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natalia.gomez@eluniversal.com.mx
El cardenal Norberto Rivera Carrera, quien de acuerdo con la legislación eclesiástica deberá presentar al Papa su renuncia al gobierno de la diócesis que lidera, afirmó que el sacerdocio no puede ser entendido como una dignidad, promoción o puesto de poder.
“No se nos dio [el sacerdocio] para estar por encima de los demás, sino para servir a los demás semejantes en todo, a nuestros hermanos, a fin de ser misericordioso”, dijo el arzobispo primado de México durante la homilía pronunciada ayer con motivo de sus 50 años de ordenación sacerdotal en la Basílica de Guadalupe.
En ocasión de este aniversario, el papa Francisco envió un mensaje de felicitación a Rivera Carrera, en el que reconoció su labor en el ministerio. “Deseamos celebres feliz y lleno de bendiciones (...). Deseamos estés alegre y todos tus trabajos sean fecundos y llenos de éxito”, dice el texto que fue leído al término de la misa.
Acompañado de 60 obispos de todo México —entre quienes se encontraba el presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Francisco Robles Ortega—, el cardenal agradeció a las personas que han estado a su lado en esta trayectoria de cinco décadas.
Frente a personajes como Marta Sahagún, Miguel Alemán, los empresarios Carlos Slim y Olegario Vázquez Raña, el senador Carlos Romero Deschamps, el subsecretario de Población, Migración y Asuntos Religiosos, Humberto Roque Villanueva, y el panista Diego Fernández de Cevallos, Rivera agradeció a su familia la compañía en este camino.
Ante invitados como el arzobispo de la Iglesia ortodoxa en México, Antonio Chedraoui, Rivera Carrera dijo que “no hay nada más importante en la vida que las personas que Dios puso en su camino, así como las instituciones”.
Al inicio de la celebración, el vicario general Pastoral de la Arquidiócesis de México, Guillermo Moreno, resaltó la trayectoria del cardenal, quien el 2 de julio de 1965 recibió la ordenación diaconal y un año después (el 3 de julio de 1966) la ordenación presbiteral de manos del papa Pablo VI, en la Basílica de San Pedro.
“Somos conscientes de la gran preocupación que tiene para responder a la misión que se le ha encomendado como cristiano, como sacerdote, como obispo, como cardenal.
“No ignoramos situaciones difíciles y agresiones a su persona y ministerio, y agradecemos al Espíritu Santo que lo ha fortalecido e iluminado siempre para seguir adelante con la palabra evangélica y su testimonio”, mencionó el vicario general.
Norberto Rivera, quien nació el 6 de junio de 1942 en La Purísima, un pequeño poblado del municipio de Tepehuanes, estado de Durango, ofreció una comida para más de mil personas en la Plaza Mariana.
Condena a la violencia. Al término de la ceremonia eucarística, el arzobispo ortodoxo Antonio Chedraoui se refirió a los recientes homicidios de alcaldes. Resaltó que la sociedad quiere seguridad y una economía estable: “El pueblo mexicano merece todo, quiere bienestar y debemos luchar para tenerlo. Condenamos estas matanzas y a quienes las realizaron, porque la vida no es regalo de nadie sino de Dios, él nos la da y él se la lleva. Estos asesinatos son crímenes que no tienen perdón”.