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Norma Patricia Esparza, una reconocida investigadora mexicana, fue sentenciada a cinco años y medio en una cárcel de Estados Unidos, tras ser declarada culpable de matar al hombre que la violó hace 20 años.
En enero de este año EL UNIVERSAL dio a conocer la historia “23 horas sin sol. Acusan a Patricia de matar a su violador”, que cuenta la vida de Patricia, una psicóloga que trabajaba para la Organización Mundial (OMS) de la Salud en Ginebra, y fue detenida en un aeropuerto de Estados Unidos acusada de matar al hombre que la violó en sus años de universidad.
Norma Patricia Nació en 1974 en el Taray, Aguascalientes, y fue llevada a Estados Unidos cuando era una niña por sus padres. Se establecieron en el condado de Orange County, localizado a un costado de la ciudad de Los Ángeles.
Años después la mexicana ingresaría a una universidad de aquel país. Fue en 1995 que un hombre llamado Gonzalo Ramírez abusó de ella en su dormitorio de universidad. Años atrás ya lo había hecho su padre: desde los cinco años abusaba de ella.
Meses después su ex novio, asesinaría a golpes, junto con otras tres personas a su violador. Patricia presenció el asesinato y nunca reveló la verdad. Ese fue su delito, según la fiscalía de condado de Orange County.
El 17 de octubre Patricia viajaba de Ginebra a una convención en Estados Unidos, ahí fue detenida por las autoridades y acusada de asesinato. Desde entonces vive en una celda de 3.65 por 2.74 metros de ancho, y solo se le permite una hora de sol.
—Mi espacio no cambia, el tiempo dejo de ser tiempo, deje de tener memoria—diría Patricia hace cinco meses, a través de un vidrio a prueba de balas.
La investigadora fue sentenciada a cinco años y medio y será trasladada esta semana a Chowchilla una prisión en California.
Por lo atípico del caso familiares, colegas y amigos, tratarán que el Gobernador de California, Jerry Brown, conmute su condena y es que según su defensa la investigadora fue amenazada con ser asesinada si delataba quienes participaron en el homicidio del hombre que la violó.
Actualmente su esposo, también investigador, se hace cargo de su pequeña hija, sin embargo fue diagnosticado de cáncer de próstata y este año los médicos descubrieron que hizo metástasis.