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julian.sanchez@eluniversal.com.mx
El papa Francisco llegará a México a dar un mensaje de paz y palabras de consuelo para las víctimas del crimen organizado y de la violencia que se vive actualmente, al tiempo que hará un llamado a todos a comprometerse en la construcción de un país mejor, afirmó en entrevista con EL UNIVERSAL Eugenio Lira Rugarcía, secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).
El también obispo auxiliar de Puebla dijo que éste es uno de los objetivos de la visita de Su Santidad a México, quien llegará en febrero próximo a una nación en donde se ha vivido un ambiente difícil, de injusticia, iniquidad, pobreza, violencia y muerte, por lo que su mensaje está dirigido no sólo a los católicos, sino también a quienes enfrentan estas situaciones, aunque no compartan los principios de esa Iglesia.
El Pontífice argentino estará en el país del 12 al 17 de febrero, representando a una institución “que también ha tenido muchos defectos y errores, por los que han pedido perdón Juan Pablo II y Benedicto XVI y lo ha hecho el propio Francisco.
“Es una institución en la que hay muchos aciertos y valores positivos”, subrayó Lira, quien es el coordinador general de la visita de Jorge Mario Bergoglio.
Destacó que independientemente de quienes no comparten los principios de la Iglesia católica, la visita del sucesor de Pedro al Distrito Federal, Chiapas, Michoacán y Chihuahua “es una oportunidad de escuchar a un hombre que nos trae un mensaje que compromete.
“Porque no viene nada más a que le digamos: ¡Viva el Papa! No, sino que viene a comprometernos”, comentó Eugenio Lira.
Resaltó que son millones de solicitudes tanto de México como del extranjero para participar en actividades durante los actos que tendrá el líder religioso. Hizo notar que aunque existe absoluto deseo y voluntad de dar cabida a todos, ésto no será posible, por lo que recomendó participar en la conformación de vallas durante los recorridos del papamóvil para poder ver al Pontífice más de cerca.
¿A qué viene el Papa?
— Quiere consagrar el Año Jubilar de la Misericordia a Santa María de Guadalupe, así lo expresó cuando anunció su visita a nuestra patria el pasado 12 de diciembre y claro, él también quiere venir como misionero de misericordia y paz.
¿De qué servirá a los católicos mexicanos esta visita?
— Para los católicos será la oportunidad de confirmarnos en la fe, alentarnos en la esperanza y fortalecernos en el amor misericordioso hacia el prójimo, porque el Papa viene como representante de Cristo a conducirnos al encuentro con Dios. Y para todos —católicos o no—, será una oportunidad para tomar conciencia, o al menos recordar aquellos valores que nos permiten vivir con dignidad y que hacen posible construir una mejor sociedad.
¿Cómo encaja la presencia de Francisco ante el contexto de violencia que se vive en México?
— Se debe aprovechar la oportunidad de la visita del Pontífice, porque la solución no está solamente en la denuncia, en la queja o en hacer chistes y bromas de lo que pasa en el país, sino en reconocer la realidad, pero en su integralidad, en sus aspectos positivos y negativos, para entender cuáles son los retos que tenemos delante y mirar con lo que contamos para poder superar aquello que nos está afectando, y creo que éste es el gran reto como mexicanos: la participación.
La mayor riqueza de esta nación es su gente, que en su mayoría es buena, luchona, logrona, que quiere hacer las cosas bien. Sin embargo, a causa de aquellos que están confundidos, de los individualistas, relativistas y pragmáticos se ha generado, a veces, un ambiente difícil de injusticia, iniquidad, pobreza, violencia y muerte.
Qué le dice a quienes cuestionan, ¿por qué tanta atención a un señor que viene a México?
— Independientemente de que alguien no comparta nuestra fe, creo que es indudable el aporte de la institución a la que el Papa representa: la Iglesia católica, cuyo bagaje de valores y cultura ha marcado a toda la civilización occidental, extendiendo su influencia en el resto de las culturas.
La que representa el papa Francisco, es una institución que también ha tenido muchos defectos y errores —por los que han pedido perdón Juan Pablo II y Benedicto XVI y lo ha hecho el propio Francisco—. Sin embargo, es una organización en la que hay muchos aciertos y valores positivos.
Así lo vemos, por ejemplo, en la base de la Declaración de los Derechos del Hombre. Conceptos fundamentales como persona y libertad, resultan del encuentro del pensamiento greco-latino con el pensamiento judeo-cristiano, proclamado especialmente por la Iglesia católica.
Para los católicos el Pontífice es representante de Cristo en la tierra. Él muestra la presencia de Jesús, no sólo en su enseñanza, sino con su oración, con su propia vida y con su testimonio de cada día. La mayoría de la gente está de acuerdo en que él venga. Existen millones de solicitudes de boletos y de personas que quieren encontrarse con él. Eso excede a nuestra capacidad real.
Qué más quisiera uno, lo digo con todo el corazón, que poder satisfacer la gran cantidad de peticiones que nos están llegando, pero es imposible, estamos hablando de millones de personas que piden boletos.
¿Qué temas abordará en sus discursos y homilías?
— Eso no lo sabemos. Se ha propuesto una temática para cada misa y evento, pero el papa Francisco es libre de tocar los que crea oportunos. Se ha propuesto que el domingo 14 de febrero, en Ecatepec, hable de la misión continental y del protagonismo que tienen en este trabajo los laicos, que son la inmensa mayoría, a cuyo servicio estamos la minoría, como lo ha dicho él, que somos los sacerdotes, diáconos y obispos.
Se encontrará el lunes 15 de febrero con indígenas en San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Seguramente les hablará del aprecio de la Iglesia a sus personas, a sus culturas y a sus tradiciones, como lo hizo Juan Pablo II, en sus cinco viajes a México, y Benedicto XVI.
Luego tendrá un encuentro con familias, es muy interesante porque recibirá su testimonio, no solamente de aquellas que están contentas con papá, mamá, hijitos, no. Hablará también con las familias formadas por una madre soltera, o por ejemplo, otras cuyo matrimonio anterior fracasó y se encuentran en una nueva unión.
Hablará de la realidad de la familia. Él dice que no hay familia perfecta, tampoco lo son el esposo, ni la esposa, ni los hijos, y señaló, no se vayan a enojar, tampoco hay suegra perfecta. Pero la familia no es el problema, sino la solución, en ella nacemos y nos formamos, de lo que se trata es de encontrar en Jesús la luz del amor para salir adelante.
¿Qué podría abordar en Morelia el martes 16 de febrero?
— Va a celebrar una misa con sacerdotes, diáconos, personas consagradas, seminaristas y algunos laicos. Ahí, sobre todo, les hablará a los sacerdotes de la responsabilidad que tienen de ser pastores con olor a oveja, cercanos a los fieles, que los atiendan en su realidad.
También le dirá algo a la vida consagrada, a los seminaristas los animará, igual que a los diáconos. Por la tarde será el encuentro festivo con los jóvenes, ahí el Pontífice se luce. Lo vimos en Cuba, uno de los discurso más hermosos que le he oído, invitó a los jóvenes a soñar en grande, a creer que cada uno puede construir un mundo mejor, a compartir esos sueños y a hacerlos juntos realidad.
Y en Ciudad Juárez, en donde se despedirá de México para regresar a Roma, ¿qué actividades tendrá?
—Visitará a los presos. El mensaje seguramente será muy fuerte, muy cercano. Pienso que los invitará a aprovechar esta circunstancia para reflexionar y mejorar. Creo que por ahí podrían venir sus palabras, porque es un hombre que dice: “Veamos para adelante. Aprendamos del pasado, pero por favor, veamos también hacia delante”.
Después se encontrará con gente del trabajo, obreros que le darán un testimonio. Asimismo, les hablará a los empresarios. Ahí, pienso, dirá que el centro del empleo es la persona, que el trabajo debe dignificar al ciudadano y ayudarlo a tener una vida mejor.
Por la tarde en la misa hablará de los migrantes y las víctimas de la violencia. En los dos temas, no tengo que abundar, será impactante, pues estarán del otro lado del río sacerdotes, obispos y laicos, autoridad civil, que con su sola presencia dirán muchas cosas.
La realidad de la migración es un reto para los estados, lo entendemos como Iglesia, pero se requiere una respuesta audaz y respetar siempre la dignidad y los derechos de toda persona.
Es un reto que debemos enfrentar como humanidad y también el problema de las víctimas de las violencias, porque no solamente es una, hay varios tipos, la intrafamiliar, que es terrible, la que han sufrido muchas mujeres. Hay muchas formas de violencia, las víctimas del crimen organizado, ante esto el papa Francisco tendrá una palabra de consuelo, pero también llamará a todos a comprometernos en la construcción de un México mejor.
¿Se avanza a pasos acelerados en la organización de la visita?
— Existe gran colaboración del gobierno federal, con la Presidencia de la República, con la Secretaría de Gobernación y con la Cancillería. Hay un trabajo intenso con el Estado Mayor Presidencial y ha habido cooperación con los gobiernos estatales y municipales.
La coordinación general de la visita está conformada por sus seis comisiones, con sus subcomisiones y áreas.
Se ha trabajado intensamente con las coordinaciones locales, que los obispos de las diócesis anfitrionas crearon, y también con sus diferentes áreas.