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Ante los problemas de México como la violencia, la corrupción y el tráfico de drogas, el papa Francisco llamó a los religiosos del país a no caer en la tentación de resignarse, tener temor y atrincherarse en sus sacristías y aparentes seguridades.

El mensaje fue para más de 20 mil religiosos en el Estadio Venustiano Carranza, a quienes les advirtió que una de las armas preferidas del demonio es la resignación, que, dijo, les infunde un temor que los paraliza.

“¿Qué tentación nos puede venir de ambientes muchas veces dominados por la violencia, la corrupción, el tráfico de drogas, el desprecio por la dignidad de la persona, la indiferencia ante el sufrimiento y la precariedad? ¿Qué tentación podemos tener una y otra vez frente a esa realidad que parece haberse convertido en un sistema inamovible?”, dijo en su homilía.

“Frente a esta realidad nos puede ganar una de las armas preferidas del demonio, que es la resignación. Una resignación que paraliza y nos impide no sólo caminar, sino también hacer camino; una resignación que no sólo nos atemoriza, sino que nos atrinchera en nuestras sacristías y aparentes seguridades”, advirtió frente a un público vestido en su mayoría con hábitos, sotanas y albas.

Ante los asistentes e invitados especiales, como el ex presidente Felipe Calderón y su esposa Margarita Zavala, así como Rodrigo Vallejo, hijo del ex gobernador Fausto Vallejo, el Pontífice dijo que la resignación no sólo les impide a los religiosos anunciar, sino también alabar.

“Una resignación que no sólo nos impide proyectar, sino que nos impide arriesgar y transformar”, indicó a los sacerdotes, religiosas y seminaristas de las distintas diócesis de México.

Hizo un significativo recordatorio del primer obispo de Michoacán Vasco de Quiroga. “Con ustedes quiero hacer memoria de este evangelizador, conocido también como Tata Vasco, como el español que se hizo indio”, dijo.

Se refirió a la labor de Quiroga frente a los purépechas, a quienes describía como “vendidos, vejados y vagabundos”.

“Movió su fe, movió su vida, movió su compasión y lo impulsó a realizar diversas propuestas que fuesen de respiro ante esta realidad tan paralizante e injusta. El dolor del sufrimiento de sus hermanos se hizo oración y la oración se hizo respuesta”, dijo.

Señaló que impulsó propuestas que dieron respiro a la vivencia paralizante e injusta.

Agradeció además que le permitieran oficiar esta misa con el báculo y el cáliz de Vasco de Quiroga.

El cardenal y arzobispo de Morelia Alberto Suárez Inda agradeció al Pontífice presidir la eucaristía en ese estado. “Estamos alegres y bendecidos por lo que es y representa, vino como misionero de la misericordia y la paz”, comentó el prelado al término de la celebración.

Reconoció que su presencia en el país los alienta en la fe y a ser más caritativos con los pobres; que su mensaje los anima a transitar por un camino de alegría y a contribuir, como él lo ha hecho, a “un México más justo, reconciliado y en paz”.

En la madrugada cientos de religiosos rodearon las calles aledañas del Estadio Venustiano Carranza para entrar al lugar y escuchar a Francisco.

Boleto en mano, los asistentes hicieron fila desde la madrugada para la misa. Aunque la celebración era de manera especial para los religiosos, hubo también unos 2 mil laicos invitados.

La revisión en la entrada del estadio, a cargo de la Policía Federal, fue exhaustiva, mientras que en el exterior militares resguardaron la seguridad de la zona. Este fue el primero de sus actos en Morelia durante el cuarto día, de cinco, de su gira por México.

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