Sin mencionarla por su nombre, el Papa Francisco hizo lo que ha comenzado a ser interpretado como una condena a la Santa Muerte, un ídolo representado por un esqueleto con hábito que no reconoce la Iglesia católica y que tiene entre sus fieles a criminales y narcotraficantes.

En su encuentro con los obispos de México, Francisco se dijo preocupado por "tantos que seducidos por la potencia vacía del mundo, exaltan las quimeras y se revisten de sus macabros símbolos para comercializar la muerte".

En México, el mayor de habla hispana con más católicos del mundo, el culto a la Santa Muerte está presente en varios lugares. También en Estados Unidos se ha detectado un incremento en su veneración, sobre todo entre los mexicano estadounidenses.

Andrew Chesnut, director de estudios católicos de la Universidad Virginia Commonwealth, dijo que la referencia del papa era "una clara alusión" a la también conocida como "Niña blanca", que "es vista por la iglesia como la santa patrona de los narcos y los líderes de la Santa Muerte son percibidos como charlatanes que comercializan la imagen de la muerte para sacar provecho".

Francisco visitará el domingo Ecatepec, una municipalidad cercana a Tultitlán, donde se localiza el mayor templo dedicado a ella.

En 2013, la máxima autoridad cultural del Vaticano, el cardenal Gianfranco Ravasi, dijo en México que la Santa Muerte era un símbolo "blasfemo" y que aunque se utilizara de una forma religiosa, no era reconocida.

En el mismo mensaje el sábado a los obispos, Francisco los llamó a "no minusvalorar el desafío ético y anti-cívico que el narcotráfico representa para la juventud y para le entera sociedad mexicana, comprendida la Iglesia".

jram

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