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noe.cruz@eluniversal.com.mx
Obligados por la liberalización de las importaciones de petrolíferos, el gobierno y la iniciativa privada, así como organismos educativos y civiles, trabajan en una norma que establezca especificaciones de calidad que deben cumplir las gasolinas y el diesel que consumen los mexicanos.
El Proyecto NOM-016-CRE-2016 Especificaciones de la Calidad de los Petrolíferos que está en revisión en la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer) confirma que los combustibles automotores que se consumen son contaminantes y que existe el riesgo de que las gasolinas importadas sean de dudosa calidad.
En la justificación del proyecto que la Comisión Reguladora de Energía (CRE) turnó y que está publicado desde mediados de abril para su discusión pública se sostiene que “a través de la intervención ambiental por medio de la emisión de esta NOM se pretenden mitigar riesgos a la salud y al medio ambiente asociados a la emisión de partículas contaminantes producto de la combustión de petrolíferos como material particulado (PM10 y PM2.5), óxidos de azufre (SOx), óxidos de nitrógeno (Nox) e hidrocarburos volátiles, entre otros”.
Entre algunas de las propuestas que se incluyeron en la regulación como resultado de las consultas realizadas está elevar de 2.7% a 5.8% el uso de oxigenantes como el etil terbutil éter o el etanol en gasolinas, como el que se emplea en Estados Unidos.
Organismos como la AMIA, Pemex, IMP, Semarnat y Sener consideran aceptable agregar un máximo de 5.8% en volumen de oxigenantes a las gasolinas. Se acordó incluir este límite máximo para todo el territorio nacional.
De hecho, Pemex tiene programado importar 9.5 mil barriles diarios de metil terbitul éter este año para mezclarlos con la gasolina Magna, con un costo estimado en su programa operativo anual de 266 millones de dólares.
Se prevé también reducir de 30 a 20 partes por millón el contenido de azufre, y apegarse al mercado de Estados Unidos respecto al índice de octano en gasolinas Premium, siendo éste de 91.
La norma de emergencia NOM-EM-005-CRE-2015, que establece las especificaciones de calidad de los petrolíferos y que está vigente desde el 31 de enero pasado, indica que se deben distribuir gasolinas regular y premium con contenido de azufre de entre 30 y 80 partes por millón.
Para el proyecto de norma, Pemex recomendó modificar el índice y número de cetano en el diesel a 45, como mínimo, aunque la ANPACT, AMIA y Semarnat coinciden en que 45 es el límite mínimo aceptable debido al impacto en el desempeño de los vehículos y al ambiente.
En el diagnóstico del proyecto, la CRE advierte que “si no se emitiera la regulación en materia de especificaciones de calidad, existe el riesgo de importar combustibles que incumplen con los estándares internacionales y que pueden resultar en graves impactos a la economía, al parque vehicular, a la salud de las personas y al medio ambiente”.
Subraya que “de no existir regulación en materia de especificaciones de calidad de los petrolíferos que se enfoque tanto a la tecnología vehicular moderna como a los efectos negativos a la salud, existirían altos índices de defunciones por la pobre calidad del aire. Se prevé que en un mediano plazo la contaminación del aire será una de las principales causas ambientales de mortalidad prematura”.
Cita también un estudio del Instituto Mexicano para la Competitividad, que señala que cada año en México se registran 7 mil 646 muertes a causa de la exposición a las partículas PM10, 10 mil 055 hospitalizaciones y 818 mil 679 consultas médicas por la misma situación.
Indica también que en un estudio realizado por la ONG Británica Clean Air Institute se analizaron los niveles de contaminación ambiental en 21 ciudades con más de un millón de habitantes de Latinoamérica, entre ellas las zonas metropolitanas de México previstas en la NOM, y enfocadas a la presencia de contaminantes del aire tales como PM2.5, PM10, ozono, dióxido de azufre y dióxido de nitrógeno.
“Según los datos obtenidos en este estudio, estas zonas destacan en todos los gráficos de concentración de dichos contaminantes, comparado con otras grandes ciudades de Latinoamérica”, destaca el análisis.
El organismo regulador reconoce que en los mercados internacionales se ofertan combustibles de mala calidad: “hay que tomar en cuenta que a partir del 1 de enero y 1 de abril de 2016 se abrieron las importaciones de gas licuado de petróleo, gasolinas y diesel, por lo que es requerido establecer especificaciones mínimas acordes a la práctica internacional y a las necesidades nacionales para así evitar el ingreso de petrolíferos cuyas calidades podrían generar serias afectaciones”.
Sostiene que, de acuerdo con las prospectivas oficiales para el periodo 2014-2029, elaboradas por la Secretaría de Energía, “la importación de petrolíferos aumentará 34.7%, por lo que resulta relevante establecer especificaciones y prácticas mínimas de control de calidad, dada la apertura adelantada, toda vez que, de no establecer condiciones comerciales adecuadas a las necesidades nacionales y con base en las prácticas internacionales, se permitiría la comercialización de petrolíferos provenientes de otros países con calidades y prácticas de manejo y control que no cumplan con las necesidades nacionales”.
Una vez que se apruebe la norma, la CRE es la encargada de vigilar su correcta aplicación.
La conclusión de la CRE es que “el efecto de no regular en la materia tendrá un alto impacto a la salud por los casos de muertes prematuras, enfermedades cardiorrespiratorias y gastos que deberá realizar el sistema de salud a causa de la mala calidad del aire”.
Ante los riesgos relacionados con daños a la salud y al medio ambiente, en el proyecto de norma se propone mezclar la gasolina con oxigenantes como metil terbutil éter (MTBE), etil-ter-butil éter (ETBE) y teramil metil éter (TAME), así como con etanol anhidro (que se usa en Estados Unidos desde 1980) hasta un contenido máximo de 5.8% en volumen.
En la Unión Americana, la mezcla de etanol en las gasolinas llega a 10% del volumen total.