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Xitla, Oaxaca

En el municipio de Santa Cruz Xitla, en la Sierra sur de Oaxaca, el aire frío penetra las paredes de carrizo de los salones improvisados en los que reciben clases alumnos de nivel básico.

Durante la temporada de invierno, el termómetro marca hasta los dos grados centígrados bajo cero. Así, con el frío que cala hasta los huesos, más de 400 alumnos de preescolar, primaria y secundaria acuden a clases. No hay piso firme, y si llueve terminan la jornada escolar enlodados.

Pero no hay otra forma de estudiar mientras siga la disputa por las escuelas entre la Sección 22, de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), y su escisión la Sección 59, del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).

“Los olvidados” —así se dicen los maestros de la Sección 59— es un grupo de docentes que están en contra de las prácticas de presión de la Sección 22, como marchas, paros y tomas de vías, pero reconocen que fue contraproducente decidir apartarse de ellos, porque ahora no tienen escuelas dignas para enseñar.

En Xitla, una región zapoteca, las dos corrientes magisteriales comparten la clave de la Primaria Benito Juárez; la Sección 22 se quedó con el edificio bien cimentado, mientras que la otra ala improvisó una escuela.

El predio en el que habían levantado los salones improvisados era prestado, ahora el dueño ya les quitó el terreno, pero les dijo que si querían seguir utilizándolo tenían que comprarlo en un millón de pesos, cantidad que no pudieron juntar.

Los padres de familia no se dieron por vencidos, se cooperaron entre todos y adquirieron un predio en el que durante las vacaciones construyeron ocho salones con carrizo, madera y techos de lámina.

El profesor Facundo, director de la primaria que comparte el espacio con el Centro de Educación Preescolar Ricardo Flores Magón, menciona que tienen todo el apoyo por parte de los padres de familia que están cansados de que sus hijos pierdan clases por culpa de las acciones de la Sección 22.

“No contamos con el apoyo de la autoridad, ustedes saben que la Sección 22 hace sus amarres y presionan al gobierno del estado y han caído en su juego. Acá tenemos el claro testimonio de que los apoyos no llegan para todos. Sólo pedimos un espacio adecuado para dar clases, nosotros sí nos dedicamos a trabajar como lo marca el calendario escolar”, señala.

En las mismas condiciones se encuentra la Secundaria Técnica 232, también de la Sección 59. El cuarto en el que pernoctaban los maestros que venían de otro municipio fue habilitado como salón, pero no fue suficiente para los más de 100 alumnos y tuvieron que hacer otra habitación de carrizo y lámina.

“Nosotros con la 59 no tenemos nada, aquí el acuerdo es con la 22”, advirtió Gonzalo Ramírez, presidente municipal de Santa Cruz Xitla, a la maestra María del Rosario Ramírez, directora de la secundaria, cuando fue a pedirle apoyo.

Durante los más de 28 años que lleva de servicio, la profesora originaria de la capital de Oaxaca comenta que no había trabajado bajo condiciones tan lamentables para los estudiantes.

El lunes 24 de agosto, cuando inició el ciclo escolar, la profesora fue a la ciudad de Oaxaca para pedir material, pero no tuvo éxito. Como pueden van equipando su escuela. No hay la suficiente plantilla magisterial, por eso el profesor Juan Martínez, además de sus clases de educación física, imparte la de artes y la de formación cívica a los tres grados de secundaria.

Herminio López es el profesor de inglés, pero le tiene que entrar también a las clase de Historia y Geografía; Luis Félix Reyes da Matemáticas y tiene dos ciclos escolares que no percibe sueldo. Verónica Cabrera intenta enseñar computación en una máquina y sin servicio de internet.

La jornada escolar ha terminado. Los estudiantes van a casa con la familia, mientras tanto la maestra María del Rosario Ramírez tendrá que esperar al fin de semana para ver a sus dos hijos, quienes están al cuidado de su hermano en la capital oaxaqueña.

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