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Entre el folclor mexicano, la belleza de las escaramuzas charras y la gala de los montubios ecuatorianos, México y sus soldados de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) fueron reconocidos por apoyar en casos de desastres naturales y estar siempre en momentos difíciles.

El embajador de Ecuador, Leonardo Arizaga, agradeció el apoyo de México en meses pasados luego del terremoto que dejó 700 muertos e infraestructura colapsada en ese país.

Durante el Primer Encuentro de Confraternidad entre Charros de México y Montubios del Ecuador, Arizaga Schmegel reconoció a los mexicanos por su ayuda incondicional.

“Agradecemos a México por el inmenso apoyo que nos dieron después del terremoto que tuvimos en abril, por el que murieron casi 700 personas en un minuto, se destruyó infraestructuras básicas, y la solidaridad y generosidad ejemplar fue enorme. Siempre vamos a recordar ese apoyo solidario de los mexicanos”, subrayó.

En presencia del general Noé Sandoval Alcázar, subsecretario de la Sedena, José Arturo Jiménez Mangas, presidente de la Asociación Nacional de Charros, dijo que el Ejército es la institución en la que más confían los mexicanos.

“Agradecemos al Ejército, porque para el pueblo de México es la institución en la que más tenemos confianza y más labor hace. Fue un sueño que tuvimos hace unos meses y hoy lo convertimos en realidad. Ecuador es una república hermana, tenemos raíces compartidas”, señaló Jiménez.

Al iniciar el magno encuentro entre montubios de Ecuador y charros, el embajador de ecuatoriano agradeció la iniciativa de invitarlos. “Cuando estoy fuera de Ecuador y oigo el Himno Nacional, me emociona, y hoy ver esa bandera gigante, con los jinetes, nos llega al corazón”, dijo en su discurso.

El águila de México y el cóndor de Ecuador se unen; dos naciones hermanadas en su historia, tradición y cultura conviven para estrechar lazos de amistad.

Escaramuza charra, orgullo de la mujer mexicana, símbolo de belleza, hicieron gala durante las suertes en el deporte charro, en un ambiente de alegría en el que estuvo atento el general Noé Sandoval Alcázar. Los espectadores salieron satisfechos con suertes charras como cala de caballo, colas, escaramuza —en la que hacen ejercicios ecuestres a galope—, jineteada de yegua y mangas, que consiste en un floreo de reata y lazar las manos de la yegua corriendo alrededor del ruedo y culminar derribándola.

Desde el fondo de la manga, con la elegancia del charro Martínez, comenzó a dirigir el caballo a galope para demostrar la rienda del animal hasta llegar al centro del ruedo rayando con los cuartos traseros. Los aplausos no se hicieron esperar cuando cejó al equino en línea recta.

Tocó el turno a otro charro; con su traje elegante esperó la salida del novillo desde el fondo del partidero para alcanzarlo con su majestuoso caballo; jaló la cola hasta culminar con el derribo en un espacio de 60 metros.

Entre ovaciones fueron recibidas las escaramuzas charras al centro del ruedo con su elegante ropa montadas al estilo mujeril; al ritmo de la música contagiaron al público de emoción al iniciar el abanico y la suerte de la trenza.

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