ahí vamos a poder ir segmentando, para saber en una UMF cuántos adultos jóvenes tenemos de 20 a 40 años, que esos son los principales sujetos a riesgo de diabetes, mejor los controlamos a los 20 que recibirlos en urgencias, con un infarto, con un derrame cerebral o mandarlos a dializar.

Tenemos acciones concretas que iniciamos este año, ya quitamos las grasas saturadas, el sodio, y el azúcar refinada a niñas y niños de las guarderías, son 205 mil niños al año y a eso se suma el programa de afiliación de prepa y universidad pública, no sólo los ayuda a no dejar de estudiar cuando tienen una emergencia en salud, sino que es la primera base de datos entre 15 y 22 años viva y con la que los vamos a traer dos veces al año a PrevenIMSS.

También tenemos que alimentarnos de otros modelos de salud, porque este no es un problema privativo de México, sino que se ha desarrollado en los países industrializados y que está generando dos efectos básicos. Primero, la perdida de años de vida saludable y la segunda, se está desbordando el gasto. Tenemos en esas cuatro enfermedades un gasto de 81 mil millones de pesos que es 70% de nuestro presupuesto en salud y si esto no se para, en 2050 vamos a gastar 350 mil millones de pesos que no tenemos.

En diabetes este año gastamos 42 mil 776 millones de pesos más lo que se invirtió en insuficiencia renal 8 mil 100 millones, en hipertensión arterial 24 mil millones, en cáncer de mama 3 mil 500 millones, en cáncer cérvico-uterino 591 mil millones, y en VIH 2 mil millones, lo que da un total de 81 mil millones de pesos.

Si ustedes van a una sala de terapia intensiva o de urgencias, se van a dar cuenta que entre 70% y 80% de los pacientes que están ahí tienen sobrepeso u obesidad y eso es una información muy clara que hoy nos llama a virar de lo curativo a lo preventivo.

¿En materia de obesidad infantil, como posible riesgo de desarrollar diabetes, qué cifras tiene el IMSS?

—Tenemos 35% de obesidad infantil, obviamente en niños o niñas no hay presencia de diabetes, salvo casos muy específicos donde habrá un efecto congénito, pero la propia evolución del sobrepeso y obesidad tiene como colofón esta enfermedad crónica.

Los malos hábitos, el sobrepeso y obesidad empiezan en los niños y los datos que hoy nos arroja la realidad nos permitirían decir que un niño que ahorita tiene 5 años que trae obesidad y sobrepeso, tendrá 70% de probabilidad de ser diabético.

Sin embargo, con PrevenIMSS hemos reducido la obesidad y el sobrepeso en niños, más o menos en 15% en los últimos tres años.

¿Para los próximos años, cuáles son los retos?

—Creo que la gente cada vez se concientiza más, pero no hemos generado acciones precisas, directas para anticiparnos 20 años. Se ha hecho mucha publicidad, tenemos el programa Chécate, mídete, muévete y junto con la Secretaría de Salud existen programas de prevención, pero vemos que la diabetes no ha dejado de crecer y eso para nosotros es gravoso en lo financiero.

Nuestra política tiene que virar radicalmente en términos de inversión. Esta famosa pirámide del gasto en salud descansa en una premisa que en primer nivel tienes 70% y 30% en segundo y tercero, y así vas a poder preservar a la población sana, pero hoy está al revés, 30% está en primer nivel y 70% en los otros. Con respecto al número de pacientes que no lo sabían creo que podría haber otros 5 millones en población IMSS que no han sido diagnosticados, porque las consultas en diabetes de 2006 para acá se incrementaron 64% y el dato del crecimiento de la diabetes, a partir de 2000, en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2004 (Ensanut) andábamos por 4.2%; en 2008 subió a 6, y la de 2012 se incrementó a casi 10%. Los ritmos de crecimiento de la diabetes son otro motivo por el cual tendríamos que considerarlo como una epidemia.

Dice que no hay una buena recepción de las personas para que acudan a UMF, ¿cómo lograrlo?

—Es un problema multifactorial y requiere de diversas soluciones. Se implementó el impuesto al refresco, se prohibió la publicidad para los niños, el etiquetado, pero lo que tenemos que hacer en el sector salud es anticiparnos ante la ocurrencia de riesgo con acciones concretas y con información. Hay un esfuerzo que se tiene que hacer en las empresas, en los sindicatos, en los hogares, en la educación desde niños. Me parece que tenemos que pensar como gobierno en integrar al plan de estudios de la primaria material de prevención, como lo hacemos en educación sexual.

¿Qué resultados ha arrojado la estrategia implementada en 2013?

—Estamos esperando la Ensanut para 2016 y lo que quisiéramos ver es que ya paró el crecimiento con un dato estadístico, que deje de crecer es el principal objetivo y después generar una técnica decreciente de la diabetes.

Un mensaje que quiera enviar.

—Decirle a la gente que estamos preparados para atender en PrevenIMSS la consulta de control de factores de riesgo, que cuando quieran y se decidan a revisar su situación de peso y talla, colesterol, triglicéridos, elementos que pongan en riesgo al corazón o al cerebro o cuerpo en general como la obesidad y diabetes, que se decidan rápido, que es el mejor seguro de vida que puede haber.

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